domingo, 30 de abril de 2023

El temple de Ginés Marín, más allá de un sueño aún por cumplir

 

Foto: Arjona / Pagés


Un inusual cartel se anunciaba el sábado de farolillos en La Maestranza. Siete toros en total se lidiarían, ya que un rejoneador abriría plaza. Como era predecidle, Sevilla esperaba a Morante tras la apoteosis del miércoles, pero en esta ocasión el que deslumbró fue el joven de la terna a pie. Ginés Marín acarició la Puerta del Príncipe. Por momentos, fue dueña de ella hasta comprobar las nulas opciones que tuvo el segundo toro de su lote. No obstante, queda para el recuerdo una extraordinaria faena al cuarto en la que hubo naturales de ensueño cargados de temple. Un torero de estas características, al que le aguarda un gran futuro, tiene todavía mucho tiempo para cumplir su sueño.

“Espárrago” tomó el capote de Ginés Marín con codicia en los lances de recibo. Preciosas y ajustadas fueron las verónicas a pies juntos que instrumentó en el quite. El del hierro de El Torero empujó en la suerte de varas. Antonio Manuel Punta y Fernando Pérez brillaron en el tercio de banderillas en el que tuvieron que saludar. Con mucha naturalidad se lo llevó hacia los medios. El extremeño lo sometió por bajo en dos primeras series rotundas y cadenciosas con la diestra. Al natural toreó con despaciosidad, gran ajuste y sentimiento. Hubo un natural eterno y larguísimos. En la última tanda, ya se vino más abajo su oponente e inteligentemente se fue a por la espada. Sin adornarse, dejó una estocada en todo lo alto. Ginés paseó dos orejas de mucho peso, mientras que “Espárrago” fue fuertemente ovacionado en el arrastre por gran calidad.

Poquito le hacía falta al extremeño para abrir la Puerta del Príncipe, pero el séptimo no se lo puso nada más. Pese a todo, estuvo muy por encima de las cualidades de este animal. Ginés Marín saludó a la verónica a este colorado y bien hecho de nombre “Palestino”, Manuel Larios estuvo impecable con los rehiletes. Inició la labor de muleta sin probaturas fuera de las rayas de picar. . El de El Torero embestía con la cara alta, pegando gañafones. Extrajo muletazos de uno en uno meritorios. Una faena larga y elaborada, que concluyó con el toro parado.

 “Lancero”, que hizo segundo, dio muestras de su mansedumbre acusada desde que salió a la plaza. En el caballo, rehusó de la puya en el primer encuentro y empujó en el segundo. Antes del quite de Morante, se pegó una fuerte voltereta. El torero de La Puebla plasmó un ramillete de verónicas en el que hubo armonía y temple. Espectacular fue el inicio de faena con doblones con las rodillas en tierra. Con mucha suavidad y pies juntos, continuó el sevillano. El mansito le regaló embestidas a media altura con buen son. Al natural, bajó el diapasón, pero tomó la diestra de nuevo para terminar de apretarle. Una actuación medida que terminó con una estocada casi entera. La primera oreja de la tarde cayó en sus manos.

El cuarto, de nombre “Vistaalfrente”, se empleó en el capote de Morante, que dibujó un par de verónicas de bello trazo. Fue muy castigado en el caballo. El de El Torero llegó al último tercio distraído y echando la cara arriba. El sevillano consiguió meterlo en el canasto en una serie compacta con toques fuertes y guiándolo con la voz. Tragó mucho por el izquierdo, por donde pasaba arrollando. Habilidoso estuvo con el estoque, dejando una media estocada.

Cayetano saludó con verónicas templadas a “Obrero”, que tuvo movilidad y ritmo. El por delantales, con armonía y compás. Respondió Ginés Marín por el palo tradicional con mucha despaciosidad. Brindó al respetable tras ver que tenía frente a él a un toro noble y con posibilidades de triunfo. El de El Torero tuvo movilidad y buen son en los primeros compases. Cayetano instrumentó derechazos con temple y mano baja. En mitad de la faena, el cornúpeta se vino abajo por lo que el diestro tuvo que tomar la espada.

“Erótico” fue un sexto cinqueño de pocas opciones. Nunca terminó de descolgar, poniendo en peligro a los banderilleros. Cayetano estuvo firme y exponiendo mucho frente a un toro incierto. Finalmente, tuvo que abreviar.

Abrió cartel de forma inusual el rejoneador portugués Antonio Ribeiro Telles, que celebraba su cuarenta aniversario de alternativa y, a la vez, debutaba en Sevilla. Brindó a Morante la muerte del toro. Recibió con dos rejones de castigo a “Núfar”, de Passanha, que ya salió de chiqueros desentendido y mirando a tablas. Dio una lección de doma clásica a lomos de “Alcochete” colocando banderillas de frente. Con mucha pureza, clavó dos rosas finales. Acertó con el rejón de muerte en el segundo encuentro.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimotercera de abono. Feria de Abril. Cartel de “No hay billetes”.

Toros de Passanha (1º) y El Torero, desiguales de presentación y juego. Primero, manejable; segundo; manso, aunque noble y con ritmo; tercero, noble; cuarto, con calidad y bravura; quinto y sexto, complicados; séptimo, deslucido.

Antonio Ribeiro Telles, ovación con saludos.

Morante de la Puebla (de caña y oro con cabos azabache), oreja y ovación con saludos.

Cayetano (de fucsia y oro), silencio y silencio.

Ginés Marín (de grana y oro), dos orejas y ovación tras aviso.

Incidencias: Antonio Manuel Punta y Fernando Pérez saludaron tras banderillear al cuarto y Manuel Larios en el sexto.


viernes, 28 de abril de 2023

Roca Rey golpea de nuevo

 

Foto: Arjona / Pagés

Hablar de Roca Rey es sinónimo ya de éxito. Nunca defrauda. No cabe duda que ha sido él el causante de colgar de nuevo el cartel de “no hay billetes” sobre la puerta de las taquillas de La Maestranza. También lo ha sido de caldear con su superioridad una tarde que iba a la deriva por la mansedumbre del encierro de Victoriano del Río. El peruano cortó un apéndice a cada uno de los astados de su lote con dos faenas de diferente calibre. Acarició la que hubiera sido su segunda Puerta del Príncipe este año, pero en cambio este triunfo le da más rédito y lo consolida más como primera figura del toreo.

“Desenvuelto”, un tercero alto y serio, salió emplazado. Hasta el caballo que guardaba puerta se fue veloz, donde apretó para sorpresa de todos. Castella ejecutó un quite variado en el que combinó chicuelinas con tafalleras, rematando con una bonita larga. Brillaron en el tercio de banderillas Antonio Chacón y Paco Algaba. Tras el mismo, se quedó en la puerta de chiqueros donde Roca Rey se fue a plantear faena. Sin probaturas, dejó una primera serie con la diestra compacta. En los mismos terrenos fue la segunda muy larga y ajustada. El de Victoriano del Río, un mansito con genio, que embestía por bajo y con fijeza. El peruano se lo llevó a la contraquerencia, para dibujar naturales de buen trazo. Una faena de largo metraje, en la que tal vez sobraron las últimas tandas. Certero estuvo con la espada y paseó una oreja.

Cerró la tarde “Cóndor”, un burraco de enorme trapío, que fue muy medido en varas. Roca Rey apostó por él en un inicio inmóvil por alto con un soberbio pase mirando al tendido. Prosiguió con mando en series de cuantiosos muletazos en los tardeaba, teniendo mejores principios que finales. Acabó echándoselo encima con una tanda por la diestra rotunda. Metido ya entre los pitones, derrochó valor con circulares y pases cambiados. Un final épico y emocionante, que levantó los aficionados de sus asientos. Esta vez, la estocada cayó algo contraria por precisó del descabello. La plaza estalló en júbilo y Roca Rey consiguió su quinta oreja esta Feria de Abril.

Un cinqueño, de nombre “Derramado” le tocó en suerte a Sebastián Castella para su vuelta a Sevilla. Se frenó en el capote poniendo en apuros junto a tablas al torero francés. Por bajo, se lo llevó a los medios para hilvanar un par de verónicas. Cuando el toro acudió al peto y sintió la puya, rehusó de ella y salió corriendo denotando su acusada mansedumbre. Con doblones muy suaves, toreando a favor del animal, comenzó Castella para sacarlo hasta los medios. El trincherazo con el que remató, torerísimo. Basó la labor con la mano diestra, ya que por el izquierdo huía más. Siempre muy tapado lo llevó en una primera tanda meritoria en la que hubo ligazón. La siguiente, larguísima y en redondo. Tras ella, el toro se sintió podido y buscó la puerta de chiqueros. Perfecta fue la ejecución de la suerte suprema, aunque tuvo que hacer uso del verduguillo.

“Gaditano” echó las manos por delante en el percal de Castella. Se vino arriba el de Victoriano en el tercio de banderillas. José Chacón expuso mucho, especialmente en el segundo par. Inició el matador galo con ayudados por alto para llevarlo fuera de las rayas. Estuvo correcto y haciendo un esfuerzo con un astado que nunca fue entregado, se quedaba cortito y le faltó fondo. No tuvo más opciones que la de irse a por la espada.

“Jarbadillo” impidió que Juan Ortega se luciera con el percal. En el caballo, lo midieron mucho. El sevillano se mostró firme con un animal con muchas teclas y con una embestida informal. Firmó dos series trabajadas en las que imprimió su concepto. La falta de fondo imposibilitó que su hacer tomara vuelo. Acertó con los aceros al tercer intento.

“Aldedano”, un cinqueño sardo que rondaba los 600 kilos, saltó en quinto lugar. Se defendió mucho en el capote de Juan Ortega, que tampoco pudo estirarse con él. El tercio de banderillas fue muy desordenando y con peligro. Bonito el inicio de faena, genuflexo y de frente. Tomó la diestra para intentar exprimir las pocas arrancadas que le regaló en las dos primeras series, antes de irse a buscar las tablas. Tuvo que cambiarlo de terrenos, pero de poco le valió porque volvió a girar hasta la querencia. Se puso también complicado para matar por lo que le costó al Ortega encontrar el sitio.

 

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Duodécima de abono. Feria de Abril. Cartel de “No hay billetes”.

Toros de Victoriano del Río, bien presentados y faltos de fondo y mansos en líneas generales. Primero, manso aunque noble; segundo, sin fondo y desclasado; tercero, manso con clase; cuarto, deslucido; quinto, rajado; sexto, manso.

Sebastián Castella (de blanco y plata), ovación con saludos y silencio.

Juan Ortega (de chocolate y azabache), silencio y silencio.

Roca Rey (de catafalco y oro), oreja y oreja.

Incidencias: Antonio Chacón y Paco Algaba saludaron tras banderillear al tercero; José Chacón, en el cuarto.

Tomás Rufo continúa su idilio con Sevilla

Foto: Arjona / Pagés

Sevilla seguía conmocionada con la tarde ayer. Un capítulo importante en su historia y en la de Morante, pero como en todo libro, cada día hay que escribir una página. El cartel del jueves de farolillo tenía muchos alicientes. Una terna que sabe lo que es triunfar de verdad en La Maestranza. Finalmente, en este capítulo sólo hubo un protagonista: Tomás Rufo. El joven matador de toros ha conseguido su segunda Puerta del Príncipe consecutiva con menos de tres años de alternativa. Toda una proeza. Rufo, aunque tiene armas suficientes para acumular éxitos en todas las plazas, pero se vislumbra el inicio de un idilio que tiene halos de perdurar en el futuro.

De bonitas hechuras y con ritmo, “Insensato”, que hizo tercero y le permitió estirarse con el capote a Tomás Rufo. Impecable estuvo Andrés Revuelta con la brega. Tras brindar al público, echó rodillas en tierra con una tanda de mucha emoción. Prosiguió con la diestra ya en pie para torear con profundidad y ligazón haciendo sonar la música. Tomó la zurda para exigirle por abajo. Brotaron naturales cadenciosos, llevándolo largo. Aumentó el diapasón cuando volvió al pitón derecho con la misma estética. Se tiró a por todas enterrando la espada hasta los gavilanes. El toro aguantó, yéndose a morir a los medios. Rufo paseó las dos orejas e “Insensato” recibió una fuerte ovación por su bravura.

La Puerta del Príncipe estaba entreabierta. Sólo necesitaba un empujón como aquel lunes de lluvia intensa de la pasada Feria de Abril en la que la consiguió por primera vez. Repetir la hazaña sería todo un sueño. “Levítico”, otro bonito ejemplar de Jandilla, cerró la tarde. Por delantales y verónicas lo saludó Rufo. Buen tercio de varas protagonizó Rubén Sánchez. A la salida del segundo puyazo, se metió una fuerte voltereta el toro. Sensacional estuvieron Andrés Revuelta y Fernando Sánchez en el tercio de banderillas. El toledano lo sacó para fuera para dejar una primera tanda con la diestra compacta. En la siguiente, tomó la zurda y cinceló un natural en redondo que duró una eternidad. Por ahí, el Jandilla tenía mucha clase. Era otro bravo animal, pero justo de fuerzas. Más en corto, continuó al natural, que remató con un espectacular pase de pecho. Una faena medida que culminó con un estoconazo. La plaza se pobló de pañuelos. La tercera oreja y las llaves eran suyas.

“Serpentín”, un toro bien hecho, que saltó al ruedo en primer lugar, metió bien la cara por el pitón derecho en el percal de José María Manzanares. El de Jandilla empujó en el caballo. Por bajo, comenzó el alicantino para llevárselo a los medios. Tras las probaturas, ejecutó una tanda con la diestra con largura y mano baja. Basó su faena por ese pitón, ya que por el izquierdo le costaba más. Las siguientes, fueron con ligazón, quedándose en el sitio. Poco a poco la embestida se fue tornando más informal. El alicantino mató con una estocada en todo lo alto.

Bonito fue el recibo de capa de Manzanares a “Repipi”, que fue muy medido en el peto. El toro tenía calidad y clase, pero la falta de fuerza podía más. El alicantino lo condujo con suavidad a media altura sin apretarle. Hubo una buena primera serie rematada con un gran pase de pecho. Pese a estar voluntarioso el matador, la faena no pudo tomar vuelos por la carencia citada a lo que hay que sumar que se vino más abajo. Con la espada no anduvo acertado.

Genuflexo saludó Pablo Aguado a “Sentencioso”. El sevillano dejó algunas verónicas de bello trazo, pero sin terminar de rematar por la falta de entrega del astado. No se empleó en el peto y perdió en varias ocasiones las manos, lo que provocó que asomara el pañuelo verde por el palco. En su lugar salió “Vid”, un sobrero serio, que echó las manos por delante y echando la cara arriba en el percal de Aguado. Quitó Rufo por chicuelinas, a las que replicó el sevillano por el mismo palo, con ajuste y compás. Entonces ya empezó a quedarse cortó y a marcar la querencia. Intentó llevárselo fuera de las rayas para plantear la faena. El de Jandilla fue muy deslucido y desrazado, pasando andado y con sosería. El torero optó por abreviar.

Aguado le cimbreó el capote a “Talador” con mucha suavidad rematando con una gran media. Si en el anterior estuvo bien Juan Sierra en la brega, en este brilló con los rehiletes. Fue otro animal con clase, aunque justo de fuerzas. Torerísimo el inicio por estatuarios y de gran belleza el molinete posterior. El sevillano le dio espacio y tiempo para intentar que aguantara. Al natural, muy desmayado y con despaciosidad. Y hasta ahí la obra, porque el toro echó el freno por la falta de raza. Habilidoso metió la espada.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Feria de Abril. Más de tres cuartos de entrada

Toros de Jandilla, el 2º como sobrero, bien presentados y con calidad en líneas generales a excepción del segundo bis. Primero, con un buen pitón derecho, pero venido a menos; segundo, deslucido y desrazado; tercero, bravo; cuarto, con clase, pero justo de fuerza; quinto, con clase, pero desrazado; sexto, bravo y enclasado.

José María Manzanares (de marino y oro), ovación con saludos y silencio.

Pablo Aguado (de buganvilla y oro), silencio y silencio

Tomás Rufo (de gris plomo y oro), dos orejas y oreja.

 

Incidencias: Saludó Luis Cebadera tras banderillear al segundo y Juan Sierra  en el quinto; Andrés Revuelta y Fernando Sánchez, en el sexto.

  

jueves, 27 de abril de 2023

La sublimación del toreo según Morante

Foto: Arjona / Pagés


Muchas líneas se escribirán sobre la tarde del miércoles 26 de abril en La Maestranza, pero ninguna de ellas llegará a alcanzar a contar lo acontecido. Encontrar las palabras exactas para describir lo que hizo Morante es difícil. Porque el toreo son sentimientos. Hay que sentir y vivir esa catarsis de emociones que te encoge el alma y te acelera el corazón.

Morante consiguió casi lo inimaginable. Cortó un rabo cincuenta y dos años y u día después de que Ruiz Miguel paseara el último de un Miura por la circunferencia del Coso del Baratillo.

Después del lío con los quites del tercero, Morante salió espoleado y recibió con faroles a “Ligerito” para ponerse después a torear por verónicas con mucha profundidad. Por el mismo palo y con los “oles” sin cesar, lo colocó en el caballo. El recital no quedó ahí. Quitó por tafalleras con sabor añejo. Urdiales no quiso ser un mero espectador. Tomó el percal toreando con suavidad a la verónica. Morante replicó de nuevo y para sorpresa de todos, por gaoneras cargando la suerte. Comenzó el último tercio con ayudados por alto de gran ajuste. En los medios dibujó la serie de derechazos compacta. La siguiente al natural, conduciéndolo con largura y gustándose. Le prosiguió otra por el pitón derecho, que fue de altísimo nivel con el toro embebido en la muleta. Una obra cumbre que culminó con una estocada. La Maestranza no paraba de gritar “¡Rabo! ¡Rabo!”. Y así fue. Morante emocionado recogió el rabo con Romero y Paula de testigos y vestido de Joselito. “Ligerito”, coprotagonista de esta bella historia, fue premiado con la vuelta al ruedo.

Con verónicas infinitas y de gran ajuste, saludó Morante a ‘Chistoso’, que abrió plaza. El de Domingo Hernández se pegó una voltereta antes de la entrada al caballo y perdió las manos tras el paso por el mismo. Inició con mucha suavidad y toreando a favor del toro en el inicio de faena. La primera tanda por el derecho la ejecutó con encaje y ligazón. En la segunda, ya le costó más acusando también el volteretón anterior por lo que tuvo que irse a por la espada.

Con sublimes lances en los que paró el tiempo, recibió Juan Ortega a “Púgil”, que hizo tercero. Tras este importante recibimiento, Morante entró en la “guerra” de quites. Firmó cuatro verónicas de bello trazo y una media marca de la casa. Ortega aceptó el reto y respondió por delantales con armonía. La Maestranza era una locura ante tanto arrebato. El sevillano brindó al maestro Curo Romero. Lo sacó fuera del tercio para ponerse a torear con la diestra rematando con una trincherilla para enmarcar que hizo sonar la música. Los sones de “Manolete” lo acompañaron precisamente el día en el que el sevillano vestía un traje inspirado en el que llevaba aquella trágica tarde de Linares. Los naturales, de uno en uno, cadenciosos y con profundidad. Se apagó muy pronto dejando a medias la obra. Acabó con él de un pinchazo y media estocada.

Juan Ortega volvió a instrumentar un saludo de capa cadencioso con lo fue el galleo para colocar al astado en el caballo. Comenzó el último tercio de rodillas, algo poco habitual en él y en su concepto. Lo templó el sevillano con la diestra, por donde llegaron los mejores pases, pero se encontró con un oponente sin celo.

Desentendido del capote de Diego Urdiales salió “Desvalido”. Manseó ya en el tercio de varas y, en banderillas, apretó mucho poniendo en peligro a los rehileteros. El riojano se encontró con un papeletón. Un animal que pasaba con la cara alta, sin fijeza. Un gran esfuerzo el que hizo, extrayendo una tanda meritoria por el pitón derecho. Pinchó Urdiales y el toro se cruzó el ruedo hasta la puerta de chiqueros. Habilidoso, enterró la espada en esos terrenos.

Con preciosos lances saludó Urdiales a “Llorón”, que saltó en quinto lugar. Buenos fueron los puyazos que dejó Chocolate. El torero de Arnedo comenzó por doblones muy toreros. Le siguieron varias tandas con la diestra, aprovechando la calidad que tenía por ese pitón. Cinceló muletazos con largura y despaciosidad. El epílogo, con naturales y trincherillas muy estética. Una faena importante, que remata con una estocada y por la que recibe una ovación. Premio escaso para lo realizado.

Sobre las nueve de la noche, con el sol cayendo por Triana, se abría la Puerta del Príncipe. Una multitud de aficionados se tiraron al ruedo para llevarlo sobre sus hombros. El resto, se agolpa en la calle. Una marabunta que lo llevó en volandas hasta el Hotel Colón. Esto es el toreo.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Décima de abono. Feria de Abril. Casi lleno.

Toros de Domingo Hernández, bien presentados y de juego desigual, el 4º premiado con la vuelta al ruedo. Primero y sexto, con calidad, pero venido a menos; segundo, manso; tercero, con clase, pero sin fondo; cuarto, bravo con clase; quinto, con clase.

Morante de la Puebla (de turquesa y azabache), ovación con saludos y dos orejas y rabo.

Diego Urdiales (de sangre de toro y oro), silencio tras aviso y ovación.

Juan Ortega (de rosa palo y oro), ovación con saludos y silencio. 

miércoles, 26 de abril de 2023

Talavante, un fogonazo en medio de la sequía

Alejandro Talavante. Foto: Arjona / Pagés


El calor extremo para estas fechas que asola Sevilla contribuyó a hacer la tarde aún menos llevadera una tarde hastío por culpa del deslucido encierro de Domingo Hernández. Sólo Talavante cortó una oreja, que bien le vendría el dicho aquel de “no hay quinto malo”. Por su parte, El Juli se estrelló frente un lote imposible y Tomás Rufo mostró un cariz de torero más maduro.

Salvo el constante abaniqueo en los tendidos, nada había pasado hasta la salida de “Serrador”. Alejandro Talavante lo saludó con unas bonitas verónicas. Volvió Rufo a entrar en quites. Estaba por chicuelinas ajustadas que remató con una revolera. Muy torero fue en inicio de la faena en el tercio de frente, en el que hubo un vertiginoso pase cambiado. Se lo llevó para fuera para dibujar una primera tanda con la diestra con ligazón. Al natural, lo intenta, pero embestía muy irregular por lo que tomó de la diestra. En ese preciso momento, la actuación tomó vuelo con una serie más compacta que firmó con un natural en redondo muy templado que hizo levantar la batuta. Continuó de nuevo al natural dejando un par de ellos con más expresividad. Una labor trabajada del extremeño cuyo epílogo fue por bernadinas metido en los terrenos del astado. Mató de una estocada y paseó la oreja.

Con la pierna genuflexa, saludó Talavante a "Clarinete". De esta forma se lo llevó para los medios hasta rematar con una larga. Tomás Rufo quitó por delantales con armonía. Por alto frente al tendido 6, comenzó el extremeño. Tras probarlo en esos terrenos, lo sacó hacia el centro del platillo. Ahí firmó una tanda con la diestra que remató por detrás de mucho calado frente un animal informal. Por el pitón izquierdo se quedaba más cortito y era más sosote. Al volver con la mano diestra, el toro echó la persiana y Talavante concluyó adornándose mirando al tendido. Acertó con la espada al segundo envite.

"Rasposito", un colorado bien hecho, que hizo primero, lo saludó El Juli con verónicas con cadencia hacia los medios. El animal metió bien la cara en el percal, pero estaba justo de fuerzas por lo que fue medido en el peto. Quitó Talavante por chicuelinas de mano baja. Se fue a los medios para plantear faena con la diestra por bajo. El de Domingo Hernández reponía pronto por el izquierdo y tomaba la muleta andando. Decidió volver al pitón derecho para ejecutar una tanda de mano baja y ligando. Fue entonces cuando el animal se sintió podido y buscó las tablas. El madrileño tuvo que irse a por la espada.

"Esplendido", un cuarto muy cuajado y serio, que se frenó en el capote de El Juli. Muy bien estuvo su cuadrilla, ya que el tercio de banderillas no fue nada fácil. Una vez tomó la muleta, se lo llevo para los medios para comenzar a torear al natural. El de Domingo Hernández fue muy deslucido. Embestía sin entrega y sin clase alguna pese al esfuerzo del torero madrileño.

"Pistolero" blandeó en el ramillete de verónicas de Tomás Rufo. Se cruzó veloz hasta la puerta de chiqueros al ver al caballo, aparentando en él. Brindó el toledano tras un tercio de banderillas en el que apretó el toro poniendo en apuros a Andrés Revuelta. Rufo intentó templarlo y torear por bajo, pero el toro perdía las manos constantemente. Muy firme, el toledano intentó ligar al natural, pero el de Domingo Hernández transmitía poco. Al coger la diestra de nuevo, instrumentó una tanda meritoria en redondo. Actuación asentada, que fue rematada con una estocada.

El sexto, ya demostró ser deslucido en el percal de Tomás Rufo. De lejos se arrancó "Habanero" al caballo, donde manseó. Genuflexo comenzó el toledano toreando a favor del animal. El de Pepino estuvo con mucha seguridad e inteligencia, pero su oponente le respondía con sosería y con una falta de raza muy acusada. Acabó con él con una estocada.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena de abono. Feria de Abril. Casi lleno.

Toros de Domingo Hernández y Garcigrande (6°), bien presentados y con falta de fondo den general.

Julián López "El Juli" (de perla y azabache), silencio y silencio.

Alejandro Talavante (de coral y oro), ovación con saludos y oreja.

Tomás Rufo (de verde y plata), ovación con saludos y silencio. 

martes, 25 de abril de 2023

Emilio de Justo perpetúa el toreo en Sevilla con una gran faena a buen toro de Olga Jiménez

 

Emilio de Justo. Foto: Arjona / Pagés

Emilio de Justo pudo sentir con la yema de sus dedos la Puerta del Príncipe. El extremeño firmó una extraordinaria faena frente al tercero. De esas para paladear y rememorar siempre. “Filósofo”, un bravo ejemplar de Olga Jiménez, le acompañó en esta historia. Pero hubo más actos en esta función para destacar. Una tarde de arrebato de Morante de la Puebla en la que hubo muchos matices y un soberbio enfado con el presidente. Y Talavante, que dejó destellos de su magia.

Emilio de Justo toreó muy a favor del toro en el recibo al tercero. Quitó con chicuelinas templadas y de mano bajo, que remató con dos bellas medias. Cuando iba a colocar al "Filósofo" para el segundo puyazo, lo cogió de forma espeluznante. El torero de Torrejoncillos se repuso sin consecuencias aparentes. El astado pasó sin entrega en la suerte de varas, siendo picado muy trasero. Genuflexo, lo sacó el extremeño hacia los medios en inicio emocionante, con muletazos profundos. Le siguió una al natural, acompañándolos con la cintura con mucha despaciosidad. La siguiente, embarcándolo desde muy adelante para llevarlo lejos siempre con reunión y armonía. Con la diestra, acariciaba media muleta por el albero con gran despaciosidad. El de Olga Jiménez tuvo humillación, clase y bravura. Una moneda al aire al triunfo, pero con al que había que poderle. Y así lo hizo Emilio de Justo, además de ralentizar la embestida de su oponente. Una faena rotunda, que fue a más y  que coronó con una estocada. El público enloqueció y el presidente sacó los pañuelos de golpe, además del azul para premiar a "Filósofo" con la vuelta al ruedo.

La Puerta de los sueños estaba entreabierta. "Principal", que estaba llamado a hacer honor a su nombre, pasó a ser un actor secundario desde el inicio. Sin entrega, tomó el capote de Emilio de Justo. Fuera de las líneas de picar, se lo llevó para plantear la labor. Se encontró el extremeño con un oponente sin casta, falto de fondo, que se quedaba encima y con el que no pudo pasar de voluntarioso. Esta vez no lo pudo conseguir, pero la tarde y la feria en su conjunto que ha firmado es para recordar.

Abrió la tarde "Almendrito", que blandeó y embistió pegando gañafones en el capote de Morante. La escasez de fuerza volvió a verse a la salida del caballo, por lo que el presidente lo devolvió. En su lugar salió "Sosito", con el hierro de Olga Jiménez. Lo saludó el sevillano con un par de verónicas con mucha torería antes de que le enganchara. Comenzó el último tercio a torear desde el inicio con derechazos muy torero. Fue otro astado justo de fuerza al que Morante cuidó y condujo a media altura. Por el izquierdo, le costó más por lo que volvió al derecho para dejar la serie más rotunda. Sonó la música y el de La Puebla no quiso acabar la faena sin pegarle una tanda con la zurda. Aunque le faltó ligazón, dibujó un natural eterno. Tras una estocada efectiva se pidió la oreja, que no fue concedida.

Verónicas muy suaves le recetó de salida Morante a "Espléndido", que derribó al caballo. El inicio de faena tuvo mucho sabor añejo. Acostado en tablas lo citó para continuar por trincherillas. La primera serie estuvo sobrada de torería y armonía. Por el izquierdo le costaba, pero consiguió cincelar naturales con empaque. Puso todo de su parte el sevillano con un animal al que le faltó fondo y fue acortando sus embestidas. En el epílogo, le lanzó la montera, qué recogió del suelo tras el brindis. Se vino el de García Jiménez y firmó un par de muletazos monumentales antes de cerrarlo. Enterró la espada Morante y paseó una oreja.

"Almendrito", que hizo segundo, con el mismo nombre del que abrió plaza, le instrumentó Alejandro Talavante un ramillete de verónicas a pies juntos, de mano baja y naturalidad en el centro del platillo. Por el mismo palo, quitó para colocarlo en el caballo, donde empujó. Muy buenos fueron los dos pares que clavó Miguel Murillo. Tras el brindis, el extremeño echo rodillas en tierras para torearlo en redondo combinado con un pase cambiado que hizo estallar la música. El toro embestía haciendo el avión por el pitón izquierdo, aunque blandeó lo que en ocasiones deslució el trasteo. Talavante toreó con ligazón y desmayado. Como si lo que hiciera fuera fácil. Con la espada, erró en repetidas ocasiones y se esfumó la posibilidad de trofeo.

Distraído salió "Carcelero", que hizo quinto. Desordenado y medido fue el tercio varas, donde el toro ya buscaba la puerta de toriles. Con firmeza, Talavante lo llevó siempre tapado, pero el noble cornúpeta le respondía con una embestida informal en los inicios. Al natural, lo empujó hacia adelante, incluso con la voz. Tomó la muleta de lejos, consiguiendo ligar una serie meritoria. Continuó al natural hasta exprimir ese pitón de un toro colaborador. Una faena intermitente que volvió a emborronar con los aceros.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Octava de abono. Feria de abril. Cartel de "no hay billetes".

Toros de Hnos. García Jiménez y Olga Jiménez (1° bis y 3°), bien presentados. Destacó el tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

Morante de la Puebla (de amaranto e hilo blanco), ovación con saludos tras petición y bronca al palco y oreja.

Alejandro Talavante (de blanco y plata), palmas y silencio.

Emilio de Justo (de obispo y oro), dos orejas y silencio.

 

Incidencias: Saludó tras banderillear al segundo Miguel Murillo.

domingo, 23 de abril de 2023

Guillermo Hermoso se corona en Sevilla por las dos vías con su tercera Puerta del Príncipe

 Mi crónica del triunfo de Guillermo Hermoso de Mendoza en Sevilla para Toreteate


https://toreteate.com/guillermo-hermoso-se-corona-por-las-dos-vias-en-sevilla-con-su-tercera-puerta-del-principe/

sábado, 22 de abril de 2023

Manuel Escribano y “Patatero” hacen el toreo en una emocionante tarde de “Victorinos”

 

Manuel Escribano y "Patatero". Foto: Pagés / Arjona


La Maestranza ha vivido este sábado con intensidad gracias al emocionante encierro de Victorino Martín que se ha lidiado en una tarde importante de la terna. Era un día señalado en la trayectoria de Manuel Jesús “El Cid”. El parón de tres años no le ha afectado en absoluto. Todo lo contrario. La imagen que dio fue de un torero en su mejor momento y capaz de dar la cara en las grandes ferias. Por su parte, Emilio de Justo volvió a dar una gran dimensión tras un año de ausencia en el Coso del Baratillo debido a la lesión que le robó media temporada pasada.

Pese a todas estas grandes notas, los nombres propios de la tarde fueron los de Manuel Escribano y “Patatero”. El destino hizo que el hijo de “Cobradiezmos” cayera en sus manos. Un gran toro. Un superclase que lo llaman ahora, pero al que había que torear de verdad como hizo el torero de Gerena.

A portagoya se fue a recibirlo, que saltó en quinto lugar .al quinto. Empujó con fuerza “Patatero” en el peto. Escribano arriesgó mucho en banderillas. Decidió llevárselo para los medios, donde indició la faena, para plasmó una primera tanda de naturales cargados de despaciosidad con un toro que tenía una gran humillación y calidad. Los derechazos fueron aún más despacio con el “Victorino” arrastrando el hocico por el albero. El sevillano le echó bien las telas, esperándolo porque era tardo, para llevarlo embebido en naturales larguísimos. Sentenció con una estocada y los pañuelos poblaron los tendidos. Dos orejas para Escribano y vuelta al ruedo para “Patatero”. Un gran homenaje en el nombre de su padre.

“Portero” salió muy emplazado y embistiendo por bajo en el percal de Manuel Escribano. Habilidoso estuvo el de Gerena con los rehiletes. Este segundo estuvo muy en “Victorino”. Sabiendo lo que se dejaba atrás todo el tiempo, reponiendo pronto. Muy firme y con mucha seguridad se mantuvo el torero sevillano. Le tragó mucho por el pitón derecho extrayendo muletazos de auténtico mérito. Por el izquierdo era imposible. No se desplazaba. Volvió con la diestra en una última tanda lograda, provocando la embestida. Se tiró a por todas, cayendo la espada muy trasera.

La Maestranza recibió con una fuerte ovación a uno de los que siempre ha sido su torero: Manuel Jesús “El Cid”. “Corretón”, un cárdeno serio, fue el elegido para la reaparición del torero de Salteras. Le recetó cuatro verónicas templadas para continuar toreando a favor del de Victorino. Lo midieron mucho en el peto porque no estaba sobrado de fuerzas. Tras el brindis al público, lo sacó para los medios para ponerse a torear con su prodigiosa mano izquierda. Dejó una primera tanda que recordó al Cid de los mejores momentos. Naturales con cadencia. En la siguiente, ya el toro rehusaba de la pelea. Con la mano diestra, embestía echando la cara arriba, pero Manuel Jesús le tomó el pulso imponiéndose a él.  Acabó con una estocada que precisó de un descabello, dejando todo en una vuelta al ruedo.

El cuarto, otro ejemplar serio, que arrastraba el hocico en el capote de El Cid. Buenos pares de banderillas clavó Lipi, el último exponiendo mucho en un quite providencia de Emilio de Justo. Pronto se puso a torear Manuel Jesús al natural con una serie inicial de poder por abajo. No fue un astado fácil. Pedía hacerlo todo bien y sin brusquedad. El Cid prosiguió firmando naturales importantes. Con la diestra lo intentó, pero se volvía rápido, por lo que volvió al pitón izquierdo. Fue entonces cuando firmó las dos tandas al natural con más despaciosidad. Tras una estocada, paseó la primera oreja de su vuelta a los ruedos.

Con la pierna genuflexa y con mucho gusto saludó Emilio de Justo al tercero. Colocó a “Filigrano” con mucho garbo en el caballo. Tuvo el bonito gesto de brindar a El Cid. Tomó pronto la zurda el extremeño para firmar naturales por bajo en una segunda serie de mucho calado que hizo sonar la música. Los siguientes fueron con más expresión frente a un cornúpeta noble, con fijeza y humillación. La tanda por el derecho fue de poder, aunque reponía pronto. Con mucha naturalidad fueron los naturales del epílogo. Enterró los aceros y cortó una oreja.

El sexto fue muy protestado por la falta de fuerza del “Victorino”. Lo empujó el extremeño en la muleta haciendo que rompiera hacia adelante con un oponente complicado. Construyó la faena poco a poco hasta instrumentar una serie importante por el pitón derecho en la que hubo ligazón. Continúo por el mismo palo dejando muletazos aún más largos. Al natural fue imposible. “Milanés” se quedaba encima de él jugándosela. Volvió con la diestra para rematar con la serie más rotunda. La espada le privó de premio.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Sexta de abono. Feria de Abril. Lleno.

Toros de Victorino Martín, bien presentados y de buen juego en general. Destacó el quinto que tuvo calidad y humillación y fue premiado con la vuelta al ruedo. El primero, justo de fuerzas; el segundo y sexto, complicados y con peligro; el tercero, noble y con emoción; el cuarto, complicado pero con emoción.

Manuel Jesús “El Cid” (de tabaco y oro), vuelta y oreja.

Manuel Escribano (de verde y oro), ovación con saludos y dos orejas.

Emilio de Justo (de corinto y azabache), oreja y tras aviso y ovación.

Incidencias: Saludó Lipi tras banderillear al cuarto.

 

viernes, 21 de abril de 2023

Roca Rey cumple su sueño y conquista su último feudo

Foto: Arjona / Pagés


Sevilla colgó su segundo cartel de “no hay billetes”. Casualmente, en las dos tardes se anunciaba Roca Rey. El ambiente que tiene el peruano en el Coso del Baratillo es enorme, pero era un romance que por diferentes motivos no terminaba de alcanzar el punto álgido. Andrés ha conquistado en varias ocasiones todos los feudos de primera categoría. La Puerta del Príncipe le ha quitado el sueño muchas noches. Pero hoy era el día. Ni “Eolo”, que estuvo presente toda la tarde, quiso perderse esta fecha para enmarcar. Caía la noche sobre La Maestranza y Roca Rey, muy emocionado y en éxtasis, cruzaba el umbral de la Puerta Grande después de firmar dos faenas de poder.

"Asustado", largo aunque escaso de trapío, que hizo tercero, no se entregó en el capote de Roca Rey. El animal fue muy medido en el caballo. Viruta se desmonteró tras un buen tercio de banderillas en el que expuso mucho, sin dejar atrás el buen hacer con el percal de Antonio Chachón. El peruano le cogió el pulso pronto a un toro con muchas teclas. Tomó la diestra con firmeza, pese a que se le venía cruzadito y le faltaba continuidad en las embestidas. Los naturales fue sacándolos de uno en uno en series meritorias. La última tanda con la diestra le costó más, por lo que lo citó en corto. La estocada fue letal lo que provocó la pañolada, cayendo la primera oreja en su esportón.

Cerró la tarde “Halcón”. De nuevo salía por chiqueros el segundo toro de Núñez de Cuvillo con el mismo nombre que se lidiaba en La Maestranza en menos de dos semanas. En Resurrección, El Juli desorejó al primero y este viernes hizo lo propio Roca Rey. Sin entregarse pasó por el capote del limeño. Magistral fue el puyazo que le propinó José Manuel Quinta. No fue la única ovación que se llevó la cuadrilla. Antonio Chacón hizo sonar la música tras parear a este sexto. Brindó Andrés a sabiendas de que estaba a un paso de cumplir su sueño. Vibrante fue el inicio de rodillas con pases por la espalda de vértigo. Hasta los medios lo sacó citándolo a media distancia y llevándolo embebido en la muleta. Dibujó muletazos de mano baja y con profundidad al encastado toro. Una faena poderosa que remató con otro espadazo certero. Sevilla estaba rendida a Andrés Roca Rey y la presidencia no tuvo más opción que sacar los dos pañuelos.

"Dudosito" embistió en el capote de Manzanares echando las manos por delante y pegando gañafones. Empujó en el caballo de Paco de María, que recitó un gran tercio de varas. Ceñidísimas fueron las tres chicuelinas que instrumentó Roca Rey en el quite. En la última, estuvo a punto de ser arrollado, resolviendo el peruano con una revolera. El de Cuvillo metió bien la cara en los primeros compases del trasteo. Manzanares se puso de frente para ligar una serie de tres derechazos en la que el animal dejó ver la clase que tenía. Con largura y emoción fue la siguiente. Lo llevó tapado el alicantino ya que quería irse. Por el izquierdo le costó más, saliendo desentendido. Raramente en él, erró con los aceros.

“Rescoldito”, menos hecho que sus hermanos, recibió un buen puyazo de Óscar Bernal. Fuera del tercio sacó Manzanares al quinto para comenzar toreando al  natural,  por donde el alicantino cinceló una primera tanda de bello trazo. La segunda, en redondo y con cadencia. Cimentó la faena por ese pitón, que tuvo mayor calidad. Le apretó el Cuvillo hacia toriles a punto de cogerlo. No fue su día con la espada, porque de haber matado con una estocada marca de la casa, hubiera tocado pelo.

El peor lote del encierro le correspondió a Diego Urdiales. "Lanudo", un precioso jabonero, bien hecho abrió la tarde. Humilló en las telas del riojano, que quitó por chicuelinas rematando con una gran media. Con mucha suavidad, inició por bajo para sacarlo hacia fuera. El de Cuvillo, aunque tenía fijeza, se puso más violento por el derecho. Por el izquierdo lo probó, pero tampoco le dio opciones de triunfo por lo que optó por abreviar. La estocada fue fulminante.

Distraidito salió “Asturiano”, que le costó encelarse en el recibo. Urdiales dejó un par de verónicas de mano baja con temple para recordar. Frente al tendido seis, se puso a torear en una primera tanda en la que hubo muletazos con empaque. Se puso en las distancias cortas para recetar muletazos de uno en los que le soltó más de un gañafón. Diego estuvo siempre muy asentado con un oponente de embestida informal. 

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Quinta de abono. Feria de abril. Cartel de “No hay billetes”.

Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y juego.

Diego Urdiales (de caña y azabache), silencio y silencio.

José María Manzanares (de marino y oro),  palmas y silencio.

Roca Rey (de sangre de toro y oro), oreja y dos orejas.

Incidencias: Saludaron Viruta tras banderillear al tercero y Antonio Chacón en el sexto.

jueves, 20 de abril de 2023

Prodigiosa obra de Daniel Luque con un “Príncipe” de vuelta al ruedo

 

Daniel Luque. Foto: Arjona / Pagés


Como en un bucle, pero del que no quisiéramos salir, Daniel Luque lo volvió a hacer. Un jueves de preferia en Sevilla con toros de El Parralejo. Parecía que la historia se repetía. Aquel 28 de abril de pasado año, el de Gerena abría la Puerta del Príncipe. Casi 365 no ha repetido este hito porque su primer oponente no le acompañó, pero ha firmado una faena prodigiosa. Digna de las muñecas de unos pocos con un toro de gran calidad.

Y es que hasta salida del quinto, la tarde transcurría entre el sopor y el enfado. Fue entonces cando Luque recibió a pies juntos y con temple a “Príncipe”. Un toro bravo en el caballo, aunque fue medido. Tras él, se pegó una fuerte costalada. Quitó Francisco de Manuel con garbosidad por chicuelinas. Aunque el ambiente estaba grisáceo, el sevillano se fue a los medios a brindar. Sin pestañear se puso a torear desde el primer minuto a un astado con calidad y clase. Una naturalidad pasmosa le acompaño en una primera tanda. La segunda a media altura y en redondo hizo sonar la música. La tercera excepcional con un pase de pecho eterno. Al natural lo llevó largo, arrastrando las bambas de la muleta. El epílogo, toreando al natural con la diestra, gozó de gran trazo. El sevillano enterró la espada y La Maestranza fue todo un clamor. Dos orejas y vuelta al ruedo a un gran ejemplar de El Parralejo.

"Barbacén" ya cantó la gallina de salida. Cuando se fijó en el capote de Luque, se pegó una fuerte voltereta en el primer envite. En el tercio de varas hubo algo de caos. Tras la salida del primer puyazo, el toro se derrumbó causando un gran enfado en el público. El palco se mantuvo en su decisión de no devolverlo. El estado de gracia del sevillano se notó desde el primer muletazo. De frente, con dominio y templanza, le plasmó dos series por el pitón derecho. Sólo fueron esas porque en una fuente donde no hay agua, no se puede sacar más. Puso fin con una estocada tendida efectiva.

Francisco de Manuel dejó como carta de presentación un ramillete de verónicas ganándole terreno que remató con una chicuelina y una media. "Tremendo" metió bien la cara y se desplazó, pero estaba cogido con pinzas por lo que lo midieron mucho en el caballo. Hasta los medios se fue para citarlo en la distancia. Se arrancó con prontitud a la muleta del madrileño. En la siguiente serie, también con la mano diestra, lo llevó largo, pero ya le costó más al de El Parralejo. Al natural, siempre componiendo la figura, al astado vino con menos inercia. Fue entonces cuando Francisco de Manuel se metió en los terreros de oponente. Los pitones le acariciaban la taleguilla en los naturales de uno en uno. Una faena meritoria que ha dejado con ganas de ver más la joven torero.

“Gaditano”, más escurrido que sus hermanos, remató con fuerza en las tablas en una salida muy brusca en la que estuvo a punto de partirse el pitón. De Manuel lo esperó para recetarle un saludo por verónicas. El astado que todo lo que tenía de noble, le faltaba de fuerzas. En una tarde de compromiso del madrileño, le fue buscando las vueltas hasta encontrar la colocación correcta. Estuvo muy seguro, pero le faltó entrega en cada una de sus embestidas al burel para terminar por rajarse.

"Jurista", un cinqueño castaño bien hecho y armado, abrió la tarde. Miguel Ángel Perera, que volvía a Sevilla de inmaculado y oro, no pudo lucirse en el recibo. Tomó el percal frenándose y colándose hasta en dos ocasiones. La colocación de los puyazos tampoco ayudaron al comportamiento del animal. Con más brío fue el quite por chicuelinas ceñidas del extremeño. Curro Javier y Javier Ambel estuvieron torerísimos con los rehiletes y en la brega. Inmóvil, comenzó la labor por alto y hacia dentro, pero sin continuidad en la embestida de su oponente. Perera, voluntarioso y queriendo agradar, sin embargo con el marmolillo que tenía frente a él, optó por abreviar.

"Brevito", armónico de presencia, se pegó una fuerte voltereta en el saludo capotero de Perera. Su sino no mejoró. Salió del peto perdiendo las manos hasta que se cayó de nuevo. En la muleta, el extremeño se encontró con la misma situación, sin poder plantearle faena.

 

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Cuarta de abono. Feria de Abril. Media entrada.

Toros de El Paralelo bien presentados y faltos de fuerza en líneas generales. El quinto, fue premiado con la vuelta al ruedo.

Miguel Ángel Perera (de blanco y oro), silencio y silencio.

Daniel Luque (de rioja y oro), ovación con saludos y dos orejas.

Francisco de Manuel, (de marino y oreo), ovación con saludos y palmas.

Incidencias: Curro Javier saludó tras banderillear al segundo.

miércoles, 19 de abril de 2023

Álvaro Lorenzo, única oreja en una tarde de entrega

 

Foto: Arjona / Pagés

Comenzaba el ciclo continuado de la Feria de Abril con un encierro de Santiago Domecq. Una ganadería querida y esperada por los aficionados. Y es que los toros provenientes de “Garcisobaco” han dado destacados frutos en La Maestranza. Sin ir más lejos, “Chismoso” el pasado año, que cayó en las manos de Alfonso Cadaval. Esta vez, el sino ha sido algo diferente. A la corrida le faltó fondo en líneas generales, destacando dos ejemplares, tercero y quinto, que fueron aplaudidos en el arrastre. Sólo Álvaro Lorenzo tocó pelo en este último.

Altote y algo más feote, “Camorrista”, que hizo quinto. Lorenzo se estiró con el capote con él, pero sin llegar a calar en los tendidos. Por el caballo, también pasó sin brío para llegar al último tercio sin terminar de definirse. Algo le vio el toledano que decidió brindar al respetable. Fuera de las rayas, comenzó por doblones con mucha torería. Desde lejos lo citó con la diestra. El toro embistió con emoción mientras Álvaro lo condujo con largura e intentando bajar la mano, ya que venía con la cara a media altura. Los naturales tuvieron mayor profundidad. Volvió al pitón derecho para someterlo con el toreo en redondo en una serie con la que alcanzó el punto álgido. Una faena medida e inteligente con un toro importante. Concluyó con una estocada algo caída. Los pañuelos poblaron los tendidos y paseó un apéndice.

El segundo, mas escurrido de hechuras, tomó el percal de Álvaro Lorenzo echando las manos por delante. “Merecido” hizo una pelea de bravo en el caballo, aunque no fue muy castigado. Curro Javier estuvo preciso en la brega, mientras que Raúl Ruiz clavó dos buenos pares de banderillas. El toledano lo sacó hacia los medios para extraer naturales de uno en uno. Estuvo muy asentado siempre bien colocado, echándole los vuelos en el hocico y llevándolo largo. El hándicap con el que se encontró fue la trasmisión. Certero también estuvo con la espada.

Abrió plaza un precioso ejemplar salinero al que José Garrido le instrumentó un ramillete de verónicas con mucho gusto. Personalísimo fue también el quite por delantales. “Durillo”, que demostró tener mucha fijeza en los primeros tercios, apretó en los dos encuentros con el caballo. El extremeño apostó por él, brindando al público. Aunque en un inicio prometía más, el de Santiago Domecq, pese a la movilidad, le faltó más entrega en la embestida. Garrido siempre quiso echarle la muleta por bajo y torearlo templado, pero su oponente se defendía. La espada cayó traserita y tuvo que descabellar.

“Zahareño”, que hizo cuarto, un colorado armónico al que recibió por verónicas Garrido. A diferencia de sus hermanos, no quiso ver el caballo. Comenzó la labor el extremeño por bajo, con la pierna genuflexa. Le apretó en la tercera serie con la mano diestra en la que el Domecq respondió. Con temple y barroquismo, dibujó algunos naturales importantes. Pronto se sintió podido dejando en evidencia la falta de fondo. José se metió entonces entre los pitones. En el epílogo por circulares, estuvo a punto de ser cogido. Dejó una media que precisó de un golpe de verduguillo.

“Condenado” humilló en cada una de las verónicas que le recetó Alfonso Cadaval. Fue otro ejemplar que metió los riñones en el peto y fue bien picado por Aurelio Cruz. El sevillano le brindó a Miguel Báez “El Litri”. Con suavidad, se lo llevó fuera de las rayas de picar. Más desentendido, se le coló en la primera tanda. Cadaval optó por citarlo en corto por el pitón izquierdo, llevándolo muy tapado y sometiéndolo por bajo. Lo miró y lo juzgó sin darle tregua en una tercera serie en la que se la jugó. Un toro encastado y muy exigente que requirió técnica con el que estuvo muy firme. Acertó con la espada en el segundo envite.

“Argelino”, burraco y bien hecho, echó el cierre a la tarde. Embistió con ritmo en los de recibo de Cadaval. Por doblones se fajó con él en el esbozo de la faena. El sevillano tomó las telas con la zurda, llevándolo con suavidad, pero la falta de fuerza y fondo la acusó desde la primera tanda. La voltereta que había sufrido con anterioridad tampoco le vino bien. Mató de pinchazo y media.

 

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Tercera de abono. Feria de Abril. Media entrada

Toros de Santiago Domecq bien presentados, faltos de fondo en general. Primero con fijeza, pero de poca entrega; segundo, sosito y noble; tercero, encastado y exigente; cuarto, sin entrega; quinto, con emoción y bravura; sexto, deslucido.

José Garrido (de crema y oro), ovación con saludos y tras aviso.

Álvaro Lorenzo (de pizarra y oro), ovación con saludos y oreja.

Alfonso Cadaval (de verde esperanza y oro), silencio y silencio.

Incidencias: Saludó Raúl Ruiz tras banderillear al segundo.