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Foto: Arjona / Pagés |
Sevilla
colgó su segundo cartel de “no hay billetes”. Casualmente, en las dos tardes se
anunciaba Roca Rey. El ambiente que
tiene el peruano en el Coso del Baratillo es enorme, pero era un romance que
por diferentes motivos no terminaba de alcanzar el punto álgido. Andrés ha conquistado en varias
ocasiones todos los feudos de primera categoría. La Puerta del Príncipe le ha
quitado el sueño muchas noches. Pero hoy era el día. Ni “Eolo”, que estuvo presente toda la tarde, quiso perderse
esta fecha para enmarcar. Caía la noche
sobre La Maestranza y Roca Rey, muy
emocionado y en éxtasis, cruzaba el umbral de la Puerta Grande después de firmar dos faenas de poder.
"Asustado",
largo aunque escaso de trapío, que hizo tercero, no se entregó en el capote de Roca Rey. El animal fue muy medido en
el caballo. Viruta se desmonteró
tras un buen tercio de banderillas en el que expuso mucho, sin dejar atrás el
buen hacer con el percal de Antonio
Chachón. El peruano le cogió el pulso pronto a un toro con muchas teclas. Tomó
la diestra con firmeza, pese a que se le venía cruzadito y le faltaba
continuidad en las embestidas. Los naturales fue sacándolos de uno en uno en
series meritorias. La última tanda con la diestra le costó más, por lo que lo
citó en corto. La estocada fue letal lo que provocó la pañolada, cayendo la
primera oreja en su esportón.
Cerró
la tarde “Halcón”. De nuevo salía por chiqueros el segundo toro de Núñez de Cuvillo
con el mismo nombre que se lidiaba en La Maestranza en menos de dos semanas. En
Resurrección, El Juli desorejó al
primero y este viernes hizo lo propio Roca
Rey. Sin entregarse pasó por el capote del limeño. Magistral fue el puyazo
que le propinó José Manuel Quinta. No fue la única ovación que se llevó la
cuadrilla. Antonio Chacón hizo sonar
la música tras parear a este sexto. Brindó Andrés
a sabiendas de que estaba a un paso de cumplir su sueño. Vibrante fue el inicio
de rodillas con pases por la espalda de vértigo. Hasta los medios lo sacó
citándolo a media distancia y llevándolo embebido en la muleta. Dibujó
muletazos de mano baja y con profundidad al encastado toro. Una faena poderosa que remató con otro espadazo certero. Sevilla estaba rendida a Andrés Roca Rey y la presidencia no
tuvo más opción que sacar los dos pañuelos.
"Dudosito"
embistió en el capote de Manzanares echando
las manos por delante y pegando gañafones. Empujó en el caballo de Paco de María, que recitó un gran
tercio de varas. Ceñidísimas fueron las tres chicuelinas que instrumentó Roca Rey en el quite. En la última, estuvo a punto de ser
arrollado, resolviendo el peruano con una revolera. El de Cuvillo metió bien la cara en los
primeros compases del trasteo. Manzanares
se puso de frente para ligar una serie de tres derechazos en la que el animal
dejó ver la clase que tenía. Con largura y emoción fue la siguiente. Lo llevó
tapado el alicantino ya que quería irse. Por el izquierdo le costó más,
saliendo desentendido. Raramente en él, erró con los aceros.
“Rescoldito”,
menos hecho que sus hermanos, recibió un buen puyazo de Óscar Bernal. Fuera del tercio sacó Manzanares al quinto para comenzar toreando al natural, por donde el alicantino cinceló una primera
tanda de bello trazo. La segunda, en redondo y con cadencia. Cimentó la faena
por ese pitón, que tuvo mayor calidad. Le apretó el Cuvillo hacia toriles a punto de cogerlo. No fue su día con la
espada, porque de haber matado con una estocada marca de la casa, hubiera
tocado pelo.
El
peor lote del encierro le correspondió a Diego
Urdiales. "Lanudo", un precioso jabonero, bien hecho abrió la
tarde. Humilló en las telas del riojano, que quitó por chicuelinas rematando con una gran media. Con mucha suavidad, inició por bajo para sacarlo hacia
fuera. El de Cuvillo, aunque tenía
fijeza, se puso más violento por el derecho. Por el izquierdo lo probó, pero tampoco
le dio opciones de triunfo por lo que optó por abreviar. La estocada fue
fulminante.
Distraidito salió “Asturiano”, que le costó encelarse en el recibo. Urdiales dejó un par de verónicas de mano baja con temple para recordar. Frente al tendido seis, se puso a torear en una primera tanda en la que hubo muletazos con empaque. Se puso en las distancias cortas para recetar muletazos de uno en los que le soltó más de un gañafón. Diego estuvo siempre muy asentado con un oponente de embestida informal.
Ficha
del festejo:
Plaza
de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Quinta de abono. Feria de
abril. Cartel de “No hay billetes”.
Toros
de Núñez del Cuvillo, desiguales de
presentación y juego.
Diego Urdiales (de
caña y azabache), silencio y silencio.
José María Manzanares (de
marino y oro), palmas y silencio.
Roca Rey (de
sangre de toro y oro), oreja y dos orejas.
Incidencias: Saludaron
Viruta tras banderillear al tercero
y Antonio Chacón en el sexto.
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