El Juli. Foto: Toromedia |
La
corrida de Hermanos García Jiménez sorprendió gratamente. Resultó ser la
más completo hasta el momento. Cierto es que hubo toros de todo tipo.
Armónicos, algunos bravos, un par manso y el último peligroso. Se enfrentaron a
ella una de las ternas más rematadas. El Juli, Manzanares y Paco
Ureña cortaron cada uno una oreja con tres faenas totalmente distintas y
con tres toros con cualidades diferentes.
El
Juli
recibió al primero con un ramillete de verónicas llevándoselo al centro del
platillo. Quitó por chicuelinas a pies juntos. Ateo III metió la cara
con clase y humillación en las telas. Con doblones muy toreros se lo llevó
fuera de las rayas de picar. Desde los medios lo citó y se vino pronto a la
muleta. Muy largos fueron los muletazos que emanaron por el pitón derecho. Por
el izquierdo tendía a meterse por dentro, pero Julián lo condujo intentando
alargar su embestida. Culminó con una serie con la diestra con muletazos de
mucha profundidad. Fue una faena seria y asentada con un toro de calidad, pero
exigente. Se tiró a por todas a matar y dejó una estocada traserita que le
valió la oreja.
Colocó
Julián a Estéreo en el caballo con unas verónicas y una media con
mucha suavidad. La falta de fuerza fue su hándicap y el tercio de banderillas
no le sentó nada bien. El Juli se fue a los medios con el astado. Era
muy noble, aunque estaba escaso de fondo. Lo llevó templado en la muleta, pero
al bajarle la mano clavaba los pitones en el suelo constantemente y perdía las
manos. Algo que deslució la labor seria del diestro madrileño.
Desentendido
saltó al ruedo Esaborio. Manseó en el caballo e incluso huyó del segundo
puyazo. Manzanares lo vio claro e inició la faena al natural con
muletazos de mano baja. Por el pitón derecho, lo llevó metido en la muleta, tapándole
la salida para que no se fuese y lo toreó con series en redondo. Exprimió cada
arrancada del de Olga Jiménez. Aunque fue mansito tuvo emoción. Jose
Mari erró en varias ocasiones con la espada (raro en él) y perdió la oreja.
Industrial,
aunque tenía buena condición, iba muy justo de fuerzas. El público lo protestó
fuertemente en varas y banderillas, pero el presidente aguantó la presión y no
lo devolvió. Galopó en la muleta de Manzanares. El torero alicantino estuvo
inteligente dándole tiempo y distancia con series muy medidas. Fue construyendo
poco a poco una faena en la que lo mejor llegó por el pitón derecho. Hubo
varias tandas largas y con despaciosidad. Sentenció con una estocada recibiendo
fulminante y obtuvo un apéndice.
Hasta
a los medios por verónicas se llevó Paco Ureña a Derribado. Con
delantales muy suaves quitó. El murciano comenzó inmóvil con estatuarios muy
reunidos. Estuvo correcto y firme dejando ver detalles de su pureza, pero el de
García Jiménez se vino abajo en la tercera serie. Algo que repercutió en
la transmisión de su labor pese a su buen hacer.
Cerró la tarde Almendrito. Un colorado, chorreado, de bonitas hechuras pero que hizo cositas de manso en varas. Ureña se fue a los medios para plantarle cara. Sabía que tenía una papeleta difícil que resolver. Embestía sin ninguna clase y buscado constantemente al murciano. Pasó momentos de mucho apuro. Se impuso a él con una serie rotunda que hizo sonar la música con la faena avanzada. Demostró un valor inquebrantable. Continuó en la cara del animal hasta meterlo en el canasto. Entró a matar recibiendo dejando la espada un poco baja. Afloraron los pañuelos y paseó el último apéndice de la tarde.
Ficha
del festejo:
Plaza
de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Feria de San
Miguel. Casi lleno del aforo permitido.
Toros
de García Jiménez y Olga Jiménez (2°) bien presentados, destacó
el primero, tercero y sexto más complicados.
Julián
López "El Juli" (azul azafata y oro): oreja y silencio.
José
María Manzanares (sangre toro y oro): ovación con saludos y
oreja.
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