miércoles, 6 de octubre de 2021

Crónicas de la Feria de San Miguel de Sevilla



¿Te perdiste algún festejo de la Feria de San Miguel de Sevilla? En la sección Artículos y Crónicas II encontraréis la recopilación de todas mis crónicas de todo lo acontecido.

Sandra Carbonero

viernes, 1 de octubre de 2021

La inspiración divina de Morante

 

Morante de la Puebla. Foto: Toromedia


La tarde histórica que se ha vivido en la Maestranza será difícil de olvidar. Morante bordó el toreo en mayúsculas. Firmó una faena que quedará grabada en los anales de la historia del toreo de Sevilla. La pregunta que queda es: ¿qué hay que hacer para cortar un rabo en esta plaza?

Morante de la Puebla recibió por verónicas encajadas al que abrió plaza. No estaba sobrado de fuerzas y ante las protestas del público fue devuelto. En su lugar salió Noctámbulo, también de Juan Pedro. No pisó el ruedo con buen pie. Se pegó una fuerte voltereta antes de entrar al caballo. Muy desclasado, saltando y dando cabezazos al final del muletazo pasaba por la muleta de José Antonio. Las ganas del torero podían con las malas formas del toro. Se esforzó y, pese a que fue imposible armar faena, dejó un par de muletazos con mucha personalidad. Todo muy efímero.

El lío gordo llegó cuando Morante recibió a Jarcio. Fueron tres cambios de rodillas a los que le siguieron verónicas a cámara lenta y una media de libro. El público se puso en pie. Y la música sonó. Al caballo lo llevó con un galleo hacia atrás con tijerillas. Luego meció al toro en dos verónicas y una media de ensueño. Pero la inspiración no acabó ahí. No tuvo un toro de triunfo. En realidad, era un medio toro al que exprimió. Genuflexo y a dos manos lo sacó al centro del redondel. Las primeras dos series fueron inciertas. José Antonio no se achantó. Los naturales emanaron con barroquismo. Fueron profundos y templados. Toreando roto. Acabó exponiendo demasiado. Valentísimo, metido entre los pitones hasta que lo volteó. La locura se apoderó de los tendidos. Dio una última serie dolorido por la cogida antes de volcarse detrás de la espada. Cayó el toro y los dos pañuelos asomaron por la presidencia. Una obra antológica para el recuerdo que debería de haber sido culminada con la salida por la Puerta del Príncipe. Pero en esta ocasión, la lógica numérica se impone al arte y los sentimientos.

Juan Ortega tiene la suerte de haber nacido con el don del temple y lo demuestra cada tarde. Guiñol no le permitió deslumbrar como en días anteriores. En cambio, Roca Rey sí arrancó las palmas con su quite por chicuelinas. Con mucha torería se llevó a los medios al astado para estructurar la faena. Plasmó una primera serie con suavidad que remató con un pase de pecho eterno. Continuó al natural con mucha sevillanía. Pero lo mejor llegó con la diestra. Muletazos con gran despaciosidad que arrancaron los olés. Se vino abajo pronto el animal, pero le permitió hacer a Juan una faena medida. Pinchó antes de dejar una estacada en todo lo alto.

Después del lío de Morante no era fácil salir a torear el quinto. Ortega tomó el capote y volvió a dejar unas verónicas templadísimas. Vistoso llegó desfondado al último tercio. Ente pase y pase tenía que perderle unos pasitos para volver a colocarse para batallar contra la embestida cansina y sin ritmo y lo andarín que se volvió. Se mostró correcto, pero con un oponente así no puedes llegar a los tendidos.

Con pases cambiados de rodillas comenzó la faena de muleta del tercero Roca Rey para calentar a los tendidos. Continuó en las distancias cortas, como es normal en él. Lo condujo intentando alargar la embestida poco lucida del Juan Pedro. La gente se impactó y se fue a por la espada.

Y después de Morante y Ortega, Andrés puso de manifiesto sus intenciones. No tiene la torería de ellos, pero dejó su personalidad y su impronta con el capote. Tutelado, al igual que sus hermanos, tampoco sirvió. Y menos, si cabe, para las exigencias del toreo del diestro peruano.

La Maestranza se vaciaba poco a poco mientras que por el Arenal los aficionados iban toreando al compás de la sinfonía de toreo de Morante.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Duodécima de abono. Feria de San Miguel. Lleno de “No hay Billetes” con el aforo permitido.

 

Toros de Juan Pedro Domecq, el 1° como sobrero, y de Parladé (5°) bien presentados y de juego desigual.

 

Morante de la Puebla (fucsia y azabache): silencio y dos orejas.

Juan Ortega (grosella y azabache): ovación con saludos y ovación con saludos.

Roca Rey (catafalco y oro): ovación con saludos y silencio.

 

Saludó Juan José Domínguez tras banderillear al tercero.

jueves, 30 de septiembre de 2021

Tres orejas, tres toreros diferentes



El Juli. Foto: Toromedia


La corrida de Hermanos García Jiménez sorprendió gratamente. Resultó ser la más completo hasta el momento. Cierto es que hubo toros de todo tipo. Armónicos, algunos bravos, un par manso y el último peligroso. Se enfrentaron a ella una de las ternas más rematadas. El Juli, Manzanares y Paco Ureña cortaron cada uno una oreja con tres faenas totalmente distintas y con tres toros con cualidades diferentes.

El Juli recibió al primero con un ramillete de verónicas llevándoselo al centro del platillo. Quitó por chicuelinas a pies juntos. Ateo III metió la cara con clase y humillación en las telas. Con doblones muy toreros se lo llevó fuera de las rayas de picar. Desde los medios lo citó y se vino pronto a la muleta. Muy largos fueron los muletazos que emanaron por el pitón derecho. Por el izquierdo tendía a meterse por dentro, pero Julián lo condujo intentando alargar su embestida. Culminó con una serie con la diestra con muletazos de mucha profundidad. Fue una faena seria y asentada con un toro de calidad, pero exigente. Se tiró a por todas a matar y dejó una estocada traserita que le valió la oreja.

Colocó Julián a Estéreo en el caballo con unas verónicas y una media con mucha suavidad. La falta de fuerza fue su hándicap y el tercio de banderillas no le sentó nada bien. El Juli se fue a los medios con el astado. Era muy noble, aunque estaba escaso de fondo. Lo llevó templado en la muleta, pero al bajarle la mano clavaba los pitones en el suelo constantemente y perdía las manos. Algo que deslució la labor seria del diestro madrileño.

Desentendido saltó al ruedo Esaborio. Manseó en el caballo e incluso huyó del segundo puyazo. Manzanares lo vio claro e inició la faena al natural con muletazos de mano baja. Por el pitón derecho, lo llevó metido en la muleta, tapándole la salida para que no se fuese y lo toreó con series en redondo. Exprimió cada arrancada del de Olga Jiménez. Aunque fue mansito tuvo emoción. Jose Mari erró en varias ocasiones con la espada (raro en él) y perdió la oreja.

Industrial, aunque tenía buena condición, iba muy justo de fuerzas. El público lo protestó fuertemente en varas y banderillas, pero el presidente aguantó la presión y no lo devolvió. Galopó en la muleta de Manzanares. El torero alicantino estuvo inteligente dándole tiempo y distancia con series muy medidas. Fue construyendo poco a poco una faena en la que lo mejor llegó por el pitón derecho. Hubo varias tandas largas y con despaciosidad. Sentenció con una estocada recibiendo fulminante y obtuvo un apéndice.

Hasta a los medios por verónicas se llevó Paco Ureña a Derribado. Con delantales muy suaves quitó. El murciano comenzó inmóvil con estatuarios muy reunidos. Estuvo correcto y firme dejando ver detalles de su pureza, pero el de García Jiménez se vino abajo en la tercera serie. Algo que repercutió en la transmisión de su labor pese a su buen hacer.

Cerró la tarde Almendrito. Un colorado, chorreado, de bonitas hechuras pero que hizo cositas de manso en varas. Ureña se fue a los medios para plantarle cara. Sabía que tenía una papeleta difícil que resolver. Embestía sin ninguna clase y buscado constantemente al murciano. Pasó momentos de mucho apuro. Se impuso a él con una serie rotunda que hizo sonar la música con la faena avanzada. Demostró un valor inquebrantable. Continuó en la cara del animal hasta meterlo en el canasto. Entró a matar recibiendo dejando la espada un poco baja. Afloraron los pañuelos y paseó el último apéndice de la tarde.


Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Feria de San Miguel. Casi lleno del aforo permitido.

Toros de García Jiménez y Olga Jiménez (2°) bien presentados, destacó el primero, tercero y sexto más complicados.

 

Julián López "El Juli" (azul azafata y oro): oreja y silencio.

José María Manzanares (sangre toro y oro): ovación con saludos y oreja.

Paco Ureña (rosa palo y oro): silencio y oreja.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

El capote y la autoridad de Daniel Luque iluminan una tarde gris

Daniel Luque. Foto: Toromedia


Fuente Ymbro fue la ganadería triunfadora en la última Feria de Abril. Había mucha expectación por ver qué toros traía Ricardo Gallardo en esta ocasión a la Maestranza. La terna también era muy esperada. Tanto Antonio Ferrera, como Miguel Ángel Perera y Daniel Luque cumplían su última tarde en el ciclo. Estos dos últimos, lo hacían con el sabor especial que dejaron en sus anteriores comparecencias. Al final, es el toro el que decide el sino de una de corrida y, en esta ocasión, Fuente Ymbro provocó desazón y malestar en los tendidos.

La función comenzó con Ojinegro. Un toro de 630 kg y de hechuras imponentes. Metió la cara con clase y humillación en el capote de Antonio Ferrera. Brindó al respetable y se lo llevó con una serie con la diestra hacía los medios. En esos terrenos el de Fuente Ymbro no embistió igual y decidió cerrarlo. Lo intentó el extremeño por todos los medios, pero el toro no le volvió a regalar nada más. Cada vez más corto y más protestón finalizó el diestro sin lucimiento.

Con el cuarto, Ferrera no tuvo ninguna opción por ningún pitón. Lo intentó, pero el astado era reservón, no tenía recorrido, pero sí cierto peligro. El público se impacientó y Antonio se fue a por la espada.

Por verónicas ganándole terrenos hacia los medios saludó Perera al primero de su lote. Hortelano se arrancó desde lejos y con alegría en sus dos encuentros con el caballo. Distinto fue en la muleta en la que acusó la falta de fondo. En el inicio cayó desplomado y cuando Miguel Ángel intentaba que humillara, perdía las manos. Tomó la muleta andando y sin ninguna emoción. El diestro no pasó de voluntarioso.

Vinazo puso en apuros a la cuadrilla de Perera en el tercio de banderillas en la que destacó un sobresaliente Curro Javier. No tuvo una papeleta fácil Miguel Ángel. Lo toreó siempre fuera de la raya de picar para intentar que no se rajara. Fue otro Fuente Ymbro falto de casta y fondo con una embestida irregular. El extremeño estuvo muy firme, pero fue imposible el lucimiento.

Con un ramillete de verónicas gustándose y con las zapatillas enterradas en el albero recibió Daniel Luque a Levítico. El lío con el capote continuó con el galleo para colocarlo en el caballo y el quite, otra vez, por verónicas. Por abajo y exigiéndole comenzó el de Gerena su labor. El animal tenía clase y humillación y pronto caló en los tendidos. Al natural iba al hilo de la muleta y salía desentendido, pero Luque se impuso a él con torería y mando. Pinchó y tras la estocada tardó en caer y se enfrió un poco el ambiente y

Guardés cerró la tarde entre el desasosiego de los aficionados. Tampoco fue un buen toro, pero Daniel volvió a estar muy por encima de él. Se encontró con un oponente desclasado y que no rompió hacia adelante.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Décima de abono. Feria de San Miguel. Más de media entrada del aforo permitido.

 

Toros de Fuente Ymbro con exceso de kilos y deslucidos.

Antonio Ferrera (verde y oro): silencio y silencio.

Miguel Ángel Perera (grosella y oro): palmas y silencio.

Daniel Luque (azul y oro): ovación con saludos tras aviso y silencio.

 

Javier Ambel saludó tras banderillas en el segundo y Curro Javier en el quinto.

martes, 28 de septiembre de 2021

Luchar contra lo imposible

 

Calerito. Foto: Toromedia


Calerito, Manuel Diosleguarde y Jorge Martínez fue la terna designada como triunfadora de la temporada para actuar hoy en la Maestranza. Tres jóvenes novilleros que tienen tres conceptos diferentes del toreo pero en común guardan la ilusión y las ganas por llegar lejos. El hándicap con el que se toparon es una novillada imposible de Rocío de la Cámara.

 

Abrió plaza Alba, un novillo sardo de grandes hechuras. Ya en el capote se observó que Calerito no lo iba a tener nada fácil. Tomó la muleta de forma irregular, saltando, donde cabezazos y echando la cara arriba al final del muletazo. Por el izquierdo, en cambio no tenía recorrido. El novillero estuvo firme e intentando justificarse ante un animal carente de casta y sin transmisión.

A portagayola se fue Calerito en el cuarto calentando a los tendidos con un recibo emocionante. Se dolió en varas Atónito y huyó corriendo hasta la puerta de chiqueros. En los preámbulos de la faena de muleta, Juan Pedro fue cogido feamente. Se repuso pronto del susto y consiguió que la música sonara por primera (y última) vez en la tarde. Extrajo los muletazos más lucidos con la embestida más rítmica que hubo a media altura. Al natural plasmó naturales con despaciosidad rematados con una trincherilla gustándose. La espada, pese a la petición, fue quien le robó la oreja.

Con un ramillete de verónicas saludó Diosleguarde al segundo de la tarde. Hasta en dos ocasiones volteó en el quite a Jorge Martínez. Manuel se templó en las dos primeras series en las que su oponente embistió bien. Luego fue otra historia. Brasileño empezó a querer huir a tablas pero, en su buen hacer, el salmantino le tapó siempre la salida. Con la izquierda embestía andando y echando la cara arriba. Lo mejor fue su entrega y el oficio que mostró al saber estructurar una faena intentando solventar las dificultades que le planteó el de Rocío de la Cámara.

Diosleguarde lo puso todo con el quinto. Es un novillero inteligente y con grandes cualidades. A media altura lo condujo con la diestra las pocas medias embestidas que le regaló en dos series. Al natural se quedaba corto y pasaba caminando. El astado se vino a menos y poco pudo hacer pese a su superioridad.

Al igual que sus hermanos anteriores, Patatero dejó entrever su falta de bravura desde que salió. Jorge Martínez, además tuvo que hacer frente a más complicaciones. Estuvo muy valiente aguantando miradas y parones. Tenía una embestida irregular y se le coló en varias ocasiones por dentro hasta que levantó al novillero por el pecho. Se vivieron momentos de mucha angustia. Al final acabó rajándose

El sexto fue a la postre el peor de todos. En banderillas, hirió al banderillero Juan Rojas. Jorge le plantó cara a una auténtica alimaña que lo único que quería era cogerlo. Tuvo que irse a por la espada sin poder hacer nada.

 

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena de abono. Feria de San Miguel.

 

Novillos de Rocío de la Cámara y Cortijo de la Sierra (3° y 4°) bien presentados pero faltos de casta.

 

Calerito (berenjena y oro): palmas y vuelta tras petición.

Manuel Diosleguarde (verde hoja y oro): ovación con saludos y silencio.

Jorge Martínez (azul marino y oro): ovación y silencio.

 

Juan Rojas fue cogido al banderillear al sexto. El parte médico señala un “varetazo corrido en la región inguinal derecha”.

 

Jorge Martínez fue atendido en la enfermería de “una contusión en la cara interna del muslo derecho y varetazo corrido en la cara anterior del muslo izquierdo”.

jueves, 23 de septiembre de 2021

La verdad y el temple de Emilio de Justo

 

Emilio de Justo. Foto: Toromedia


Con una sonora ovación recibió la Maestranza a dos toreros que fueron a jugársela todo con un encierro de Victorino Martin. Una ganadería extremeña para un duelo entre dos toreros de la misma tierra.

Pero la tarde tuvo nombre propio: Emilio de Justo. La dimensión que demostró y el buen toreo que realizó lo encumbró rozando la Puerta del Príncipe.

Su compromiso empezaba con claroscuros. Bochorno saltó al ruedo con muchos pies, estrellándose contra el burladero y rompiéndose el pitón por lo que tuvo que ser devuelto. En su lugar salió Verdadero, al que recibió con un ramillete de verónicas templadas. Por abajo y con mucha despaciosidad inició el extremeño su faena bajo el diluvio. Por este motivo, Emilio resbaló y, pese a hacerse él solo el quite, lo cogió de manera muy fea pero sin consecuencias. El Victorino pasaba sin humillar y quedándose corto. El extremeño cimentó una faena a base de firmeza y temple. Con la diestra lo llevó con suavidad y con mucha personalidad. Por el otro pitón, lo intentó con el toro se había venido ya a manos. El público estuvo muy entregado con él y con su meritoria y seria labor.

El toreo caro de Emilio de Justo relució con Portezolano. Fue un toro encastado, con clase y humillación y lo cuajó de principio a fin por ambos lados. El cacereño lo empujó hacia adelante dejándole las telas en la cara e imprimiéndole temple. Los muletazos brotaron con emoción y hondura. Al natural interpretó el toreo puro que le caracteriza en su máxima expresión. La Maestranza se puso en pie cautivada por Emilio. Una estocada como epílogo de su obra y cortó las dos orejas.

Con la Puerta del Príncipe entreabierta, fue a por todas en el que cerraba plaza. Lo saludó por verónicas llevándoselo a los medios. Remató con una media antológica. Por chicuelinas replicó al quite de Ferrera. De forma irregular tomó la muleta por el pitón derecho. Por el izquierdo, lo consintió e hizo que rompiera hacia adelante hasta conseguir una excelsa tanda templadísima. El toro fue recortando el recorrido en las siguientes y acusó la falta de fondo. La espada resbaló y no entró a la primera. Le pidieron la oreja pero no fue no suficiente para pasear la oreja que lo alzara por la puerta de los sueños.

Antonio Ferrera llegó a Sevilla en una semana épica. El domingo se encerró con seis toros en Nîmes y el lunes actuó en otro mano a mano en Logroño.

Cuidaron mucho en los primeros compases de la lidia a Mosquero, que atisbaba la falta de fuerzas. Lo condujo a media altura con suavidad llevándolo muy tapado para sujetarlo en la muleta. Por el pitón izquierdo aguantó miradas y paradas exponiendo mucho. El toro pasaba quedándose corto y echando la cara arriba al final del muletazo. Culminó con un estoconazo. 

Pobrecito tampoco le dio muchas opciones a Ferrera. Estuvo voluntarioso y tiró de oficio para batallar con un mansito y sin entrega.

Garañuelo fue el que le permitió realizar lo más destacado de su paseíllo en Sevilla. Tenía movilidad y humillación pero había que hacerle las cosas bien. Se fue a los medios para citarlo en las distancias justas. Aprovechó las inercias del astado y lo toreó a media altura por el pitón derecho. Por el izquierdo, se sintió más y estuvo más templado. Dejó media estocada pero el palco no le otorgó la oreja.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Quinta de abono. Feria de San Miguel. Más de media entrada del aforo permitido.

 

Toros de Victorino Martín, el segundo como sobrero, bien presentado pero de desigual de juego. Destacaron cuarto y quinto.

Antonio Ferrera (grana y oro): ovación con saludos, silencio y vuelta tras petición.

Emilio de Justo (nazareno y oro): ovación con saludos, dos orejas y ovación saludos tras petición.

 

Saludaron tras banderillear el primero Joao Ferreira y Fernando Sánchez; en el cuarto Morenito de Arlés; y en el sexto, Pérez Valcácer y Abraham Neiro.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Luque impone su mando

 

Daniel Luque. Foto: Toromedia


Era muy esperada la corrida de Santiago Domecq. La última Feria de Abril se proclamó como la ganadería más destacada. De Aperador, aquel gran toro que lo tocó en suerte aquella tarde a Miguel Ángel Perera y que cosechó muchos galardones, poco tuvieron que ver sus hermanos lidiados hoy.

Abrió plaza un bonito y serio ejemplar. Diego Urdiales lo trató con mucha suavidad en los primeros compases, mimándolo para tratar que rompiera. Poco calado tuvo en los tendidos su labor por la falta de emoción del toro. Aún así, logró dibujar algunos muletazos de bello trazo con la diestra. 

Con un ramillete de verónicas con sabor y temple y una media eterna saludó Urdiales al cuarto. Pocas opciones tuvo el riojano con un toro de grandes hechuras que flojeaba y embestía sin ninguna clase.

Daniel Luque recibió al segundo por verónicas llevándoselo hasta el centro del platillo. Con inteligencia lo cuidó y le imprimió temple con el capote enseñándole a embestir. Quitó por verónicas gustándose y remató con una larga cordobesa muy estética. Luque demostró dominio y poso pero Sementero tuvo poco motor. Sentenció con una estocada en todo lo alto.

Al diestro de Gerena le tocó en suerte Malhumor, el único negro del encierro, al que le instrumentó un quite por verónicas templadísimas. Se observó el buen momento que atraviesa Luque. Toreó con mucha entrega logrando someter al astado por el pitón derecho. Aunque tenía genio, el poco fondo del animal salió a relucir cuando se sintió podido. Con inteligencia, le dio las distancias precisas, pulseándolo y a media altura lo condujo con suavidad. Al natural sacó el valor y tragó mucho. El toro perdió las manos al entrar a matar y solo dejó media estocada. La plaza se volcó con él pidiéndole la oreja pero el palco denegó la petición y dio una vuelta al ruedo.

Con humillación y ritmo metió la cara Gracioso en el capote de Rafa Serna. Fue un toro con opciones que requería mando y el sevillano no fue capaz de dárselo. El encastado animal embistió con entrega por el pitón derecho y Serna, no obstante, imprimió pasajes en los que toreó con hondura y sevillanía gustando a los presentes Por el izquierdo, era más irregular y bajó más el diapasón. El fallo con los aceros le privó, tal vez, de pasear un trofeo.

Imaginario, con sus 620kg, cerró la tarde. Se pegó una fuerte voltereta en el saludo. Rafael salió a por todas y brindó al respetable un toro descastado. Se esforzó pero carecía fondo y acabó muy parada, e incluso, llegó a echarse. Finalizó con un estocadón.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Cuarta de abono. Feria de San Miguel. Casi media entrada del aforo permitido.

 

Toros de Santiago Domecq con muchos kilos y descastados en general, destacó el tercero.

Diego Urdiales (azul pavo y oro): ovación con saludos y silencio.

Daniel Luque (blanco e hilo blanco): ovación y vuelta tras petición y aviso.

Rafael Serna (rioja y oro): ovación y ovación.

Saludaron tras banderillear al segundo Juan Contreras y Alberto Zayas; en el tercero, Juan Manuel Raya y Antonio Ronquillo; y en el quinto José Chacón y Alberto Zayas.

martes, 21 de septiembre de 2021

Manuel Perera conquista Sevilla

 

Manuel Perera. Foto: Toromedia



Manuel Perera pasó por la Maestranza arrollando en su trepidante temporada. Se presentó en Sevilla, al igual que lo hicieron sus compañeros de cartel Manolo Vázquez y Jaime González-Écija. Era un día especial no solo para los novilleros. La ganadería de El Parralejo lucía divisa negra en recuerdo de su propietario José Moya. Una novillada de la que seguro estaría orgulloso.

Abrió plaza un novillo con el que no pudo lucirse con el capote Manolo Vázquez, aunque dejó detalles de su buen concepto. Brindó el novillo de su debut al cielo en homenaje a su abuelo. Se lo llevó fuera del terció para instrumentar una serie de mando y serenidad. El sevillano peleó contra el viento para torear con temple por el pitón derecho. Por el izquierdo lo ligó con naturales con mucho gusto. Su personalidad la plasmó en cada muletazo pero aún tiene mucho que aprender y que mejorar.

La efervescencia de su corte sevillana relució en el capote de Manolo Vázquez en el cuarto. Nada que envidarle tampoco a González-Écija y el quite por verónicas gustándose que ejecutó. Fue otro novillo que se dejó y lo aprovechó. Con la muleta se mostró con mucha disposición, también espoleado de ver que su compañero de cartel acababa de pasear una oreja. La faena rebosó sabor y torería. Dibujó un ramillete de naturales templados, llevándolo cosido en la muleta, que cautivó a los tendidos. Con los aceros se atascó y perdió la oreja. La dinastía Vázquez ha comenzado a escribir un nuevo capítulo de su historia que seguro tendrá muchas páginas.

A los medios se llevó González-Écija al segundo, al que le faltó clase pero tuvo recorrido. Poco a poco fue construyendo una faena a base de firmeza con la mano derecha. Pelirrojo tomó la muleta con genio lo que hizo que su faena llegara a los tendidos. Exprimió ese pitón llegando a torear ligado y con profundidad. Al natural lo intentó pero la embestida era más irregular.

Con transmisión y humillación llegó al último tercio el quinto de la tarde. González-Écija entendió muy bien al novillo. Estuvo con mucha cabeza, haciéndole bien las cosas y dándole tiempo y distancias. Jaime dejó tandas de gran calado por el buen pitón derecho del animal. Pinchó y perdió la oreja.

Por verónicas saludó Manuel Perera al tercero. El oficio del extremeño frente  a sus compañeros estuvo patente frente a un novillo paradito. Aguantó miradas y se expuso mucho hasta que llegó la voltereta. Demostró tener un valor seco pero al mismo tiempo plasmó varios naturales con mucha despaciosidad. El público se entregó con él pero la música incomprensiblemente no sonó hasta que el novillero se fue a por la espada. Se entretuvo Perera en entrar a matar por ese nuevo error de la Banda de Tejera. Sentenció a su oponente con media estocada efectiva y paseó la primera oreja.

A portagayola se fue Perera para recibir al sexto. Saltó al ruedo distraído, sin avistar al extremeño, que aguantó de rodillas hasta que el novillo se percató de él. Después de la larga cambiada prosiguió de pie por verónicas. De rodillas también inició la faena de muleta. El de El Parralejo fue a por él prendiéndolo por la pierna. Se repuso y volvió a echarse al suelo para instrumentar una serie emocionante. Con esa misma seguridad, cogió la muleta con la diestra para cuajar varias series redondas a otro buen novillo. La faena bajó de intensidad cuando el animal enterró los pitones en el albero. El novillo ya no fue el mismo. Manuel enterró los aceros y cortó otra oreja.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Tercera de Abono. Feria de San Miguel. Más de media entrada del aforo permitido.

 

Novillos de El Parralejo bien presentados y de buen juego.

Manolo Vázquez (celeste y oro): ovación saludos tras aviso y ovación con saludos.

Jaime González-Écija (malva y oro): ovación con saludos tras aviso y ovación.

Manuel Perera (celeste y oro): oreja y oreja.

 

Saludaron tras banderillear al primero Felipe Proenza y Felipe Peña y al tercero Álvaro Núñez y Antonio Vázquez.

sábado, 18 de septiembre de 2021

La inspiración de Morante, el valor de Roca Rey y la entrega de Aguado

Roca Rey. Foto: Toromedia


La Maestranza abría sus puertas casi dos años después de su último festejo. Su belleza, su resplandor y su magia han permanecido intactos. La vuelta de los toros a Sevilla tenía que ser con un cartel de relumbrón. Se repetía la terna de aquella tarde que encumbró a Aguado y surgió la rivalidad con Roca Rey. Todo ello en la temporada estelar de Morante.

Enojado de Victoriano del Rio fue el encargado de prender la llama esta Feria de San Miguel tan especial. Pero el astado no quiso ser cómplice del júbilo que se vivía. Tenía las fuerzas justas y le faltó raza, por lo que ante la imposibilidad de hacer algo, Morante salió directamente con la espada para pasaportarlo.

Con incertidumbre llegó Enamorado al último tercio. José Antonio se lo llevó a los medios y sin previo aviso esculpió una obra de inspiración barroca. El sevillano intentó ligar los muletazos, aunque el animal salía desentendido de cada uno de ellos aunque llegó a someterlo por abajo por momentos. El de Victoriano de Río acusó la mansedumbre y huyó a tablas. No lo tuvo nada fácil Morante, pero con valentía prosiguió su faena en la querencia. Al natural, pese a la poca clase del animal, logró plasmas muletazos con mucha torería. Erró con los aceros y perdió la oreja.

Distante quiso cambiar el sino de la tarde. Fue un toro con grandes cualidades (el único) que se adivinaron desde el recibo de capa. De esos con los que se pone la plaza del revés y te dejan la Puerta del Príncipe entreabierta. Roca Rey lo condujo con suavidad por el pitón derecho. Una serie final con muletazos muy largos puso al público en pie. Por el izquierdo, no terminó de aprovechar todo lo que le ofrecía el animal. Mató de un pinchazo y una estocada y paseó la primera oreja de la Feria.

La rivalidad entre Roca Rey y Aguado llegó a su culmen en los quites del quinto. El sevillano por chicuelinas y una media que duró una eternidad; el peruano por gaoneras. Muy decidido, echó rodillas en tierra mostrando las ganas por cumplir su sueño de salir a hombros en Sevilla. Se topó con un mansito con el que demostró un valor seco ante un público predispuesto al triunfo. Andrés instrumentó su faena en las cercanías, exponiendo mucho. Pinchó y dio una vuelta al ruedo.

Aguado salió a torear aquejado de una lesión en la rodilla, que se le agravó en el tercio de banderillas del primero. Tuvo que pasar por la enfermería para ser infiltrado. La transmisión no acompañó a “Cojito”. Fue el hándicap con el que se encontró ante un animal descastado. El sevillano estuvo firme, haciendo las cosas bien. Hubo muletazos templados pero no fueron suficientes para que la faena tomara altos vuelos.

Con el sexto tampoco pudo lucirse Pablo. No fue nada fácil el de Toros de Cortés. Hizo un esfuerzo y con serenidad y firmeza intentó construir una faena con un astado que tomaba la muleta de forma irregular sin éxito. Cuando intentaba descabellar, se dolió de la lesión y Morante estuvo a punto de hacerlo por él porque no podía caminar.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Primera de abono. Feria de San Miguel. Cartel de “No hay Billetes” (60% del aforo).

Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (6º) bien presentados, descastados, mejor el 2º.

Morante de la Puebla (chocolate y oro): silencio y ovación con saludos tras aviso.

Roca Rey (blanco y oro): oreja y vuelta tras petición.

Pablo Aguado (catafalco y oro): silencio y silencio tras aviso.


Saludaron Juan José Domínguez, Viruta y Juan Carlos Tirado saludaron en el segundo y en el quinto e Iván García y Pascual Mellinas en el tercero.


domingo, 27 de junio de 2021

Feria de San Juan de Badajoz, 26 de junio de 2021

 

Antonio Ferrera. Foto: Sandra Carbonero



Tarde triunfal en el cierre de la Feria de Badajoz que te cuento en mi crónica que está ubicada en "Artículos y Crónicas II" junto con las imágenes del festejo que están en "Temporada 2021". Y si quieres ver el ambiente del festejo, lo encontrarás en "Lo que el Toro no ve".

Sandra Carbonero

viernes, 25 de junio de 2021

Feria de San Juan de Badajoz, jueves 24 de junio de 2021

 

Foto: Sandra Carbonero

La Feria de San Juan de Badajoz comenzó con éxito. Antonio Ferrera y Juanito salieron a hombros y "Derrota" de Zalduendo fue premiado con la vuelta al ruedo. La crónica completa la encontrarás en "Artículos y Crónicas II". La galería completa de la corrida en la sección "Temporada 2021" y las curiosidades del festejo en "Lo que el Toro no ve".


Sandra Carbonero


miércoles, 10 de marzo de 2021

Presentado el cartel de la Temporada 2021 en Sevilla


Cartel anunciador. Foto: Sandra Carbonero

Este miércoles 10 de marzo se ha presentado en el Salón de Carteles de la Real Maestranza de Caballería el cartel que ilustrará la Temporada 2021. El autor de la obra es el pintor Jualian Charles Schabel. El artista no pudo acudir a la presentación pero envió un vídeo en el que manifestó su afición por la tauromaquia y por Sevilla. 


Acto de presentación. Foto: Sandra Carbonero


Al acto asistieron Santiago León, Teniente Hermano Mayor de la Maestranza, Miguel Briones, el secretario general de Interior y Espectáculos de la Junta de Andalucía, Ramón Valencia, en representación de la Empresa Pagés y José Cobo, experto en arte.


Sandra Carbonero