Foto: Empresa Pagés |
La
Feria comenzaba con un cartel que apostaba por tres jóvenes toreros con
proyección, pero que por diferentes avatares no han logrado aún colocarse en el
circuito. Tenían hoy la oportunidad de demostrarlo ante un encierro
de Santiago Domecq interesante, en
el que han destacado varios toros de nota.
La
tarde comenzó con mal pie. El primero se rompió el pitón al rematar en el
burladero. El sobrero salió con motor, pero conforme pasaba la lidia se volvió
reservón y con una embestida deslucida. Lo único bueno que tuvo fue la
humillación. Garrido estuvo muy
firme y valiente. Pese a tenerlo todo en contra, hizo un verdadero esfuerzo. Porfió
con una faena larga, lo que fue en su contra a la hora de entrar a matar.
Cuando se perfilaba, sonó el primer aviso y luego erró con los aceros.
Caótico
y complicado fue el tercio de banderillas al cuarto de la tarde. Garrido fue a por todas la carta que le
quedaba. Inició la labor de rodillas entre las dos rayas de picar toreando en
redondo. Le dejó puesta la muleta en el hocico del animal, llevándolo largo. “Gracioso”
embestía por abajo con mucha transmisión y yendo a más, sobre todo por el pitón
derecho. José puso alma y entrega.
Lo cuajó de principio a fin. Le cortó una oreja de peso tras media estocada
certera. Hacía tiempo que no veíamos este Garrido.
Su mejor versión. La que ilusionó de novillero.
A la
salida del tercero comenzó a llover bajo un sol reluciente. Tal vez fue una
premonición, ya que dicen que bajo la lluvia se fraguan buenas faenas. “Chismoso”
fue precisamente la chispa que prendió la tormenta. Fue un toro bravo, con
ritmo y clase. Se arrancó al caballo con alegría empleándose. Garrido realizó un quite sobresaliente
por chicuelinas imprimiendo barroquismo. Cadaval,
conocedor de todas las posibilidades que le ofrecía su oponente, lo sacó al centro
del platillo con despaciosidad. Fue un toro exigente que se venía de largo a
las telas de Alfonso. Comenzó a
ligar muletazos por bajo de mucho calado en los tendidos. Fueron series justas
en medida, de cuatro muletazos y el remate. Por el izquierdo, bajó un poco el
diapasón y volvió a la diestra para terminar de exprimirlo. Se tiró a por todas
a matar y dejó una estocada arriba y cortó una oreja.
Garrido no
dejó pasar ni una e instrumentó un quite con mucha personalidad en
el sexto. Tuvo el bonito gesto Alfonso de
brindarle el toro a su tío Jorge Cadaval.
El de Santiago Domecq estaba justito
de fuerzas pero era noble y con buen fondo. Lo esperó y le dio sus tiempos. Hizo
un esfuerzo pero no terminó de acoplarse a tu oponente. Pese a todo, Cadaval dio la cara en la que es su
quinta corrida como matador de toros desde que tomara la alternativa en el San
Miguel de 2018.
La
suerte no estuvo en las manos de Galdós.
Recibió al segundo por verónicas llevándoselo a los medios mientras el
viento cimbreaba el capote. Remató con una media muy estética. “Altacumbres” llegó
al último tercio muy apagado. Aguantó una colada muy fea al inicio de faena por
el pitón derecho, así que decidió basar su faena en el otro pitón. Poco pudo hacer
con un toro que se quedaba corto y optó por abreviar.
Tras
ver cómo su marcador estaba a cero y sus compañeros ya habían sumado, Galdós se fue a recibir al quinto a portagayola.
“Fenómeno” se arrancó y empujó en el caballo. En la muleta, fue un astado con
muchas teclas. El peruano se esforzó pero no encontró el lucimiento.
Ficha
del festejo:
Plaza
de toros de la Real Maestranza de Caballería. Primera corrida de la Feria de
Abril. Tercera de abono. Un tercio de entrada.
Toros
de Santiago Domecq, el primero como
sobrero, bien presentados y desigual juego. Destacaron 3º y 4º.
José Garrido
(azul marino y oro): palmas tras aviso y oreja
Joaquín Galdós
(tabaco y oro): palmas y ovación.
Alfonso Cadaval
(azul azafata y oro): oreja y ovación.
Se
guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del arzobispo emérito de
Sevilla, Don Carlos Amigo Vallejo.
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