lunes, 26 de junio de 2023

Badajoz, clase practica del domingo 25 de junio de 2023

La plaza de toros de Badajoz acogió este domingo una clase práctica como colofón a su Feria de San Juan. Lenny Martíns, Adrián Monroy y Manuel León pasearon cada uno un trofeo. León se proclamó triunfador del festejo y se alzó con el capote de paseo donado por El Pilo. 


Ficha del festejo:

Plaza de toros de BadajozNovillos de Bernardino Píriz, bien presentados y de juego desigual. El quinto fue premiado con la vuelta al ruedo.

Darío Romero, ovación con saludos tras aviso.

Lenny Martíns, oreja. 

José Antonio de Gracia, silencio tras aviso.

Alberto Donaire, de la Escuela Taurina de Valencia, silencio.

Adrián Monroy, oreja tras aviso.

Manuel León, oreja. 


Tenéis la galería del festejos en la sección de Temporada 2022-2023 o en el siguiente enlace:

Y las curiosidades y el ambiente del festejo en Lo que el Toro no ve o en el siguiente enlace:
http://loqueltoronove.blogspot.com/2023/06/badajoz-clase-practica-del-domingo-25.html

domingo, 14 de mayo de 2023

Marcos Linares, vencedor del Circuito de Novilladas de Andalucía con tributo de sangre

 

Marcos Linares. Foto: Arjona / Pagés


La Real Maestranza de Sevilla acogía este domingo por primera vez la final del Circuito de Novilladas de Andalucía que organiza la Fundación Toro de Lidia. El novillero jienense Marcos Linares se alzó con el codiciado galardón, que no pudo recoger porque fue cogido por el primero de su lote. Por su parte, Ismael Martín dejó gratas sensaciones en el que además era su debut en Sevilla.

Marcos Linares dibujó verónicas con despaciosidad ganándole terreno a “Lobulillo”, que hizo segundo. Fue muy medido en el peto porque no atisbaba que tuviera mucha fuerza. En el último tercio molestó mucho el viento por lo que lo cambió de los terrenos. Imprimió suavidad conduciéndolo a media altura con la diestra. Al de Villamarta le faltó raza y transmisión, pero el novillero jienense se impuso al natural con una serie en la que hubo ligazón. Volvió al pitón derecho para plasmar muletazos con mucha torería. Una faena importante en la que dio una gran dimensión. Al entrar a matar, el novillo se quedó parado cogiéndolo muy feo e infiriéndole una cornada en el muslo derecho.

“Fundaplata” saltó al ruedo distraído y sueltecillo del capote Ismael Martín. Colocó con soltura y variedad los rehiletes. Cimentó la faena en la mano derecha por donde hubo pasajes destacables, aunque su oponente tenía mejores inicios que finales. El salmantino estuvo muy firme, pero su esfuerzo no llegó a tomar vuelo por lo deslucido que era el de Villamarta. En el epílogo por luquesinas estuvo a punto de ser corneado. Se tiró a por todas a matar dejando una estocada.

Se corrió turno y “Ríoblanco”, reseñado como sexto, salió en quinto lugar manseando en el capote de Ismael Martín. El mismo comportamiento mostró en el caballo, huyendo del castigo. El salmantino tomó los palos y protagonizó un tercio de banderillas arriesgado. Tuvo el bonito gesto de acercarse hasta la puerta de la enfermería para colocar la montera en señal de brindis a su compañero Marcos Linares. Genuflexo se lo llevó fuera de las rayas. En este prólogo de la faena, el novillo embistió con codicia, pero fue solo una ilusión. El salmantino estuvo muy de verdad, sin volver la cara a las complicaciones que le planteó. Extrajo muletazos de uno en uno muy de frente y sin perder nunca la colocación. Fue una meritoria faena de Ismael Martín que remató con un pinchazo previo a la estocada.

El Melli saludó de rodillas a “Biensolo”, que abrió la tarde, para continuar lanceándolo de pie. El de Villamarta tomó bien las telas por el pitón derecho, aunque por el izquierdo se frenaba. Con habilidad quitó por chicuelinas Marcos Linares. El Melli se mostró seguro apostando por las buenas cualidades de su oponente desde el inicio. Templado y genuflexo comenzó la faena el gaditano. Instrumentó una primera tanda en la que abundaron muletazos largos en los que fue metido el utrero. La música entonó al mismo tiempo que dejaba otra serie de similar trazo. Por el izquierdo le costaba más, pero dejó algunos naturales destacables. Abrochó la labor por circulares con un novillo venido a menos. No halló la fortuna con la espada.

Al cuarto, “Acusadillo” de nombre, lo recibió con una larga cambiada de rodillas. El animal no se entregó en el percal de El Melli. Lo llevó galleando al caballo con el capote en la espalda por donde pasó sin brillo. Con variedad quitó el gaditano para replicar por delantales Ismael Martín. Volvió a echar las rodillas en tierras para torear en redondo en un inicio con vibración. El novillo tenía la querencia muy acusada y, aunque el novillero estuvo voluntarioso, optó por abreviar. Con la espada no estuvo certero.

A El Melli le correspondió estoquear a “Ricongrande” por la cornada de Marcos Linares, al que saludó genuflexo. Tampoco se empleó en varas el cierra plaza. El gaditano estuvo muy entregado en una labor que tuvo que construir junto a tablas frente a un oponente que no quiso pelea.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimoséptima de abono. Final del Circuito de Novilladas de Andalucía. Media entrada. Novillos de Villamarta, bien presentados y de juego desigual. Primero, noble aunque sosito; segundo, desrazado; tercero, falto de fondo y clase; cuarto, quinto y sexto, mansos.

Germán Vidal “El Melli” (de marfil y oro), silencio, silencio y silencio.

Marcos Linares (de sangre de toro y oro), herido.

Ismael Martín (de azul rey y oro), vuelta al ruedo tras petición y ovación con saludos.

Incidencias: Marcos Linares se proclamó vencedor el Circuito de Novilladas de Andalucía “por unanimidad”.

Parte médico de Marcos Linares: “herida por asta de toro a nivel de triángulo de Scarpa en MID, con una trayectoria ascendente de 5-6 centímetros que penetra fascia mulos saltorio, contundiendo arteria femoral superficial, con hematoma advendicial y espasmos secundario. Lavado de herida y se coloca drenajes. Pronóstico: grave”.


domingo, 7 de mayo de 2023

Jerez de los Caballeros, Clase Práctica del sábado 6 de mayo

Tomás Bastos. Foto: Sandra Carbonero

La plaza de toros de Jerez de los Caballeros acogió este sábado una clase práctica con motivo de la Feria del Jamón y coincidiendo este 6 de mayo con el 22 aniversario de su reinauguración. 


Ficha del festejo:

Plaza de toros de Jerez de los Caballeros (Badajoz). Más de media entrada.

Novillos de Marcos Núñez, de buen juego. Destacaron el tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo, y el sexto, que fue indultado.

Mauro Macandro, ovación con saludos. 

Gonçalo Alves, dos orejas. 

Alejandro González, dos orejas. 

Manuel León, dos orejas. 

Julio Méndez, dos orejas. 

Tomás Bastos, dos orejas y rabo simbólicos. 


Tenéis la galería del festejos en la sección de Temporada 2022-2023 o en el siguiente enlace:

Y las curiosidades y el ambiente del festejo en Lo que el Toro no ve o en el siguiente enlace:

martes, 2 de mayo de 2023

Escribano y Miura, diez años después

 

Foto: Arjona / Pagés

Rememorando aquellos “lunes de resaca” que ponían fin a la Feria de Abril, este primero de mayo Miura era la encargada de decir adiós a este magnífico serial. Lo que iba a ser una terna se convirtió en un mano a mano improvisado debido a la lesión que sufrió El Fandi. Algo parecido ocurrió con la “miurada” de hace 10 años. El Juli sufrió una grave cogida en La Maestranza dos días antes y en su lugar entró Manuel Escribano, un torero que por aquel entonces no se prodigaba por las grandes ferias. Aquella tarde cambió su carrera. Aquel triunfo puso su nombre en órbita. Una década después y, tras el gran éxito que cosechó hace pocos días con la corrida de Victorino Martín, el torero de Gerena se reencontró con otro Miura de lío gordo.

Manuel Escribano se fue hasta la puerta de chiqueros a recibir a “Chorizero”. Tras ejecutar la ajustada larga cambiada, le instrumentó un puñado de verónicas ganándole terrenos con mucha emoción. El de Zahariche empujó también en el caballo. El sevillano puso en pie al público en un tercer par de banderillas de vértigo en el que expuso mucho. Tuvo que saltar al callejón, quedándose a milímetros de ser cogido. Se fue a los medios para brindar. Allí se quedó inmóvil para citarlo con un pase cambiado. El toro se frenó a la mitad del recorrido palpándose la angustia. Una vez se arrancó, le pegó hasta dos cambiados por la espalda. Volvió a darle distancias y el de Miura tomó las telas con emoción y humillación. En la segunda serie cayó el diestro frente a la cara de su oponente, levantándose con agilidad. Escribano firmó naturales de mano baja, ligazón y profundidad. Para cerrar, cogió la diestra en una serie en redondo en la que le exigió mucho. Una faena muy de verdad, que concluyó con una estocada caída. El público le pidió enardecimiento el doble trofeo. El palco se mantuvo firme en la concesión de uno por la colocación de la espada y se llevó una sonora bronca.

Los tendidos se pusieron en pie con el recibimiento de Manuel Escribano a “Amargoso”, que cerraba plaza. De nuevo se fue a portagayola. El burel salió distraído. El torero aguantó impávido de rodillas, esperándolo y citando. Una larga vibrante que encadenó con verónicas y una rebolera. Se empleó mucho en caballo este último de la feria. El de Gerena volvió a protagonizar un espectacular tercio de banderillas. El tercer par, sentado en el estribo por los adentros, causó furor. Desde el centro del platillo lo citó con la diestra. El astado se le vino veloz embistiendo a media altura con sosería. Escribano estuvo muy firme, dándole tiempo entre muletazo y muletazo. Acabó en las cercanías donde cinceló muletazos templados.

“Yegüerizo”, el toro de menor peso del encierro, saltó en segundo lugar. Lo saludó Manuel Escribano con varios lances en los que pasó sin humillar. Fácil a la vez que vibrante estuvo en banderillas. Con espectacularidad clavó el tercer par al violín y al quiebro por los adentros. Comenzó en los mismos terrenos por estatuarios que abrochó con una trincherilla. Lo sacó para los medios, donde molestaba el viento. Le planteó la diestra por done iba siempre rebrincado. Los naturales a media altura fueron meritorios con un animal que nunca descolgó. Una faena de mucho esfuerzo que acabó con una estocada y un descabello.

“Triguero”, que salió con el pitón derecho escobillado, dejó entrever la falta de fuerza en el capote azul de Antonio Ferrera. Con prontitud se arrancó al caballo, donde empujó. Magnifico fue el tercio de banderillas de manos Ángel Otero y Alberto Carrero con los rehiletes. El extremeño brindó de rodillas y mirando al cielo, tal vez  en un bonito homenaje a Montoliú en el aniversario de su muerte. Ferrera basó la faena por el pitón derecho, ya que por izquierdo embestía defendiéndose. En los primeros compases, los dos primeros muletazos los tomaba bien. El de Miura se vino abajo pronto y terminó con un macheteo por bajo. Dejó una gran estocada con la que cayó rodado el animal.

Ferrera le recetó lances de probatura a “Charrano”, un precioso cárdeno astifino de 616 kilos que humilló. Hizo una buena pelea en vara en los dos encuentros. Con los rehiletes, Joao Ferreira clavó un espectacular par de frente en el que arriesgó mucho. El extremeño se encontró con un cornúpeta que pegaba gañafones por el derecho, mientras que por el izquierdo no llegó a pasar ni una sola vez. Enterró la espada en el segundo encuentro con habilidad.

“Torrealta”, que hizo quinto, un toro muy cuajado que pesaba 625 kilos. Tomó el percal de Ferrera echando las manos por delante. El de Zahariche tuvo buena condición y nobleza, pero quería más que podía. El torero extremeño se mostró asentado con la colocación siempre correcta para intentar que empujara hacia adelante. Según avanzaba la faena, fue acortando el recorrido. Otra gran estocada firmó Antonio Ferrera.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimoquinta de abono. Feria de Abril. Tres cuartos de entrada.

Toros de Miura, bien presentados y de juego desigual. Primero, noble aunque sin fondo; segundo, deslucido; tercero, noble; cuarto, con emoción y bravura; quinto, flojo; sexto, complicado.

Antonio Ferrera (de grana y oro con cabos negros), silencio, silencio y silencio.

Manuel Escribano (de verde billar y oro), silencio, oreja con petición y ovación con saludos.

Incidencias: Saludaron en banderillas Ángel Otero y Alberto Carrero en el primero y en el tercero, Joao Ferreira.

lunes, 1 de mayo de 2023

La rotundidad de Luque, el temple de El Juli y una oreja birlada

 

Foto: Arjona / Pagés

El debut en corrida de toros de la ganadería de La Quinta en Sevilla había generado gran expectación entre los aficionados que suelen dejarse ver durante las corridas de carácter torista. El encierro decepcionó en su conjunto, aunque hubo cualidades reseñables. Por encima de él, se encontraron dos guerreros que hicieron frente a batallas distintas. Daniel Luque se impuso al exigente quinto, mientras que El Juli consiguió torear al ralentí al primero.

A “Ibarreño”, que hizo quinto, se le notó en la mirada el encaste Santa Coloma nada más pisar el albero de La Maestranza. Pasó sin entrega por el percal de Daniel Luque, empleándose después en el peto. Poco a poco lo fue metiendo en la muleta hasta que el toro sacó un buen fondo que sólo había visto él desde el principio. Le dio sus tiempos entre muletazo y muletazo, siempre dejándole la muleta puesta en el hocico. Prosiguió al natural con una tanda más compacta y un cambio de mano muy despacio. La música alzó vuelo mientras el sevillano tomó la diestra, toreando más en corto y por bajo. Retomó el toreo al natural en una serie en la que hubo gran profundidad y despaciosidad, que puso a los tendidos en pie. Colocó una estocada y el toro cayó rodado. Luque paseó una oreja. Premio que se antoja tal vez poco y más teniendo en cuenta la línea que había tomado la feria.

“Turquesito”, de bonitas hechuras, se partió la pata tras la salida del caballo por lo que tuvo que ser devuelto. Antes, el diestro de Gerena había podido recetar verónicas de bella factura y el de La Quinta trasmitía buenas sensaciones. En su lugar saltó al ruedo, “Conejillo”, la antítesis de su hermano, ya que de salida se que se defendió en el capote de Daniel Luque. A la salida del peto, se pegó una voltereta muy fuerte. Magistralmente fue lidiado por Juan Contreras y banderilleado por Iván García y Jesús Arruga. El de Gerena lo cuidó para intentar que empujara hacia adelante. Se encontró con un oponente que embestía con la cara alta, sin entrega, aunque con fijeza. Pese a que lo que realizaba no calaba en los tendidos, parecía que toreaba de salón. De ahí que fuera una faena larga.

“Detenido”, un toro cinqueño, cuajado y serio, fue la carta de presentación del debut de La Quinta en Sevilla. El Juli lo saludó con cuatro buenas verónicas en la que el animal metió bien la cara por el pitón derecho. El cornúpeta empujó en el caballo en los dos encuentros. El torero madrileño inició el último tercio genuflexo para seguir en redondo fuera de las rayas de picar. Con inteligencia, lo cambió de terrenos para construir la faena en los medios. Allí tomó la diestra, conduciendo la embestida con suavidad. Al natural, le faltó más empuje, aunque hubo uno con mucha despaciosidad. Volvió a la diestra por donde subió más el diapasón. La última tuvo una mayor profundidad y rotundidad. Una faena a más en la que consiguió ralentizar la embestida en cada muletazo. Acabó con él con una estocada un pelín caída pero efectiva. Los tendidos pidieron con fuerza el trofeo, pero el presidente, que otros días estuvo generoso en su hacer, hoy no lo concedió. El público obligó a El Juli a dar una vuelta y el presidente se llevó una sonara bronca.

“Jabalí”, que hizo cuarto, se quedó cortito y frenándose en los lances de El Juli. Hasta tres puyazos recibió. Fue un toro muy complicado que le dio nulas opciones al madrileño. Lo intentó por ambos pitones, aguantando miradas y parones. A la hora de entrar a matar, el toro le esperaba con la cara arriba, por lo que pinchó en varias ocasiones antes de enterrar el acero.

Espero Pablo Aguado a “Almonteño” hasta meterlo en el capote, donde dejó un ramillete de verónicas. Fue otro animal que empujó en el peto. El sevillano quitó con belleza por delantales con el compás abierto. Más allá del tercio, se puso a torear con la diestra. Lo condujo con temple en muletazos de uno en uno. Según avanzaba la faena, el toro se vino a menos en lo que tal vez influyeron los terrenos elegidos por el sevillano.

A “Almaviva”, que cerró la tarde, Aguado le dibujó verónicas de bello trazo que remató con una media cumbre a cámara lenta. El sevillano quitó genuflexo a favor del toro. De la misma forma, comenzó la labor de muleta. Plasmó una buena primera serie, la de mayor trascendencia y empaque de la faena. Después dejó detalles de su buen torero, pero no llegó a terminar de tomar vuelo su obra. El epílogo en redondo y acompañando con la cintura fue notable.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimocuarta de abono. Feria de Abril. Lleno.

Toros de La Quinta, el 2º como sobrero, bien presentados y de juego desigual. Primero, con un buen pitón derecho; segundo, sin fondo ni clase; tercero, noble; cuarto, complicado; quinto, exigente y con fondo; sexto, con movilidad.

Julián López “El Juli” (de verde esperanza y oro), vuelta al ruedo con petición y silencio.

Daniel Luque (de mandarina y plata), silencio y oreja.

Pablo Aguado (de nazareno y oro), silencio y silencio.

Incidencias: Saludaron Iván García y Jesús Arruga tras banderillear al segundo.

domingo, 30 de abril de 2023

El temple de Ginés Marín, más allá de un sueño aún por cumplir

 

Foto: Arjona / Pagés


Un inusual cartel se anunciaba el sábado de farolillos en La Maestranza. Siete toros en total se lidiarían, ya que un rejoneador abriría plaza. Como era predecidle, Sevilla esperaba a Morante tras la apoteosis del miércoles, pero en esta ocasión el que deslumbró fue el joven de la terna a pie. Ginés Marín acarició la Puerta del Príncipe. Por momentos, fue dueña de ella hasta comprobar las nulas opciones que tuvo el segundo toro de su lote. No obstante, queda para el recuerdo una extraordinaria faena al cuarto en la que hubo naturales de ensueño cargados de temple. Un torero de estas características, al que le aguarda un gran futuro, tiene todavía mucho tiempo para cumplir su sueño.

“Espárrago” tomó el capote de Ginés Marín con codicia en los lances de recibo. Preciosas y ajustadas fueron las verónicas a pies juntos que instrumentó en el quite. El del hierro de El Torero empujó en la suerte de varas. Antonio Manuel Punta y Fernando Pérez brillaron en el tercio de banderillas en el que tuvieron que saludar. Con mucha naturalidad se lo llevó hacia los medios. El extremeño lo sometió por bajo en dos primeras series rotundas y cadenciosas con la diestra. Al natural toreó con despaciosidad, gran ajuste y sentimiento. Hubo un natural eterno y larguísimos. En la última tanda, ya se vino más abajo su oponente e inteligentemente se fue a por la espada. Sin adornarse, dejó una estocada en todo lo alto. Ginés paseó dos orejas de mucho peso, mientras que “Espárrago” fue fuertemente ovacionado en el arrastre por gran calidad.

Poquito le hacía falta al extremeño para abrir la Puerta del Príncipe, pero el séptimo no se lo puso nada más. Pese a todo, estuvo muy por encima de las cualidades de este animal. Ginés Marín saludó a la verónica a este colorado y bien hecho de nombre “Palestino”, Manuel Larios estuvo impecable con los rehiletes. Inició la labor de muleta sin probaturas fuera de las rayas de picar. . El de El Torero embestía con la cara alta, pegando gañafones. Extrajo muletazos de uno en uno meritorios. Una faena larga y elaborada, que concluyó con el toro parado.

 “Lancero”, que hizo segundo, dio muestras de su mansedumbre acusada desde que salió a la plaza. En el caballo, rehusó de la puya en el primer encuentro y empujó en el segundo. Antes del quite de Morante, se pegó una fuerte voltereta. El torero de La Puebla plasmó un ramillete de verónicas en el que hubo armonía y temple. Espectacular fue el inicio de faena con doblones con las rodillas en tierra. Con mucha suavidad y pies juntos, continuó el sevillano. El mansito le regaló embestidas a media altura con buen son. Al natural, bajó el diapasón, pero tomó la diestra de nuevo para terminar de apretarle. Una actuación medida que terminó con una estocada casi entera. La primera oreja de la tarde cayó en sus manos.

El cuarto, de nombre “Vistaalfrente”, se empleó en el capote de Morante, que dibujó un par de verónicas de bello trazo. Fue muy castigado en el caballo. El de El Torero llegó al último tercio distraído y echando la cara arriba. El sevillano consiguió meterlo en el canasto en una serie compacta con toques fuertes y guiándolo con la voz. Tragó mucho por el izquierdo, por donde pasaba arrollando. Habilidoso estuvo con el estoque, dejando una media estocada.

Cayetano saludó con verónicas templadas a “Obrero”, que tuvo movilidad y ritmo. El por delantales, con armonía y compás. Respondió Ginés Marín por el palo tradicional con mucha despaciosidad. Brindó al respetable tras ver que tenía frente a él a un toro noble y con posibilidades de triunfo. El de El Torero tuvo movilidad y buen son en los primeros compases. Cayetano instrumentó derechazos con temple y mano baja. En mitad de la faena, el cornúpeta se vino abajo por lo que el diestro tuvo que tomar la espada.

“Erótico” fue un sexto cinqueño de pocas opciones. Nunca terminó de descolgar, poniendo en peligro a los banderilleros. Cayetano estuvo firme y exponiendo mucho frente a un toro incierto. Finalmente, tuvo que abreviar.

Abrió cartel de forma inusual el rejoneador portugués Antonio Ribeiro Telles, que celebraba su cuarenta aniversario de alternativa y, a la vez, debutaba en Sevilla. Brindó a Morante la muerte del toro. Recibió con dos rejones de castigo a “Núfar”, de Passanha, que ya salió de chiqueros desentendido y mirando a tablas. Dio una lección de doma clásica a lomos de “Alcochete” colocando banderillas de frente. Con mucha pureza, clavó dos rosas finales. Acertó con el rejón de muerte en el segundo encuentro.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimotercera de abono. Feria de Abril. Cartel de “No hay billetes”.

Toros de Passanha (1º) y El Torero, desiguales de presentación y juego. Primero, manejable; segundo; manso, aunque noble y con ritmo; tercero, noble; cuarto, con calidad y bravura; quinto y sexto, complicados; séptimo, deslucido.

Antonio Ribeiro Telles, ovación con saludos.

Morante de la Puebla (de caña y oro con cabos azabache), oreja y ovación con saludos.

Cayetano (de fucsia y oro), silencio y silencio.

Ginés Marín (de grana y oro), dos orejas y ovación tras aviso.

Incidencias: Antonio Manuel Punta y Fernando Pérez saludaron tras banderillear al cuarto y Manuel Larios en el sexto.


viernes, 28 de abril de 2023

Roca Rey golpea de nuevo

 

Foto: Arjona / Pagés

Hablar de Roca Rey es sinónimo ya de éxito. Nunca defrauda. No cabe duda que ha sido él el causante de colgar de nuevo el cartel de “no hay billetes” sobre la puerta de las taquillas de La Maestranza. También lo ha sido de caldear con su superioridad una tarde que iba a la deriva por la mansedumbre del encierro de Victoriano del Río. El peruano cortó un apéndice a cada uno de los astados de su lote con dos faenas de diferente calibre. Acarició la que hubiera sido su segunda Puerta del Príncipe este año, pero en cambio este triunfo le da más rédito y lo consolida más como primera figura del toreo.

“Desenvuelto”, un tercero alto y serio, salió emplazado. Hasta el caballo que guardaba puerta se fue veloz, donde apretó para sorpresa de todos. Castella ejecutó un quite variado en el que combinó chicuelinas con tafalleras, rematando con una bonita larga. Brillaron en el tercio de banderillas Antonio Chacón y Paco Algaba. Tras el mismo, se quedó en la puerta de chiqueros donde Roca Rey se fue a plantear faena. Sin probaturas, dejó una primera serie con la diestra compacta. En los mismos terrenos fue la segunda muy larga y ajustada. El de Victoriano del Río, un mansito con genio, que embestía por bajo y con fijeza. El peruano se lo llevó a la contraquerencia, para dibujar naturales de buen trazo. Una faena de largo metraje, en la que tal vez sobraron las últimas tandas. Certero estuvo con la espada y paseó una oreja.

Cerró la tarde “Cóndor”, un burraco de enorme trapío, que fue muy medido en varas. Roca Rey apostó por él en un inicio inmóvil por alto con un soberbio pase mirando al tendido. Prosiguió con mando en series de cuantiosos muletazos en los tardeaba, teniendo mejores principios que finales. Acabó echándoselo encima con una tanda por la diestra rotunda. Metido ya entre los pitones, derrochó valor con circulares y pases cambiados. Un final épico y emocionante, que levantó los aficionados de sus asientos. Esta vez, la estocada cayó algo contraria por precisó del descabello. La plaza estalló en júbilo y Roca Rey consiguió su quinta oreja esta Feria de Abril.

Un cinqueño, de nombre “Derramado” le tocó en suerte a Sebastián Castella para su vuelta a Sevilla. Se frenó en el capote poniendo en apuros junto a tablas al torero francés. Por bajo, se lo llevó a los medios para hilvanar un par de verónicas. Cuando el toro acudió al peto y sintió la puya, rehusó de ella y salió corriendo denotando su acusada mansedumbre. Con doblones muy suaves, toreando a favor del animal, comenzó Castella para sacarlo hasta los medios. El trincherazo con el que remató, torerísimo. Basó la labor con la mano diestra, ya que por el izquierdo huía más. Siempre muy tapado lo llevó en una primera tanda meritoria en la que hubo ligazón. La siguiente, larguísima y en redondo. Tras ella, el toro se sintió podido y buscó la puerta de chiqueros. Perfecta fue la ejecución de la suerte suprema, aunque tuvo que hacer uso del verduguillo.

“Gaditano” echó las manos por delante en el percal de Castella. Se vino arriba el de Victoriano en el tercio de banderillas. José Chacón expuso mucho, especialmente en el segundo par. Inició el matador galo con ayudados por alto para llevarlo fuera de las rayas. Estuvo correcto y haciendo un esfuerzo con un astado que nunca fue entregado, se quedaba cortito y le faltó fondo. No tuvo más opciones que la de irse a por la espada.

“Jarbadillo” impidió que Juan Ortega se luciera con el percal. En el caballo, lo midieron mucho. El sevillano se mostró firme con un animal con muchas teclas y con una embestida informal. Firmó dos series trabajadas en las que imprimió su concepto. La falta de fondo imposibilitó que su hacer tomara vuelo. Acertó con los aceros al tercer intento.

“Aldedano”, un cinqueño sardo que rondaba los 600 kilos, saltó en quinto lugar. Se defendió mucho en el capote de Juan Ortega, que tampoco pudo estirarse con él. El tercio de banderillas fue muy desordenando y con peligro. Bonito el inicio de faena, genuflexo y de frente. Tomó la diestra para intentar exprimir las pocas arrancadas que le regaló en las dos primeras series, antes de irse a buscar las tablas. Tuvo que cambiarlo de terrenos, pero de poco le valió porque volvió a girar hasta la querencia. Se puso también complicado para matar por lo que le costó al Ortega encontrar el sitio.

 

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Duodécima de abono. Feria de Abril. Cartel de “No hay billetes”.

Toros de Victoriano del Río, bien presentados y faltos de fondo y mansos en líneas generales. Primero, manso aunque noble; segundo, sin fondo y desclasado; tercero, manso con clase; cuarto, deslucido; quinto, rajado; sexto, manso.

Sebastián Castella (de blanco y plata), ovación con saludos y silencio.

Juan Ortega (de chocolate y azabache), silencio y silencio.

Roca Rey (de catafalco y oro), oreja y oreja.

Incidencias: Antonio Chacón y Paco Algaba saludaron tras banderillear al tercero; José Chacón, en el cuarto.

Tomás Rufo continúa su idilio con Sevilla

Foto: Arjona / Pagés

Sevilla seguía conmocionada con la tarde ayer. Un capítulo importante en su historia y en la de Morante, pero como en todo libro, cada día hay que escribir una página. El cartel del jueves de farolillo tenía muchos alicientes. Una terna que sabe lo que es triunfar de verdad en La Maestranza. Finalmente, en este capítulo sólo hubo un protagonista: Tomás Rufo. El joven matador de toros ha conseguido su segunda Puerta del Príncipe consecutiva con menos de tres años de alternativa. Toda una proeza. Rufo, aunque tiene armas suficientes para acumular éxitos en todas las plazas, pero se vislumbra el inicio de un idilio que tiene halos de perdurar en el futuro.

De bonitas hechuras y con ritmo, “Insensato”, que hizo tercero y le permitió estirarse con el capote a Tomás Rufo. Impecable estuvo Andrés Revuelta con la brega. Tras brindar al público, echó rodillas en tierra con una tanda de mucha emoción. Prosiguió con la diestra ya en pie para torear con profundidad y ligazón haciendo sonar la música. Tomó la zurda para exigirle por abajo. Brotaron naturales cadenciosos, llevándolo largo. Aumentó el diapasón cuando volvió al pitón derecho con la misma estética. Se tiró a por todas enterrando la espada hasta los gavilanes. El toro aguantó, yéndose a morir a los medios. Rufo paseó las dos orejas e “Insensato” recibió una fuerte ovación por su bravura.

La Puerta del Príncipe estaba entreabierta. Sólo necesitaba un empujón como aquel lunes de lluvia intensa de la pasada Feria de Abril en la que la consiguió por primera vez. Repetir la hazaña sería todo un sueño. “Levítico”, otro bonito ejemplar de Jandilla, cerró la tarde. Por delantales y verónicas lo saludó Rufo. Buen tercio de varas protagonizó Rubén Sánchez. A la salida del segundo puyazo, se metió una fuerte voltereta el toro. Sensacional estuvieron Andrés Revuelta y Fernando Sánchez en el tercio de banderillas. El toledano lo sacó para fuera para dejar una primera tanda con la diestra compacta. En la siguiente, tomó la zurda y cinceló un natural en redondo que duró una eternidad. Por ahí, el Jandilla tenía mucha clase. Era otro bravo animal, pero justo de fuerzas. Más en corto, continuó al natural, que remató con un espectacular pase de pecho. Una faena medida que culminó con un estoconazo. La plaza se pobló de pañuelos. La tercera oreja y las llaves eran suyas.

“Serpentín”, un toro bien hecho, que saltó al ruedo en primer lugar, metió bien la cara por el pitón derecho en el percal de José María Manzanares. El de Jandilla empujó en el caballo. Por bajo, comenzó el alicantino para llevárselo a los medios. Tras las probaturas, ejecutó una tanda con la diestra con largura y mano baja. Basó su faena por ese pitón, ya que por el izquierdo le costaba más. Las siguientes, fueron con ligazón, quedándose en el sitio. Poco a poco la embestida se fue tornando más informal. El alicantino mató con una estocada en todo lo alto.

Bonito fue el recibo de capa de Manzanares a “Repipi”, que fue muy medido en el peto. El toro tenía calidad y clase, pero la falta de fuerza podía más. El alicantino lo condujo con suavidad a media altura sin apretarle. Hubo una buena primera serie rematada con un gran pase de pecho. Pese a estar voluntarioso el matador, la faena no pudo tomar vuelos por la carencia citada a lo que hay que sumar que se vino más abajo. Con la espada no anduvo acertado.

Genuflexo saludó Pablo Aguado a “Sentencioso”. El sevillano dejó algunas verónicas de bello trazo, pero sin terminar de rematar por la falta de entrega del astado. No se empleó en el peto y perdió en varias ocasiones las manos, lo que provocó que asomara el pañuelo verde por el palco. En su lugar salió “Vid”, un sobrero serio, que echó las manos por delante y echando la cara arriba en el percal de Aguado. Quitó Rufo por chicuelinas, a las que replicó el sevillano por el mismo palo, con ajuste y compás. Entonces ya empezó a quedarse cortó y a marcar la querencia. Intentó llevárselo fuera de las rayas para plantear la faena. El de Jandilla fue muy deslucido y desrazado, pasando andado y con sosería. El torero optó por abreviar.

Aguado le cimbreó el capote a “Talador” con mucha suavidad rematando con una gran media. Si en el anterior estuvo bien Juan Sierra en la brega, en este brilló con los rehiletes. Fue otro animal con clase, aunque justo de fuerzas. Torerísimo el inicio por estatuarios y de gran belleza el molinete posterior. El sevillano le dio espacio y tiempo para intentar que aguantara. Al natural, muy desmayado y con despaciosidad. Y hasta ahí la obra, porque el toro echó el freno por la falta de raza. Habilidoso metió la espada.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Feria de Abril. Más de tres cuartos de entrada

Toros de Jandilla, el 2º como sobrero, bien presentados y con calidad en líneas generales a excepción del segundo bis. Primero, con un buen pitón derecho, pero venido a menos; segundo, deslucido y desrazado; tercero, bravo; cuarto, con clase, pero justo de fuerza; quinto, con clase, pero desrazado; sexto, bravo y enclasado.

José María Manzanares (de marino y oro), ovación con saludos y silencio.

Pablo Aguado (de buganvilla y oro), silencio y silencio

Tomás Rufo (de gris plomo y oro), dos orejas y oreja.

 

Incidencias: Saludó Luis Cebadera tras banderillear al segundo y Juan Sierra  en el quinto; Andrés Revuelta y Fernando Sánchez, en el sexto.

  

jueves, 27 de abril de 2023

La sublimación del toreo según Morante

Foto: Arjona / Pagés


Muchas líneas se escribirán sobre la tarde del miércoles 26 de abril en La Maestranza, pero ninguna de ellas llegará a alcanzar a contar lo acontecido. Encontrar las palabras exactas para describir lo que hizo Morante es difícil. Porque el toreo son sentimientos. Hay que sentir y vivir esa catarsis de emociones que te encoge el alma y te acelera el corazón.

Morante consiguió casi lo inimaginable. Cortó un rabo cincuenta y dos años y u día después de que Ruiz Miguel paseara el último de un Miura por la circunferencia del Coso del Baratillo.

Después del lío con los quites del tercero, Morante salió espoleado y recibió con faroles a “Ligerito” para ponerse después a torear por verónicas con mucha profundidad. Por el mismo palo y con los “oles” sin cesar, lo colocó en el caballo. El recital no quedó ahí. Quitó por tafalleras con sabor añejo. Urdiales no quiso ser un mero espectador. Tomó el percal toreando con suavidad a la verónica. Morante replicó de nuevo y para sorpresa de todos, por gaoneras cargando la suerte. Comenzó el último tercio con ayudados por alto de gran ajuste. En los medios dibujó la serie de derechazos compacta. La siguiente al natural, conduciéndolo con largura y gustándose. Le prosiguió otra por el pitón derecho, que fue de altísimo nivel con el toro embebido en la muleta. Una obra cumbre que culminó con una estocada. La Maestranza no paraba de gritar “¡Rabo! ¡Rabo!”. Y así fue. Morante emocionado recogió el rabo con Romero y Paula de testigos y vestido de Joselito. “Ligerito”, coprotagonista de esta bella historia, fue premiado con la vuelta al ruedo.

Con verónicas infinitas y de gran ajuste, saludó Morante a ‘Chistoso’, que abrió plaza. El de Domingo Hernández se pegó una voltereta antes de la entrada al caballo y perdió las manos tras el paso por el mismo. Inició con mucha suavidad y toreando a favor del toro en el inicio de faena. La primera tanda por el derecho la ejecutó con encaje y ligazón. En la segunda, ya le costó más acusando también el volteretón anterior por lo que tuvo que irse a por la espada.

Con sublimes lances en los que paró el tiempo, recibió Juan Ortega a “Púgil”, que hizo tercero. Tras este importante recibimiento, Morante entró en la “guerra” de quites. Firmó cuatro verónicas de bello trazo y una media marca de la casa. Ortega aceptó el reto y respondió por delantales con armonía. La Maestranza era una locura ante tanto arrebato. El sevillano brindó al maestro Curo Romero. Lo sacó fuera del tercio para ponerse a torear con la diestra rematando con una trincherilla para enmarcar que hizo sonar la música. Los sones de “Manolete” lo acompañaron precisamente el día en el que el sevillano vestía un traje inspirado en el que llevaba aquella trágica tarde de Linares. Los naturales, de uno en uno, cadenciosos y con profundidad. Se apagó muy pronto dejando a medias la obra. Acabó con él de un pinchazo y media estocada.

Juan Ortega volvió a instrumentar un saludo de capa cadencioso con lo fue el galleo para colocar al astado en el caballo. Comenzó el último tercio de rodillas, algo poco habitual en él y en su concepto. Lo templó el sevillano con la diestra, por donde llegaron los mejores pases, pero se encontró con un oponente sin celo.

Desentendido del capote de Diego Urdiales salió “Desvalido”. Manseó ya en el tercio de varas y, en banderillas, apretó mucho poniendo en peligro a los rehileteros. El riojano se encontró con un papeletón. Un animal que pasaba con la cara alta, sin fijeza. Un gran esfuerzo el que hizo, extrayendo una tanda meritoria por el pitón derecho. Pinchó Urdiales y el toro se cruzó el ruedo hasta la puerta de chiqueros. Habilidoso, enterró la espada en esos terrenos.

Con preciosos lances saludó Urdiales a “Llorón”, que saltó en quinto lugar. Buenos fueron los puyazos que dejó Chocolate. El torero de Arnedo comenzó por doblones muy toreros. Le siguieron varias tandas con la diestra, aprovechando la calidad que tenía por ese pitón. Cinceló muletazos con largura y despaciosidad. El epílogo, con naturales y trincherillas muy estética. Una faena importante, que remata con una estocada y por la que recibe una ovación. Premio escaso para lo realizado.

Sobre las nueve de la noche, con el sol cayendo por Triana, se abría la Puerta del Príncipe. Una multitud de aficionados se tiraron al ruedo para llevarlo sobre sus hombros. El resto, se agolpa en la calle. Una marabunta que lo llevó en volandas hasta el Hotel Colón. Esto es el toreo.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Décima de abono. Feria de Abril. Casi lleno.

Toros de Domingo Hernández, bien presentados y de juego desigual, el 4º premiado con la vuelta al ruedo. Primero y sexto, con calidad, pero venido a menos; segundo, manso; tercero, con clase, pero sin fondo; cuarto, bravo con clase; quinto, con clase.

Morante de la Puebla (de turquesa y azabache), ovación con saludos y dos orejas y rabo.

Diego Urdiales (de sangre de toro y oro), silencio tras aviso y ovación.

Juan Ortega (de rosa palo y oro), ovación con saludos y silencio. 

miércoles, 26 de abril de 2023

Talavante, un fogonazo en medio de la sequía

Alejandro Talavante. Foto: Arjona / Pagés


El calor extremo para estas fechas que asola Sevilla contribuyó a hacer la tarde aún menos llevadera una tarde hastío por culpa del deslucido encierro de Domingo Hernández. Sólo Talavante cortó una oreja, que bien le vendría el dicho aquel de “no hay quinto malo”. Por su parte, El Juli se estrelló frente un lote imposible y Tomás Rufo mostró un cariz de torero más maduro.

Salvo el constante abaniqueo en los tendidos, nada había pasado hasta la salida de “Serrador”. Alejandro Talavante lo saludó con unas bonitas verónicas. Volvió Rufo a entrar en quites. Estaba por chicuelinas ajustadas que remató con una revolera. Muy torero fue en inicio de la faena en el tercio de frente, en el que hubo un vertiginoso pase cambiado. Se lo llevó para fuera para dibujar una primera tanda con la diestra con ligazón. Al natural, lo intenta, pero embestía muy irregular por lo que tomó de la diestra. En ese preciso momento, la actuación tomó vuelo con una serie más compacta que firmó con un natural en redondo muy templado que hizo levantar la batuta. Continuó de nuevo al natural dejando un par de ellos con más expresividad. Una labor trabajada del extremeño cuyo epílogo fue por bernadinas metido en los terrenos del astado. Mató de una estocada y paseó la oreja.

Con la pierna genuflexa, saludó Talavante a "Clarinete". De esta forma se lo llevó para los medios hasta rematar con una larga. Tomás Rufo quitó por delantales con armonía. Por alto frente al tendido 6, comenzó el extremeño. Tras probarlo en esos terrenos, lo sacó hacia el centro del platillo. Ahí firmó una tanda con la diestra que remató por detrás de mucho calado frente un animal informal. Por el pitón izquierdo se quedaba más cortito y era más sosote. Al volver con la mano diestra, el toro echó la persiana y Talavante concluyó adornándose mirando al tendido. Acertó con la espada al segundo envite.

"Rasposito", un colorado bien hecho, que hizo primero, lo saludó El Juli con verónicas con cadencia hacia los medios. El animal metió bien la cara en el percal, pero estaba justo de fuerzas por lo que fue medido en el peto. Quitó Talavante por chicuelinas de mano baja. Se fue a los medios para plantear faena con la diestra por bajo. El de Domingo Hernández reponía pronto por el izquierdo y tomaba la muleta andando. Decidió volver al pitón derecho para ejecutar una tanda de mano baja y ligando. Fue entonces cuando el animal se sintió podido y buscó las tablas. El madrileño tuvo que irse a por la espada.

"Esplendido", un cuarto muy cuajado y serio, que se frenó en el capote de El Juli. Muy bien estuvo su cuadrilla, ya que el tercio de banderillas no fue nada fácil. Una vez tomó la muleta, se lo llevo para los medios para comenzar a torear al natural. El de Domingo Hernández fue muy deslucido. Embestía sin entrega y sin clase alguna pese al esfuerzo del torero madrileño.

"Pistolero" blandeó en el ramillete de verónicas de Tomás Rufo. Se cruzó veloz hasta la puerta de chiqueros al ver al caballo, aparentando en él. Brindó el toledano tras un tercio de banderillas en el que apretó el toro poniendo en apuros a Andrés Revuelta. Rufo intentó templarlo y torear por bajo, pero el toro perdía las manos constantemente. Muy firme, el toledano intentó ligar al natural, pero el de Domingo Hernández transmitía poco. Al coger la diestra de nuevo, instrumentó una tanda meritoria en redondo. Actuación asentada, que fue rematada con una estocada.

El sexto, ya demostró ser deslucido en el percal de Tomás Rufo. De lejos se arrancó "Habanero" al caballo, donde manseó. Genuflexo comenzó el toledano toreando a favor del animal. El de Pepino estuvo con mucha seguridad e inteligencia, pero su oponente le respondía con sosería y con una falta de raza muy acusada. Acabó con él con una estocada.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena de abono. Feria de Abril. Casi lleno.

Toros de Domingo Hernández y Garcigrande (6°), bien presentados y con falta de fondo den general.

Julián López "El Juli" (de perla y azabache), silencio y silencio.

Alejandro Talavante (de coral y oro), ovación con saludos y oreja.

Tomás Rufo (de verde y plata), ovación con saludos y silencio.