Crónicas

Temporada 2023


Final del Circuito de Novilladas de Andalucía



Marcos Linares, vencedor del Circuito de Novilladas de Andalucía con tributo de sangre

La Real Maestranza de Sevilla acogía este domingo por primera vez la final del Circuito de Novilladas de Andalucía que organiza la Fundación Toro de Lidia. El novillero jienense Marcos Linares se alzó con el codiciado galardón, que no pudo recoger porque fue cogido por el primero de su lote. Por su parte, Ismael Martín dejó gratas sensaciones en el que además era su debut en Sevilla.

Marcos Linares dibujó verónicas con despaciosidad ganándole terreno a “Lobulillo”, que hizo segundo. Fue muy medido en el peto porque no atisbaba que tuviera mucha fuerza. En el último tercio molestó mucho el viento por lo que lo cambió de los terrenos. Imprimió suavidad conduciéndolo a media altura con la diestra. Al de Villamarta le faltó raza y transmisión, pero el novillero jienense se impuso al natural con una serie en la que hubo ligazón. Volvió al pitón derecho para plasmar muletazos con mucha torería. Una faena importante en la que dio una gran dimensión. Al entrar a matar, el novillo se quedó parado cogiéndolo muy feo e infiriéndole una cornada en el muslo derecho.

“Fundaplata” saltó al ruedo distraído y sueltecillo del capote Ismael Martín. Colocó con soltura y variedad los rehiletes. Cimentó la faena en la mano derecha por donde hubo pasajes destacables, aunque su oponente tenía mejores inicios que finales. El salmantino estuvo muy firme, pero su esfuerzo no llegó a tomar vuelo por lo deslucido que era el de Villamarta. En el epílogo por luquesinas estuvo a punto de ser corneado. Se tiró a por todas a matar dejando una estocada.

Se corrió turno y “Ríoblanco”, reseñado como sexto, salió en quinto lugar manseando en el capote de Ismael Martín. El mismo comportamiento mostró en el caballo, huyendo del castigo. El salmantino tomó los palos y protagonizó un tercio de banderillas arriesgado. Tuvo el bonito gesto de acercarse hasta la puerta de la enfermería para colocar la montera en señal de brindis a su compañero Marcos Linares. Genuflexo se lo llevó fuera de las rayas. En este prólogo de la faena, el novillo embistió con codicia, pero fue solo una ilusión. El salmantino estuvo muy de verdad, sin volver la cara a las complicaciones que le planteó. Extrajo muletazos de uno en uno muy de frente y sin perder nunca la colocación. Fue una meritoria faena de Ismael Martín que remató con un pinchazo previo a la estocada.

El Melli saludó de rodillas a “Biensolo”, que abrió la tarde, para continuar lanceándolo de pie. El de Villamarta tomó bien las telas por el pitón derecho, aunque por el izquierdo se frenaba. Con habilidad quitó por chicuelinas Marcos Linares. El Melli se mostró seguro apostando por las buenas cualidades de su oponente desde el inicio. Templado y genuflexo comenzó la faena el gaditano. Instrumentó una primera tanda en la que abundaron muletazos largos en los que fue metido el utrero. La música entonó al mismo tiempo que dejaba otra serie de similar trazo. Por el izquierdo le costaba más, pero dejó algunos naturales destacables. Abrochó la labor por circulares con un novillo venido a menos. No halló la fortuna con la espada.

Al cuarto, “Acusadillo” de nombre, lo recibió con una larga cambiada de rodillas. El animal no se entregó en el percal de El Melli. Lo llevó galleando al caballo con el capote en la espalda por donde pasó sin brillo. Con variedad quitó el gaditano para replicar por delantales Ismael Martín. Volvió a echar las rodillas en tierras para torear en redondo en un inicio con vibración. El novillo tenía la querencia muy acusada y, aunque el novillero estuvo voluntarioso, optó por abreviar. Con la espada no estuvo certero.

El Melli le correspondió estoquear a “Ricongrande” por la cornada de Marcos Linares, al que saludó genuflexo. Tampoco se empleó en varas el cierra plaza. El gaditano estuvo muy entregado en una labor que tuvo que construir junto a tablas frente a un oponente que no quiso pelea.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimoséptima de abono. Final del Circuito de Novilladas de Andalucía. Media entrada. Novillos de Villamarta, bien presentados y de juego desigual. Primero, noble aunque sosito; segundo, desrazado; tercero, falto de fondo y clase; cuarto, quinto y sexto, mansos.

Germán Vidal “El Melli” (de marfil y oro), silencio, silencio y silencio.

Marcos Linares (de sangre de toro y oro), herido.

Ismael Martín (de azul rey y oro), vuelta al ruedo tras petición y ovación con saludos.

Incidencias: Marcos Linares se proclamó vencedor el Circuito de Novilladas de Andalucía “por unanimidad”.

Parte médico de Marcos Linares: “herida por asta de toro a nivel de triángulo de Scarpa en MID, con una trayectoria ascendente de 5-6 centímetros que penetra fascia mulos saltorio, contundiendo arteria femoral superficial, con hematoma advendicial y espasmos secundario. Lavado de herida y se coloca drenajes. Pronóstico: grave”.


Feria de Abril



Escribano y Miura, diez años después

Rememorando aquellos “lunes de resaca” que ponían fin a la Feria de Abril, este primero de mayo Miura era la encargada de decir adiós a este magnífico serial. Lo que iba a ser una terna se convirtió en un mano a mano improvisado debido a la lesión que sufrió El Fandi. Algo parecido ocurrió con la “miurada” de hace 10 años. El Juli sufrió una grave cogida en La Maestranza dos días antes y en su lugar entró Manuel Escribano, un torero que por aquel entonces no se prodigaba por las grandes ferias. Aquella tarde cambió su carrera. Aquel triunfo puso su nombre en órbita. Una década después y, tras el gran éxito que cosechó hace pocos días con la corrida de Victorino Martín, el torero de Gerena se reencontró con otro Miura de lío gordo.

Manuel Escribano se fue hasta la puerta de chiqueros a recibir a “Chorizero”. Tras ejecutar la ajustada larga cambiada, le instrumentó un puñado de verónicas ganándole terrenos con mucha emoción. El de Zahariche empujó también en el caballo. El sevillano puso en pie al público en un tercer par de banderillas de vértigo en el que expuso mucho. Tuvo que saltar al callejón, quedándose a milímetros de ser cogido. Se fue a los medios para brindar. Allí se quedó inmóvil para citarlo con un pase cambiado. El toro se frenó a la mitad del recorrido palpándose la angustia. Una vez se arrancó, le pegó hasta dos cambiados por la espalda. Volvió a darle distancias y el de Miura tomó las telas con emoción y humillación. En la segunda serie cayó el diestro frente a la cara de su oponente, levantándose con agilidad. Escribano firmó naturales de mano baja, ligazón y profundidad. Para cerrar, cogió la diestra en una serie en redondo en la que le exigió mucho. Una faena muy de verdad, que concluyó con una estocada caída. El público le pidió enardecimiento el doble trofeo. El palco se mantuvo firme en la concesión de uno por la colocación de la espada y se llevó una sonora bronca.

Los tendidos se pusieron en pie con el recibimiento de Manuel Escribano a “Amargoso”, que cerraba plaza. De nuevo se fue a portagayola. El burel salió distraído. El torero aguantó impávido de rodillas, esperándolo y citando. Una larga vibrante que encadenó con verónicas y una rebolera. Se empleó mucho en caballo este último de la feria. El de Gerena volvió a protagonizar un espectacular tercio de banderillas. El tercer par, sentado en el estribo por los adentros, causó furor. Desde el centro del platillo lo citó con la diestra. El astado se le vino veloz embistiendo a media altura con sosería. Escribano estuvo muy firme, dándole tiempo entre muletazo y muletazo. Acabó en las cercanías donde cinceló muletazos templados.

“Yegüerizo”, el toro de menor peso del encierro, saltó en segundo lugar. Lo saludó Manuel Escribano con varios lances en los que pasó sin humillar. Fácil a la vez que vibrante estuvo en banderillas. Con espectacularidad clavó el tercer par al violín y al quiebro por los adentros. Comenzó en los mismos terrenos por estatuarios que abrochó con una trincherilla. Lo sacó para los medios, donde molestaba el viento. Le planteó la diestra por done iba siempre rebrincado. Los naturales a media altura fueron meritorios con un animal que nunca descolgó. Una faena de mucho esfuerzo que acabó con una estocada y un descabello.

“Triguero”, que salió con el pitón derecho escobillado, dejó entrever la falta de fuerza en el capote azul de Antonio Ferrera. Con prontitud se arrancó al caballo, donde empujó. Magnifico fue el tercio de banderillas de manos Ángel Otero y Alberto Carrero con los rehiletes. El extremeño brindó de rodillas y mirando al cielo, tal vez  en un bonito homenaje a Montoliú en el aniversario de su muerte. Ferrera basó la faena por el pitón derecho, ya que por izquierdo embestía defendiéndose. En los primeros compases, los dos primeros muletazos los tomaba bien. El de Miura se vino abajo pronto y terminó con un macheteo por bajo. Dejó una gran estocada con la que cayó rodado el animal.

Ferrera le recetó lances de probatura a “Charrano”, un precioso cárdeno astifino de 616 kilos que humilló. Hizo una buena pelea en vara en los dos encuentros. Con los rehiletes, Joao Ferreira clavó un espectacular par de frente en el que arriesgó mucho. El extremeño se encontró con un cornúpeta que pegaba gañafones por el derecho, mientras que por el izquierdo no llegó a pasar ni una sola vez. Enterró la espada en el segundo encuentro con habilidad.

“Torrealta”, que hizo quinto, un toro muy cuajado que pesaba 625 kilos. Tomó el percal de Ferrera echando las manos por delante. El de Zahariche tuvo buena condición y nobleza, pero quería más que podía. El torero extremeño se mostró asentado con la colocación siempre correcta para intentar que empujara hacia adelante. Según avanzaba la faena, fue acortando el recorrido. Otra gran estocada firmó Antonio Ferrera.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimoquinta de abono. Feria de Abril. Tres cuartos de entrada. Toros de Miura, bien presentados y de juego desigual. Primero, noble aunque sin fondo; segundo, deslucido; tercero, noble; cuarto, con emoción y bravura; quinto, flojo; sexto, complicado.

Antonio Ferrera (de grana y oro con cabos negros), silencio, silencio y silencio.

Manuel Escribano (de verde billar y oro), silencio, oreja con petición y ovación con saludos.

Incidencias: Saludaron en banderillas Ángel Otero y Alberto Carrero en el primero y en el tercero, Joao Ferreira.



La rotundidad de Luque, el temple de El Juli y una oreja birlada

El debut en corrida de toros de la ganadería de La Quinta en Sevilla había generado gran expectación entre los aficionados que suelen dejarse ver durante las corridas de carácter torista. El encierro decepcionó en su conjunto, aunque hubo cualidades reseñables. Por encima de él, se encontraron dos guerreros que hicieron frente a batallas distintas. Daniel Luque se impuso al exigente quinto, mientras que El Juli consiguió torear al ralentí al primero.

A “Ibarreño”, que hizo quinto, se le notó en la mirada el encaste Santa Coloma nada más pisar el albero de La Maestranza. Pasó sin entrega por el percal de Daniel Luque, empleándose después en el peto. Poco a poco lo fue metiendo en la muleta hasta que el toro sacó un buen fondo que sólo había visto él desde el principio. Le dio sus tiempos entre muletazo y muletazo, siempre dejándole la muleta puesta en el hocico. Prosiguió al natural con una tanda más compacta y un cambio de mano muy despacio. La música alzó vuelo mientras el sevillano tomó la diestra, toreando más en corto y por bajo. Retomó el toreo al natural en una serie en la que hubo gran profundidad y despaciosidad, que puso a los tendidos en pie. Colocó una estocada y el toro cayó rodado. Luque paseó una oreja. Premio que se antoja tal vez poco y más teniendo en cuenta la línea que había tomado la feria.

“Turquesito”, de bonitas hechuras, se partió la pata tras la salida del caballo por lo que tuvo que ser devuelto. Antes, el diestro de Gerena había podido recetar verónicas de bella factura y el de La Quinta trasmitía buenas sensaciones. En su lugar saltó al ruedo, “Conejillo”, la antítesis de su hermano, ya que de salida se que se defendió en el capote de Daniel Luque. A la salida del peto, se pegó una voltereta muy fuerte. Magistralmente fue lidiado por Juan Contreras y banderilleado por Iván García Jesús Arruga. El de Gerena lo cuidó para intentar que empujara hacia adelante. Se encontró con un oponente que embestía con la cara alta, sin entrega, aunque con fijeza. Pese a que lo que realizaba no calaba en los tendidos, parecía que toreaba de salón. De ahí que fuera una faena larga.

“Detenido”, un toro cinqueño, cuajado y serio, fue la carta de presentación del debut de La Quinta en Sevilla. El Juli lo saludó con cuatro buenas verónicas en la que el animal metió bien la cara por el pitón derecho. El cornúpeta empujó en el caballo en los dos encuentros. El torero madrileño inició el último tercio genuflexo para seguir en redondo fuera de las rayas de picar. Con inteligencia, lo cambió de terrenos para construir la faena en los medios. Allí tomó la diestra, conduciendo la embestida con suavidad. Al natural, le faltó más empuje, aunque hubo uno con mucha despaciosidad. Volvió a la diestra por donde subió más el diapasón. La última tuvo una mayor profundidad y rotundidad. Una faena a más en la que consiguió ralentizar la embestida en cada muletazo. Acabó con él con una estocada un pelín caída pero efectiva. Los tendidos pidieron con fuerza el trofeo, pero el presidente, que otros días estuvo generoso en su hacer, hoy no lo concedió. El público obligó a El Juli a dar una vuelta y el presidente se llevó una sonara bronca.

“Jabalí”, que hizo cuarto, se quedó cortito y frenándose en los lances de El Juli. Hasta tres puyazos recibió. Fue un toro muy complicado que le dio nulas opciones al madrileño. Lo intentó por ambos pitones, aguantando miradas y parones. A la hora de entrar a matar, el toro le esperaba con la cara arriba, por lo que pinchó en varias ocasiones antes de enterrar el acero.

Espero Pablo Aguado a “Almonteño” hasta meterlo en el capote, donde dejó un ramillete de verónicas. Fue otro animal que empujó en el peto. El sevillano quitó con belleza por delantales con el compás abierto. Más allá del tercio, se puso a torear con la diestra. Lo condujo con temple en muletazos de uno en uno. Según avanzaba la faena, el toro se vino a menos en lo que tal vez influyeron los terrenos elegidos por el sevillano.

A “Almaviva”, que cerró la tarde, Aguado le dibujó verónicas de bello trazo que remató con una media cumbre a cámara lenta. El sevillano quitó genuflexo a favor del toro. De la misma forma, comenzó la labor de muleta. Plasmó una buena primera serie, la de mayor trascendencia y empaque de la faena. Después dejó detalles de su buen torero, pero no llegó a terminar de tomar vuelo su obra. El epílogo en redondo y acompañando con la cintura fue notable.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimocuarta de abono. Feria de Abril. Lleno. Toros de La Quinta, el 2º como sobrero, bien presentados y de juego desigual. Primero, con un buen pitón derecho; segundo, sin fondo ni clase; tercero, noble; cuarto, complicado; quinto, exigente y con fondo; sexto, con movilidad.

Julián López “El Juli” (de verde esperanza y oro), vuelta al ruedo con petición y silencio.

Daniel Luque (de mandarina y plata), silencio y oreja.

Pablo Aguado (de nazareno y oro), silencio y silencio.

Incidencias: Saludaron Iván García y Jesús Arruga tras banderillear al segundo.



El temple de Ginés Marín , más allá de un sueño aún por cumplir 

Un inusual cartel se anunciaba el sábado de farolillos en La Maestranza. Siete toros en total se lidiarían, ya que un rejoneador abriría plaza. Como era predecidle, Sevilla esperaba a Morante tras la apoteosis del miércoles, pero en esta ocasión el que deslumbró fue el joven de la terna a pie. Ginés Marín acarició la Puerta del Príncipe. Por momentos, fue dueña de ella hasta comprobar las nulas opciones que tuvo el segundo toro de su lote. No obstante, queda para el recuerdo una extraordinaria faena al cuarto en la que hubo naturales de ensueño cargados de temple. Un torero de estas características, al que le aguarda un gran futuro, tiene todavía mucho tiempo para cumplir su sueño.

“Espárrago” tomó el capote de Ginés Marín con codicia en los lances de recibo. Preciosas y ajustadas fueron las verónicas a pies juntos que instrumentó en el quite. El del hierro de El Torero empujó en la suerte de varas. Antonio Manuel Punta Fernando Pérez brillaron en el tercio de banderillas en el que tuvieron que saludar. Con mucha naturalidad se lo llevó hacia los medios. El extremeño lo sometió por bajo en dos primeras series rotundas y cadenciosas con la diestra. Al natural toreó con despaciosidad, gran ajuste y sentimiento. Hubo un natural eterno y larguísimos. En la última tanda, ya se vino más abajo su oponente e inteligentemente se fue a por la espada. Sin adornarse, dejó una estocada en todo lo alto. Ginés paseó dos orejas de mucho peso, mientras que “Espárrago” fue fuertemente ovacionado en el arrastre por gran calidad.

Poquito le hacía falta al extremeño para abrir la Puerta del Príncipe, pero el séptimo no se lo puso nada más. Pese a todo, estuvo muy por encima de las cualidades de este animal. Ginés Marín saludó a la verónica a este colorado y bien hecho de nombre “Palestino”, Manuel Larios estuvo impecable con los rehiletes. Inició la labor de muleta sin probaturas fuera de las rayas de picar. . El de El Torero embestía con la cara alta, pegando gañafones. Extrajo muletazos de uno en uno meritorios. Una faena larga y elaborada, que concluyó con el toro parado.

 “Lancero”, que hizo segundo, dio muestras de su mansedumbre acusada desde que salió a la plaza. En el caballo, rehusó de la puya en el primer encuentro y empujó en el segundo. Antes del quite de Morante, se pegó una fuerte voltereta. El torero de La Puebla plasmó un ramillete de verónicas en el que hubo armonía y temple. Espectacular fue el inicio de faena con doblones con las rodillas en tierra. Con mucha suavidad y pies juntos, continuó el sevillano. El mansito le regaló embestidas a media altura con buen son. Al natural, bajó el diapasón, pero tomó la diestra de nuevo para terminar de apretarle. Una actuación medida que terminó con una estocada casi entera. La primera oreja de la tarde cayó en sus manos.

El cuarto, de nombre “Vistaalfrente”, se empleó en el capote de Morante, que dibujó un par de verónicas de bello trazo. Fue muy castigado en el caballo. El de El Torero llegó al último tercio distraído y echando la cara arriba. El sevillano consiguió meterlo en el canasto en una serie compacta con toques fuertes y guiándolo con la voz. Tragó mucho por el izquierdo, por donde pasaba arrollando. Habilidoso estuvo con el estoque, dejando una media estocada.

Cayetano saludó con verónicas templadas a “Obrero”, que tuvo movilidad y ritmo. El por delantales, con armonía y compás. Respondió Ginés Marín por el palo tradicional con mucha despaciosidad. Brindó al respetable tras ver que tenía frente a él a un toro noble y con posibilidades de triunfo. El de El Torero tuvo movilidad y buen son en los primeros compases. Cayetano instrumentó derechazos con temple y mano baja. En mitad de la faena, el cornúpeta se vino abajo por lo que el diestro tuvo que tomar la espada.

“Erótico” fue un sexto cinqueño de pocas opciones. Nunca terminó de descolgar, poniendo en peligro a los banderilleros. Cayetano estuvo firme y exponiendo mucho frente a un toro incierto. Finalmente, tuvo que abreviar.

Abrió cartel de forma inusual el rejoneador portugués Antonio Ribeiro Telles, que celebraba su cuarenta aniversario de alternativa y, a la vez, debutaba en Sevilla. Brindó a Morante la muerte del toro. Recibió con dos rejones de castigo a “Núfar”, de Passanha, que ya salió de chiqueros desentendido y mirando a tablas. Dio una lección de doma clásica a lomos de “Alcochete” colocando banderillas de frente. Con mucha pureza, clavó dos rosas finales. Acertó con el rejón de muerte en el segundo encuentro.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Decimotercera de abono. Feria de Abril. Cartel de “No hay billetes”. Toros de Passanha (1º) y El Torero, desiguales de presentación y juego. Primero, manejable; segundo; manso, aunque noble y con ritmo; tercero, noble; cuarto, con calidad y bravura; quinto y sexto, complicados; séptimo, deslucido.

Antonio Ribeiro Telles, ovación con saludos.

Morante de la Puebla (de caña y oro con cabos azabache), oreja y ovación con saludos.

Cayetano (de fucsia y oro), silencio y silencio.

Ginés Marín (de grana y oro), dos orejas y ovación tras aviso.

Incidencias: Antonio Manuel Punta y Fernando Pérez saludaron tras banderillear al cuarto y Manuel Larios en el sexto.



Roca Rey golpea de nuevo

Hablar de Roca Rey es sinónimo ya de éxito. Nunca defrauda. No cabe duda que ha sido él el causante de colgar de nuevo el cartel de “no hay billetes” sobre la puerta de las taquillas de La Maestranza. También lo ha sido de caldear con su superioridad una tarde que iba a la deriva por la mansedumbre del encierro de Victoriano del Río. El peruano cortó un apéndice a cada uno de los astados de su lote con dos faenas de diferente calibre. Acarició la que hubiera sido su segunda Puerta del Príncipe este año, pero en cambio este triunfo le da más rédito y lo consolida más como primera figura del toreo.

“Desenvuelto”, un tercero alto y serio, salió emplazado. Hasta el caballo que guardaba puerta se fue veloz, donde apretó para sorpresa de todos. Castella ejecutó un quite variado en el que combinó chicuelinas con tafalleras, rematando con una bonita larga. Brillaron en el tercio de banderillas Antonio Chacón y Paco Algaba. Tras el mismo, se quedó en la puerta de chiqueros donde Roca Rey se fue a plantear faena. Sin probaturas, dejó una primera serie con la diestra compacta. En los mismos terrenos fue la segunda muy larga y ajustada. El de Victoriano del Río, un mansito con genio, que embestía por bajo y con fijeza. El peruano se lo llevó a la contraquerencia, para dibujar naturales de buen trazo. Una faena de largo metraje, en la que tal vez sobraron las últimas tandas. Certero estuvo con la espada y paseó una oreja.

Cerró la tarde “Cóndor”, un burraco de enorme trapío, que fue muy medido en varas. Roca Rey apostó por él en un inicio inmóvil por alto con un soberbio pase mirando al tendido. Prosiguió con mando en series de cuantiosos muletazos en los tardeaba, teniendo mejores principios que finales. Acabó echándoselo encima con una tanda por la diestra rotunda. Metido ya entre los pitones, derrochó valor con circulares y pases cambiados. Un final épico y emocionante, que levantó los aficionados de sus asientos. Esta vez, la estocada cayó algo contraria por precisó del descabello. La plaza estalló en júbilo y Roca Rey consiguió su quinta oreja esta Feria de Abril.

Un cinqueño, de nombre “Derramado” le tocó en suerte a Sebastián Castella para su vuelta a Sevilla. Se frenó en el capote poniendo en apuros junto a tablas al torero francés. Por bajo, se lo llevó a los medios para hilvanar un par de verónicas. Cuando el toro acudió al peto y sintió la puya, rehusó de ella y salió corriendo denotando su acusada mansedumbre. Con doblones muy suaves, toreando a favor del animal, comenzó Castella para sacarlo hasta los medios. El trincherazo con el que remató, torerísimo. Basó la labor con la mano diestra, ya que por el izquierdo huía más. Siempre muy tapado lo llevó en una primera tanda meritoria en la que hubo ligazón. La siguiente, larguísima y en redondo. Tras ella, el toro se sintió podido y buscó la puerta de chiqueros. Perfecta fue la ejecución de la suerte suprema, aunque tuvo que hacer uso del verduguillo.

“Gaditano” echó las manos por delante en el percal de Castella. Se vino arriba el de Victoriano en el tercio de banderillas. José Chacón expuso mucho, especialmente en el segundo par. Inició el matador galo con ayudados por alto para llevarlo fuera de las rayas. Estuvo correcto y haciendo un esfuerzo con un astado que nunca fue entregado, se quedaba cortito y le faltó fondo. No tuvo más opciones que la de irse a por la espada.

“Jarbadillo” impidió que Juan Ortega se luciera con el percal. En el caballo, lo midieron mucho. El sevillano se mostró firme con un animal con muchas teclas y con una embestida informal. Firmó dos series trabajadas en las que imprimió su concepto. La falta de fondo imposibilitó que su hacer tomara vuelo. Acertó con los aceros al tercer intento.

“Aldedano”, un cinqueño sardo que rondaba los 600 kilos, saltó en quinto lugar. Se defendió mucho en el capote de Juan Ortega, que tampoco pudo estirarse con él. El tercio de banderillas fue muy desordenando y con peligro. Bonito el inicio de faena, genuflexo y de frente. Tomó la diestra para intentar exprimir las pocas arrancadas que le regaló en las dos primeras series, antes de irse a buscar las tablas. Tuvo que cambiarlo de terrenos, pero de poco le valió porque volvió a girar hasta la querencia. Se puso también complicado para matar por lo que le costó al Ortega encontrar el sitio.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Duodécima de abono. Feria de Abril. Cartel de “No hay billetes”.

Toros de Victoriano del Río, bien presentados y faltos de fondo y mansos en líneas generales. Primero, manso aunque noble; segundo, sin fondo y desclasado; tercero, manso con clase; cuarto, deslucido; quinto, rajado; sexto, manso.

Sebastián Castella (de blanco y plata), ovación con saludos y silencio.

Juan Ortega (de chocolate y azabache), silencio y silencio.

Roca Rey (de catafalco y oro), oreja y oreja.

IncidenciasAntonio Chacón y Paco Algaba saludaron tras banderillear al tercero; José Chacón, en el cuarto.



Tomás Rufo continúa su idilio con Sevilla

Sevilla seguía conmocionada con la tarde ayer. Un capítulo importante en su historia y en la de Morante, pero como en todo libro, cada día hay que escribir una página. El cartel del jueves de farolillo tenía muchos alicientes. Una terna que sabe lo que es triunfar de verdad en La Maestranza. Finalmente, en este capítulo sólo hubo un protagonista: Tomás Rufo. El joven matador de toros ha conseguido su segunda Puerta del Príncipe consecutiva con menos de tres años de alternativa. Toda una proeza. Rufo, aunque tiene armas suficientes para acumular éxitos en todas las plazas, pero se vislumbra el inicio de un idilio que tiene halos de perdurar en el futuro.

De bonitas hechuras y con ritmo, “Insensato”, que hizo tercero y le permitió estirarse con el capote a Tomás Rufo. Impecable estuvo Andrés Revuelta con la brega. Tras brindar al público, echó rodillas en tierra con una tanda de mucha emoción. Prosiguió con la diestra ya en pie para torear con profundidad y ligazón haciendo sonar la música. Tomó la zurda para exigirle por abajo. Brotaron naturales cadenciosos, llevándolo largo. Aumentó el diapasón cuando volvió al pitón derecho con la misma estética. Se tiró a por todas enterrando la espada hasta los gavilanes. El toro aguantó, yéndose a morir a los medios. Rufo paseó las dos orejas e “Insensato” recibió una fuerte ovación por su bravura.

La Puerta del Príncipe estaba entreabierta. Sólo necesitaba un empujón como aquel lunes de lluvia intensa de la pasada Feria de Abril en la que la consiguió por primera vez. Repetir la hazaña sería todo un sueño. “Levítico”, otro bonito ejemplar de Jandilla, cerró la tarde. Por delantales y verónicas lo saludó Rufo. Buen tercio de varas protagonizó Rubén Sánchez. A la salida del segundo puyazo, se metió una fuerte voltereta el toro. Sensacional estuvieron Andrés Revuelta Fernando Sánchez en el tercio de banderillas. El toledano lo sacó para fuera para dejar una primera tanda con la diestra compacta. En la siguiente, tomó la zurda y cinceló un natural en redondo que duró una eternidad. Por ahí, el Jandilla tenía mucha clase. Era otro bravo animal, pero justo de fuerzas. Más en corto, continuó al natural, que remató con un espectacular pase de pecho. Una faena medida que culminó con un estoconazo. La plaza se pobló de pañuelos. La tercera oreja y las llaves eran suyas.

“Serpentín”, un toro bien hecho, que saltó al ruedo en primer lugar, metió bien la cara por el pitón derecho en el percal de José María Manzanares. El de Jandilla empujó en el caballo. Por bajo, comenzó el alicantino para llevárselo a los medios. Tras las probaturas, ejecutó una tanda con la diestra con largura y mano baja. Basó su faena por ese pitón, ya que por el izquierdo le costaba más. Las siguientes, fueron con ligazón, quedándose en el sitio. Poco a poco la embestida se fue tornando más informal. El alicantino mató con una estocada en todo lo alto.

Bonito fue el recibo de capa de Manzanares a “Repipi”, que fue muy medido en el peto. El toro tenía calidad y clase, pero la falta de fuerza podía más. El alicantino lo condujo con suavidad a media altura sin apretarle. Hubo una buena primera serie rematada con un gran pase de pecho. Pese a estar voluntarioso el matador, la faena no pudo tomar vuelos por la carencia citada a lo que hay que sumar que se vino más abajo. Con la espada no anduvo acertado.

Genuflexo saludó Pablo Aguado a “Sentencioso”. El sevillano dejó algunas verónicas de bello trazo, pero sin terminar de rematar por la falta de entrega del astado. No se empleó en el peto y perdió en varias ocasiones las manos, lo que provocó que asomara el pañuelo verde por el palco. En su lugar salió “Vid”, un sobrero serio, que echó las manos por delante y echando la cara arriba en el percal de Aguado. Quitó Rufo por chicuelinas, a las que replicó el sevillano por el mismo palo, con ajuste y compás. Entonces ya empezó a quedarse cortó y a marcar la querencia. Intentó llevárselo fuera de las rayas para plantear la faena. El de Jandilla fue muy deslucido y desrazado, pasando andado y con sosería. El torero optó por abreviar.

Aguado le cimbreó el capote a “Talador” con mucha suavidad rematando con una gran media. Si en el anterior estuvo bien Juan Sierra en la brega, en este brilló con los rehiletes. Fue otro animal con clase, aunque justo de fuerzas. Torerísimo el inicio por estatuarios y de gran belleza el molinete posterior. El sevillano le dio espacio y tiempo para intentar que aguantara. Al natural, muy desmayado y con despaciosidad. Y hasta ahí la obra, porque el toro echó el freno por la falta de raza. Habilidoso metió la espada.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Feria de Abril. Más de tres cuartos de entrada .Toros de Jandilla, el 2º como sobrero, bien presentados y con calidad en líneas generales a excepción del segundo bis. Primero, con un buen pitón derecho, pero venido a menos; segundo, deslucido y desrazado; tercero, bravo; cuarto, con clase, pero justo de fuerza; quinto, con clase, pero desrazado; sexto, bravo y enclasado.

José María Manzanares (de marino y oro), ovación con saludos y silencio.

Pablo Aguado (de buganvilla y oro), silencio y silencio

Tomás Rufo (de gris plomo y oro), dos orejas y oreja.

Incidencias: Saludó Luis Cebadera tras banderillear al segundo y Juan Sierra  en el quinto; Andrés Revuelta y Fernando Sánchez, en el sexto.



La sublimación del toreo según Morante

Muchas líneas se escribirán sobre la tarde del miércoles 26 de abril en La Maestranza, pero ninguna de ellas llegará a alcanzar a contar lo acontecido. Encontrar las palabras exactas para describir lo que hizo Morante es difícil. Porque el toreo son sentimientos. Hay que sentir y vivir esa catarsis de emociones que te encoge el alma y te acelera el corazón.

Morante consiguió casi lo inimaginable. Cortó un rabo cincuenta y dos años y u día después de que Ruiz Miguel paseara el último de un Miura por la circunferencia del Coso del Baratillo.

Después del lío con los quites del tercero, Morante salió espoleado y recibió con faroles a “Ligerito” para ponerse después a torear por verónicas con mucha profundidad. Por el mismo palo y con los “oles” sin cesar, lo colocó en el caballo. El recital no quedó ahí. Quitó por tafalleras con sabor añejo. Urdiales no quiso ser un mero espectador. Tomó el percal toreando con suavidad a la verónica. Morante replicó de nuevo y para sorpresa de todos, por gaoneras cargando la suerte. Comenzó el último tercio con ayudados por alto de gran ajuste. En los medios dibujó la serie de derechazos compacta. La siguiente al natural, conduciéndolo con largura y gustándose. Le prosiguió otra por el pitón derecho, que fue de altísimo nivel con el toro embebido en la muleta. Una obra cumbre que culminó con una estocada. La Maestranza no paraba de gritar “¡Rabo! ¡Rabo!”. Y así fue. Morante emocionado recogió el rabo con Romero Paula de testigos y vestido de Joselito. “Ligerito”, coprotagonista de esta bella historia, fue premiado con la vuelta al ruedo.

Con verónicas infinitas y de gran ajuste, saludó Morante a ‘Chistoso’, que abrió plaza. El de Domingo Hernández se pegó una voltereta antes de la entrada al caballo y perdió las manos tras el paso por el mismo. Inició con mucha suavidad y toreando a favor del toro en el inicio de faena. La primera tanda por el derecho la ejecutó con encaje y ligazón. En la segunda, ya le costó más acusando también el volteretón anterior por lo que tuvo que irse a por la espada.

Con sublimes lances en los que paró el tiempo, recibió Juan Ortega a “Púgil”, que hizo tercero. Tras este importante recibimiento, Morante entró en la “guerra” de quites. Firmó cuatro verónicas de bello trazo y una media marca de la casa. Ortega aceptó el reto y respondió por delantales con armonía. La Maestranza era una locura ante tanto arrebato. El sevillano brindó al maestro Curo Romero. Lo sacó fuera del tercio para ponerse a torear con la diestra rematando con una trincherilla para enmarcar que hizo sonar la música. Los sones de “Manolete” lo acompañaron precisamente el día en el que el sevillano vestía un traje inspirado en el que llevaba aquella trágica tarde de Linares. Los naturales, de uno en uno, cadenciosos y con profundidad. Se apagó muy pronto dejando a medias la obra. Acabó con él de un pinchazo y media estocada.

Juan Ortega volvió a instrumentar un saludo de capa cadencioso con lo fue el galleo para colocar al astado en el caballo. Comenzó el último tercio de rodillas, algo poco habitual en él y en su concepto. Lo templó el sevillano con la diestra, por donde llegaron los mejores pases, pero se encontró con un oponente sin celo.

Desentendido del capote de Diego Urdiales salió “Desvalido”. Manseó ya en el tercio de varas y, en banderillas, apretó mucho poniendo en peligro a los rehileteros. El riojano se encontró con un papeletón. Un animal que pasaba con la cara alta, sin fijeza. Un gran esfuerzo el que hizo, extrayendo una tanda meritoria por el pitón derecho. Pinchó Urdiales y el toro se cruzó el ruedo hasta la puerta de chiqueros. Habilidoso, enterró la espada en esos terrenos.

Con preciosos lances saludó Urdiales a “Llorón”, que saltó en quinto lugar. Buenos fueron los puyazos que dejó Chocolate. El torero de Arnedo comenzó por doblones muy toreros. Le siguieron varias tandas con la diestra, aprovechando la calidad que tenía por ese pitón. Cinceló muletazos con largura y despaciosidad. El epílogo, con naturales y trincherillas muy estética. Una faena importante, que remata con una estocada y por la que recibe una ovación. Premio escaso para lo realizado.

Sobre las nueve de la noche, con el sol cayendo por Triana, se abría la Puerta del Príncipe. Una multitud de aficionados se tiraron al ruedo para llevarlo sobre sus hombros. El resto, se agolpa en la calle. Una marabunta que lo llevó en volandas hasta el Hotel Colón. Esto es el toreo.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Décima de abono. Feria de Abril. Casi lleno. Toros de Domingo Hernández, bien presentados y de juego desigual, el 4º premiado con la vuelta al ruedo. Primero y sexto, con calidad, pero venido a menos; segundo, manso; tercero, con clase, pero sin fondo; cuarto, bravo con clase; quinto, con clase.

Morante de la Puebla (de turquesa y azabache), ovación con saludos y dos orejas y rabo.

Diego Urdiales (de sangre de toro y oro), silencio tras aviso y ovación.

Juan Ortega (de rosa palo y oro), ovación con saludos y silencio. 



Talavante, un fogonazo en medio de la sequía

El calor extremo para estas fechas que asola Sevilla contribuyó a hacer la tarde aún menos llevadera una tarde hastío por culpa del deslucido encierro de Domingo Hernández. Sólo Talavante cortó una oreja, que bien le vendría el dicho aquel de “no hay quinto malo”. Por su parte, El Juli se estrelló frente un lote imposible y Tomás Rufo mostró un cariz de torero más maduro.

Salvo el constante abaniqueo en los tendidos, nada había pasado hasta la salida de “Serrador”. Alejandro Talavante lo saludó con unas bonitas verónicas. Volvió Rufo a entrar en quites. Estaba por chicuelinas ajustadas que remató con una revolera. Muy torero fue en inicio de la faena en el tercio de frente, en el que hubo un vertiginoso pase cambiado. Se lo llevó para fuera para dibujar una primera tanda con la diestra con ligazón. Al natural, lo intenta, pero embestía muy irregular por lo que tomó de la diestra. En ese preciso momento, la actuación tomó vuelo con una serie más compacta que firmó con un natural en redondo muy templado que hizo levantar la batuta. Continuó de nuevo al natural dejando un par de ellos con más expresividad. Una labor trabajada del extremeño cuyo epílogo fue por bernadinas metido en los terrenos del astado. Mató de una estocada y paseó la oreja.

Con la pierna genuflexa, saludó Talavante a "Clarinete". De esta forma se lo llevó para los medios hasta rematar con una larga. Tomás Rufo quitó por delantales con armonía. Por alto frente al tendido 6, comenzó el extremeño. Tras probarlo en esos terrenos, lo sacó hacia el centro del platillo. Ahí firmó una tanda con la diestra que remató por detrás de mucho calado frente un animal informal. Por el pitón izquierdo se quedaba más cortito y era más sosote. Al volver con la mano diestra, el toro echó la persiana y Talavante concluyó adornándose mirando al tendido. Acertó con la espada al segundo envite.

"Rasposito", un colorado bien hecho, que hizo primero, lo saludó El Juli con verónicas con cadencia hacia los medios. El animal metió bien la cara en el percal, pero estaba justo de fuerzas por lo que fue medido en el peto. Quitó Talavante por chicuelinas de mano baja. Se fue a los medios para plantear faena con la diestra por bajo. El de Domingo Hernández reponía pronto por el izquierdo y tomaba la muleta andando. Decidió volver al pitón derecho para ejecutar una tanda de mano baja y ligando. Fue entonces cuando el animal se sintió podido y buscó las tablas. El madrileño tuvo que irse a por la espada.

"Esplendido", un cuarto muy cuajado y serio, que se frenó en el capote de El Juli. Muy bien estuvo su cuadrilla, ya que el tercio de banderillas no fue nada fácil. Una vez tomó la muleta, se lo llevo para los medios para comenzar a torear al natural. El de Domingo Hernández fue muy deslucido. Embestía sin entrega y sin clase alguna pese al esfuerzo del torero madrileño.

"Pistolero" blandeó en el ramillete de verónicas de Tomás Rufo. Se cruzó veloz hasta la puerta de chiqueros al ver al caballo, aparentando en él. Brindó el toledano tras un tercio de banderillas en el que apretó el toro poniendo en apuros a Andrés RevueltaRufo intentó templarlo y torear por bajo, pero el toro perdía las manos constantemente. Muy firme, el toledano intentó ligar al natural, pero el de Domingo Hernández transmitía poco. Al coger la diestra de nuevo, instrumentó una tanda meritoria en redondo. Actuación asentada, que fue rematada con una estocada.

El sexto, ya demostró ser deslucido en el percal de Tomás Rufo. De lejos se arrancó "Habanero" al caballo, donde manseó. Genuflexo comenzó el toledano toreando a favor del animal. El de Pepino estuvo con mucha seguridad e inteligencia, pero su oponente le respondía con sosería y con una falta de raza muy acusada. Acabó con él con una estocada.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena de abono. Feria de Abril. Casi lleno. Toros de Domingo Hernández y Garcigrande (6°), bien presentados y con falta de fondo den general.

Julián López "El Juli" (de perla y azabache), silencio y silencio.

Alejandro Talavante (de coral y oro), ovación con saludos y oreja.

Tomás Rufo (de verde y plata), ovación con saludos y silencio. 



Emilio de Justo perpetúa el toreo en Sevilla con una gran faena a un buen toro de Olga Jiménez

Emilio de Justo pudo sentir con la yema de sus dedos la Puerta del Príncipe. El extremeño firmó una extraordinaria faena frente al tercero. De esas para paladear y rememorar siempre. “Filósofo”, un bravo ejemplar de Olga Jiménez, le acompañó en esta historia. Pero hubo más actos en esta función para destacar. Una tarde de arrebato de Morante de la Puebla en la que hubo muchos matices y un soberbio enfado con el presidente. Y Talavante, que dejó destellos de su magia.

Emilio de Justo toreó muy a favor del toro en el recibo al tercero. Quitó con chicuelinas templadas y de mano bajo, que remató con dos bellas medias. Cuando iba a colocar al "Filósofo" para el segundo puyazo, lo cogió de forma espeluznante. El torero de Torrejoncillos se repuso sin consecuencias aparentes. El astado pasó sin entrega en la suerte de varas, siendo picado muy trasero. Genuflexo, lo sacó el extremeño hacia los medios en inicio emocionante, con muletazos profundos. Le siguió una al natural, acompañándolos con la cintura con mucha despaciosidad. La siguiente, embarcándolo desde muy adelante para llevarlo lejos siempre con reunión y armonía. Con la diestra, acariciaba media muleta por el albero con gran despaciosidad. El de Olga Jiménez tuvo humillación, clase y bravura. Una moneda al aire al triunfo, pero con al que había que poderle. Y así lo hizo Emilio de Justo, además de ralentizar la embestida de su oponente. Una faena rotunda, que fue a más y  que coronó con una estocada. El público enloqueció y el presidente sacó los pañuelos de golpe, además del azul para premiar a "Filósofo" con la vuelta al ruedo.

La Puerta de los sueños estaba entreabierta. "Principal", que estaba llamado a hacer honor a su nombre, pasó a ser un actor secundario desde el inicio. Sin entrega, tomó el capote de Emilio de Justo. Fuera de las líneas de picar, se lo llevó para plantear la labor. Se encontró el extremeño con un oponente sin casta, falto de fondo, que se quedaba encima y con el que no pudo pasar de voluntarioso. Esta vez no lo pudo conseguir, pero la tarde y la feria en su conjunto que ha firmado es para recordar.

Abrió la tarde "Almendrito", que blandeó y embistió pegando gañafones en el capote de Morante. La escasez de fuerza volvió a verse a la salida del caballo, por lo que el presidente lo devolvió. En su lugar salió "Sosito", con el hierro de Olga Jiménez. Lo saludó el sevillano con un par de verónicas con mucha torería antes de que le enganchara. Comenzó el último tercio a torear desde el inicio con derechazos muy torero. Fue otro astado justo de fuerza al que Morante cuidó y condujo a media altura. Por el izquierdo, le costó más por lo que volvió al derecho para dejar la serie más rotunda. Sonó la música y el de La Puebla no quiso acabar la faena sin pegarle una tanda con la zurda. Aunque le faltó ligazón, dibujó un natural eterno. Tras una estocada efectiva se pidió la oreja, que no fue concedida.

Verónicas muy suaves le recetó de salida Morante a "Espléndido", que derribó al caballo. El inicio de faena tuvo mucho sabor añejo. Acostado en tablas lo citó para continuar por trincherillas. La primera serie estuvo sobrada de torería y armonía. Por el izquierdo le costaba, pero consiguió cincelar naturales con empaque. Puso todo de su parte el sevillano con un animal al que le faltó fondo y fue acortando sus embestidas. En el epílogo, le lanzó la montera, qué recogió del suelo tras el brindis. Se vino el de García Jiménez y firmó un par de muletazos monumentales antes de cerrarlo. Enterró la espada Morante y paseó una oreja.

"Almendrito", que hizo segundo, con el mismo nombre del que abrió plaza, le instrumentó Alejandro Talavante un ramillete de verónicas a pies juntos, de mano baja y naturalidad en el centro del platillo. Por el mismo palo, quitó para colocarlo en el caballo, donde empujó. Muy buenos fueron los dos pares que clavó Miguel Murillo. Tras el brindis, el extremeño echo rodillas en tierras para torearlo en redondo combinado con un pase cambiado que hizo estallar la música. El toro embestía haciendo el avión por el pitón izquierdo, aunque blandeó lo que en ocasiones deslució el trasteo. Talavante toreó con ligazón y desmayado. Como si lo que hiciera fuera fácil. Con la espada, erró en repetidas ocasiones y se esfumó la posibilidad de trofeo.

Distraído salió "Carcelero", que hizo quinto. Desordenado y medido fue el tercio varas, donde el toro ya buscaba la puerta de toriles. Con firmeza, Talavante lo llevó siempre tapado, pero el noble cornúpeta le respondía con una embestida informal en los inicios. Al natural, lo empujó hacia adelante, incluso con la voz. Tomó la muleta de lejos, consiguiendo ligar una serie meritoria. Continuó al natural hasta exprimir ese pitón de un toro colaborador. Una faena intermitente que volvió a emborronar con los aceros.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Octava de abono. Feria de abril. Cartel de "no hay billetes". Toros de Hnos. García Jiménez y Olga Jiménez (1° bis y 3°), bien presentados. Destacó el tercero, que fue premiado con la vuelta al ruedo.

Morante de la Puebla (de amaranto e hilo blanco), ovación con saludos tras petición y bronca al palco y oreja.

Alejandro Talavante (de blanco y plata), palmas y silencio.

Emilio de Justo (de obispo y oro), dos orejas y silencio.

Incidencias: Saludó tras banderillear al segundo Miguel Murillo.



Guillermo Hermoso de Mendoza se corona por las dos vías en Sevilla con su tercera Puerta del Príncipe

Guillermo Hermoso de Mendoza ha vuelto a conquistar Sevilla por tercera vez. Un privilegio al alcance de unos pocos, pero es que el joven caballero navarro está llamado a convertirse en figura del rejoneo. Rodó a gran nivel con un tercero que tuvo calidad, mientras que se impuso frente a un sexto con muchas teclas. En esa Puerta del Príncipe debió acompañarlo Diego Ventura, que estuvo soberbio toda la tarde, pero el rejón de muerte no estuvo a su favor. Completó la terna Rui Fernandes, que se encontró con el peor lote.

El tercero, galopó con ritmo y tranco de salida. Guillermo Hermoso de Mendoza clavó el rejón de castigo citándolo en la distancia. A lomos de “Ecuador” dejó una primera banderilla al quiebro. En la siguiente, exponiendo aún más. Impactó “Ilusión” por cómo se dejaba llegar el toro en un par de rehiletes. Cerró la actuación con ‘Esencial’ con el que puso dos rosas por los adentros al igual que un par de cortas. Mató de un rejonazo y paseó la primera oreja de la tarde.

Cerró la tarde el ejemplar más voluminoso del encierro de San Pelayo, que hizo amago de mansear de salida. Guillermo Hermoso lo recibió con “Jíbaro”, dejando un rejón de castigo. Pese a estar rajadito, embestía con celo persiguiendo a “Berlín”. El navarro sacó al astado fuera del tercio para clavar hasta cuatro banderillas de forma fácil. A lomos de “Justiciero” fueron muy emocionantes las cortas clavando por los adentros al igual que un par a dos manos. Dejó un rejón muy efectivo, que le valió para cortar dos orejas y poner en sus manos las llaves de la Puerta del Príncipe.

En los medios recibió Diego Ventura a “Ignorado”, al que le dejó un rejón de castigo. Apretó el de San Pelayo a ‘Nazarí’, que templó la embestida dando la vuelta a la mitad del ruedo. Colocó tres banderillas con mucha emoción en las distancias cortas. Con “Bronce” terminó de desatar la locura, haciendo la reverencia en varias ocasiones en las cercanías. Después, le quitó la cabezada para clavar en todo lo alto. “Bronce”, en todo su esplendor, le pegó bocados al toro para provocarlo, levantando a los tendidos de los asientos. Abrochó con “Guadiana” colocando tres banderillas cortas con reunión y un par a dos manos. Erró con el rejón de muerte y perdió al menos un trofeo.

Con muchos pies salió el quinto, al que paró de forma magistral Ventura sobre “Joselito”, con el que clavó un rejón de castigo. “Fabuloso” estuvo muy valiente y torero, galopando a dos pistas en los terrenos del cornúpeta. Pasó en varias ocasiones pegado a tablas por los adentros sin dejar ni un hueco. Vibrante fue uno de los pares que clavó tras el que realizó dos piruetas. A lomos de “Lío” formó un alboroto colocando al quiebro en un palmo de terreno en dos ocasiones. Para cerrar, sacó a “Guadiana” con el que puso tres banderillas cortas al violín. El descabello, esta vez, le privó de nuevo de cortar oreja.

Recibió Rui Fernandes con un rejón de castigo a un primero que tenía ritmo y nobleza. Puso banderillas de frente y en las distancias cortas a lomos de “Mistral”. Con "Artista" destacó con el toreo a dos pistas. Con el toro ya cerrado en el tercio y venido a menos, clavó dos rosas sobre “Iceberg”. Abrochó una faena más técnica con un rejonazo. Hubo petición de oreja, pero todo quedó en una ovación.

“Jabalino”, que hacía cuarto, se rompió el pitón al rematar en el burladero de salida. En su lugar saltó al ruedo “Botinero”, del mismo hierro, que le costó encelarse, haciendo cositas de manso. Rui Fernandes lo recibió sobre “Olimpo” con un rejón de muerte. No fue una labor fácil la del caballero luso. El sobrero estuvo muy aquerenciado por lo que tuvo que arriesgar más, colocando pares meritorios. Con “H.Quiebro” puso toda la emoción frente a un astado totalmente desentendido. Lo citó de largo para clavar de frente. Abrochó con las rosas y gran rejonazo de muerte.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería, en Sevilla. Casi lleno. Quinta de la Feria de Abril. Toros de San Pelayo, el cuarto como sobrero, bien presentados y de juego desigual. El primero, noble; segundo, con recorrido y transmisión; tercero, con ritmo y calidad; cuarto, quinto y sexto, mansos.

Rui Fernandes, ovación con saludos tras petición y ovación con saludos tras petición.

Diego Ventura, ovación con saludos y ovación con saludos tras aviso.

Guillermo Hermoso de Mendoza, oreja y dos orejas.



Manuel Escribano y "Patatero" hacen el toreo en una emocionante tarde de "Victorinos"

La Maestranza ha vivido este sábado con intensidad gracias al emocionante encierro de Victorino Martín que se ha lidiado en una tarde importante de la terna. Era un día señalado en la trayectoria de Manuel Jesús “El Cid”. El parón de tres años no le ha afectado en absoluto. Todo lo contrario. La imagen que dio fue de un torero en su mejor momento y capaz de dar la cara en las grandes ferias. Por su parte, Emilio de Justo volvió a dar una gran dimensión tras un año de ausencia en el Coso del Baratillo debido a la lesión que le robó media temporada pasada.

Pese a todas estas grandes notas, los nombres propios de la tarde fueron los de Manuel Escribano y “Patatero”. El destino hizo que el hijo de “Cobradiezmos” cayera en sus manos. Un gran toro. Un superclase que lo llaman ahora, pero al que había que torear de verdad como hizo el torero de Gerena.

A portagoya se fue a recibirlo, que saltó en quinto lugar .al quinto. Empujó con fuerza “Patatero” en el peto. Escribano arriesgó mucho en banderillas. Decidió llevárselo para los medios, donde indició la faena, para plasmó una primera tanda de naturales cargados de despaciosidad con un toro que tenía una gran humillación y calidad. Los derechazos fueron aún más despacio con el “Victorino” arrastrando el hocico por el albero. El sevillano le echó bien las telas, esperándolo porque era tardo, para llevarlo embebido en naturales larguísimos. Sentenció con una estocada y los pañuelos poblaron los tendidos. Dos orejas para Escribano y vuelta al ruedo para “Patatero”. Un gran homenaje en el nombre de su padre.

“Portero” salió muy emplazado y embistiendo por bajo en el percal de Manuel Escribano. Habilidoso estuvo el de Gerena con los rehiletes. Este segundo estuvo muy en “Victorino”. Sabiendo lo que se dejaba atrás todo el tiempo, reponiendo pronto. Muy firme y con mucha seguridad se mantuvo el torero sevillano. Le tragó mucho por el pitón derecho extrayendo muletazos de auténtico mérito. Por el izquierdo era imposible. No se desplazaba. Volvió con la diestra en una última tanda lograda, provocando la embestida. Se tiró a por todas, cayendo la espada muy trasera.

La Maestranza recibió con una fuerte ovación a uno de los que siempre ha sido su torero: Manuel Jesús “El Cid”. “Corretón”, un cárdeno serio, fue el elegido para la reaparición del torero de Salteras. Le recetó cuatro verónicas templadas para continuar toreando a favor del de Victorino. Lo midieron mucho en el peto porque no estaba sobrado de fuerzas. Tras el brindis al público, lo sacó para los medios para ponerse a torear con su prodigiosa mano izquierda. Dejó una primera tanda que recordó al Cid de los mejores momentos. Naturales con cadencia. En la siguiente, ya el toro rehusaba de la pelea. Con la mano diestra, embestía echando la cara arriba, pero Manuel Jesús le tomó el pulso imponiéndose a él.  Acabó con una estocada que precisó de un descabello, dejando todo en una vuelta al ruedo.

El cuarto, otro ejemplar serio, que arrastraba el hocico en el capote de El Cid. Buenos pares de banderillas clavó Lipi, el último exponiendo mucho en un quite providencia de Emilio de Justo. Pronto se puso a torear Manuel Jesús al natural con una serie inicial de poder por abajo. No fue un astado fácil. Pedía hacerlo todo bien y sin brusquedad. El Cid prosiguió firmando naturales importantes. Con la diestra lo intentó, pero se volvía rápido, por lo que volvió al pitón izquierdo. Fue entonces cuando firmó las dos tandas al natural con más despaciosidad. Tras una estocada, paseó la primera oreja de su vuelta a los ruedos.

Con la pierna genuflexa y con mucho gusto saludó Emilio de Justo al tercero. Colocó a “Filigrano” con mucho garbo en el caballo. Tuvo el bonito gesto de brindar a El Cid. Tomó pronto la zurda el extremeño para firmar naturales por bajo en una segunda serie de mucho calado que hizo sonar la música. Los siguientes fueron con más expresión frente a un cornúpeta noble, con fijeza y humillación. La tanda por el derecho fue de poder, aunque reponía pronto. Con mucha naturalidad fueron los naturales del epílogo. Enterró los aceros y cortó una oreja.

El sexto fue muy protestado por la falta de fuerza del “Victorino”. Lo empujó el extremeño en la muleta haciendo que rompiera hacia adelante con un oponente complicado. Construyó la faena poco a poco hasta instrumentar una serie importante por el pitón derecho en la que hubo ligazón. Continúo por el mismo palo dejando muletazos aún más largos. Al natural fue imposible. “Milanés” se quedaba encima de él jugándosela. Volvió con la diestra para rematar con la serie más rotunda. La espada le privó de premio.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Sexta de abono. Feria de Abril. Lleno.

Toros de Victorino Martín, bien presentados y de buen juego en general. Destacó el quinto que tuvo calidad y humillación y fue premiado con la vuelta al ruedo. El primero, justo de fuerzas; el segundo y sexto, complicados y con peligro; el tercero, noble y con emoción; el cuarto, complicado pero con emoción.

Manuel Jesús “El Cid” (de tabaco y oro), vuelta y oreja.

Manuel Escribano (de verde y oro), ovación con saludos y dos orejas.

Emilio de Justo (de corinto y azabache), oreja y tras aviso y ovación.

Incidencias: Saludó Lipi tras banderillear al cuarto.

 


Roca Rey cumple su sueño y conquista su último feudo

Sevilla colgó su segundo cartel de “no hay billetes”. Casualmente, en las dos tardes se anunciaba Roca Rey. El ambiente que tiene el peruano en el Coso del Baratillo es enorme, pero era un romance que por diferentes motivos no terminaba de alcanzar el punto álgido. Andrés ha conquistado en varias ocasiones todos los feudos de primera categoría. La Puerta del Príncipe le ha quitado el sueño muchas noches. Pero hoy era el día. Ni “Eolo”, que estuvo presente toda la tarde, quiso perderse esta fecha para enmarcar. Caía la noche sobre La Maestranza y Roca Rey, muy emocionado y en éxtasis, cruzaba el umbral de la Puerta Grande después de firmar dos faenas de poder.

"Asustado", largo aunque escaso de trapío, que hizo tercero, no se entregó en el capote de Roca Rey. El animal fue muy medido en el caballo. Viruta se desmonteró tras un buen tercio de banderillas en el que expuso mucho, sin dejar atrás el buen hacer con el percal de Antonio Chachón. El peruano le cogió el pulso pronto a un toro con muchas teclas. Tomó la diestra con firmeza, pese a que se le venía cruzadito y le faltaba continuidad en las embestidas. Los naturales fue sacándolos de uno en uno en series meritorias. La última tanda con la diestra le costó más, por lo que lo citó en corto. La estocada fue letal lo que provocó la pañolada, cayendo la primera oreja en su esportón.

Cerró la tarde “Halcón”. De nuevo salía por chiqueros el segundo toro de Núñez de Cuvillo con el mismo nombre que se lidiaba en La Maestranza en menos de dos semanas. En Resurrección, El Juli desorejó al primero y este viernes hizo lo propio Roca Rey. Sin entregarse pasó por el capote del limeño. Magistral fue el puyazo que le propinó José Manuel Quinta. No fue la única ovación que se llevó la cuadrilla. Antonio Chacón hizo sonar la música tras parear a este sexto. Brindó Andrés a sabiendas de que estaba a un paso de cumplir su sueño. Vibrante fue el inicio de rodillas con pases por la espalda de vértigo. Hasta los medios lo sacó citándolo a media distancia y llevándolo embebido en la muleta. Dibujó muletazos de mano baja y con profundidad al encastado toro. Una faena poderosa que remató con otro espadazo certero. Sevilla estaba rendida a Andrés Roca Rey y la presidencia no tuvo más opción que sacar los dos pañuelos.

"Dudosito" embistió en el capote de Manzanares echando las manos por delante y pegando gañafones. Empujó en el caballo de Paco de María, que recitó un gran tercio de varas. Ceñidísimas fueron las tres chicuelinas que instrumentó Roca Rey en el quite. En la última, estuvo a punto de ser arrollado, resolviendo el peruano con una revolera. El de Cuvillo metió bien la cara en los primeros compases del trasteo. Manzanares se puso de frente para ligar una serie de tres derechazos en la que el animal dejó ver la clase que tenía. Con largura y emoción fue la siguiente. Lo llevó tapado el alicantino ya que quería irse. Por el izquierdo le costó más, saliendo desentendido. Raramente en él, erró con los aceros.

“Rescoldito”, menos hecho que sus hermanos, recibió un buen puyazo de Óscar Bernal. Fuera del tercio sacó Manzanares al quinto para comenzar toreando al  natural,  por donde el alicantino cinceló una primera tanda de bello trazo. La segunda, en redondo y con cadencia. Cimentó la faena por ese pitón, que tuvo mayor calidad. Le apretó el Cuvillo hacia toriles a punto de cogerlo. No fue su día con la espada, porque de haber matado con una estocada marca de la casa, hubiera tocado pelo.

El peor lote del encierro le correspondió a Diego Urdiales. "Lanudo", un precioso jabonero, bien hecho abrió la tarde. Humilló en las telas del riojano, que quitó por chicuelinas rematando con una gran media. Con mucha suavidad, inició por bajo para sacarlo hacia fuera. El de Cuvillo, aunque tenía fijeza, se puso más violento por el derecho. Por el izquierdo lo probó, pero tampoco le dio opciones de triunfo por lo que optó por abreviar. La estocada fue fulminante.

Distraidito salió “Asturiano”, que le costó encelarse en el recibo. Urdiales dejó un par de verónicas de mano baja con temple para recordar. Frente al tendido seis, se puso a torear en una primera tanda en la que hubo muletazos con empaque. Se puso en las distancias cortas para recetar muletazos de uno en los que le soltó más de un gañafón. Diego estuvo siempre muy asentado con un oponente de embestida informal. 

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Quinta de abono. Feria de abril. Cartel de “No hay billetes”.

Toros de Núñez del Cuvillo, desiguales de presentación y juego.

Diego Urdiales (de caña y azabache), silencio y silencio.

José María Manzanares (de marino y oro),  palmas y silencio.

Roca Rey (de sangre de toro y oro), oreja y dos orejas.

Incidencias: Saludaron Viruta tras banderillear al tercero y Antonio Chacón en el sexto.



Prodigiosa obra de Daniel Luque con un "Príncipe" de vuelta al ruedo

Como en un bucle, pero del que no quisiéramos salir, Daniel Luque lo volvió a hacer. Un jueves de preferia en Sevilla con toros de El Parralejo. Parecía que la historia se repetía. Aquel 28 de abril de pasado año, el de Gerena abría la Puerta del Príncipe. Casi 365 no ha repetido este hito porque su primer oponente no le acompañó, pero ha firmado una faena prodigiosa. Digna de las muñecas de unos pocos con un toro de gran calidad.

Y es que hasta salida del quinto, la tarde transcurría entre el sopor y el enfado. Fue entonces cando Luque recibió a pies juntos y con temple a “Príncipe”. Un toro bravo en el caballo, aunque fue medido. Tras él, se pegó una fuerte costalada. Quitó Francisco de Manuel con garbosidad por chicuelinas. Aunque el ambiente estaba grisáceo, el sevillano se fue a los medios a brindar. Sin pestañear se puso a torear desde el primer minuto a un astado con calidad y clase. Una naturalidad pasmosa le acompaño en una primera tanda. La segunda a media altura y en redondo hizo sonar la música. La tercera excepcional con un pase de pecho eterno. Al natural lo llevó largo, arrastrando las bambas de la muleta. El epílogo, toreando al natural con la diestra, gozó de gran trazo. El sevillano enterró la espada y La Maestranza fue todo un clamor. Dos orejas y vuelta al ruedo a un gran ejemplar de El Parralejo.

"Barbacén" ya cantó la gallina de salida. Cuando se fijó en el capote de Luque, se pegó una fuerte voltereta en el primer envite. En el tercio de varas hubo algo de caos. Tras la salida del primer puyazo, el toro se derrumbó causando un gran enfado en el público. El palco se mantuvo en su decisión de no devolverlo. El estado de gracia del sevillano se notó desde el primer muletazo. De frente, con dominio y templanza, le plasmó dos series por el pitón derecho. Sólo fueron esas porque en una fuente donde no hay agua, no se puede sacar más. Puso fin con una estocada tendida efectiva.

Francisco de Manuel dejó como carta de presentación un ramillete de verónicas ganándole terreno que remató con una chicuelina y una media. "Tremendo" metió bien la cara y se desplazó, pero estaba cogido con pinzas por lo que lo midieron mucho en el caballo. Hasta los medios se fue para citarlo en la distancia. Se arrancó con prontitud a la muleta del madrileño. En la siguiente serie, también con la mano diestra, lo llevó largo, pero ya le costó más al de El Parralejo. Al natural, siempre componiendo la figura, al astado vino con menos inercia. Fue entonces cuando Francisco de Manuel se metió en los terreros de oponente. Los pitones le acariciaban la taleguilla en los naturales de uno en uno. Una faena meritoria que ha dejado con ganas de ver más la joven torero.

“Gaditano”, más escurrido que sus hermanos, remató con fuerza en las tablas en una salida muy brusca en la que estuvo a punto de partirse el pitón. De Manuel lo esperó para recetarle un saludo por verónicas. El astado que todo lo que tenía de noble, le faltaba de fuerzas. En una tarde de compromiso del madrileño, le fue buscando las vueltas hasta encontrar la colocación correcta. Estuvo muy seguro, pero le faltó entrega en cada una de sus embestidas al burel para terminar por rajarse.

"Jurista", un cinqueño castaño bien hecho y armado, abrió la tarde. Miguel Ángel Perera, que volvía a Sevilla de inmaculado y oro, no pudo lucirse en el recibo. Tomó el percal frenándose y colándose hasta en dos ocasiones. La colocación de los puyazos tampoco ayudaron al comportamiento del animal. Con más brío fue el quite por chicuelinas ceñidas del extremeño. Curro Javier y Javier Ambel estuvieron torerísimos con los rehiletes y en la brega. Inmóvil, comenzó la labor por alto y hacia dentro, pero sin continuidad en la embestida de su oponente. Perera, voluntarioso y queriendo agradar, sin embargo con el marmolillo que tenía frente a él, optó por abreviar.

"Brevito", armónico de presencia, se pegó una fuerte voltereta en el saludo capotero de Perera. Su sino no mejoró. Salió del peto perdiendo las manos hasta que se cayó de nuevo. En la muleta, el extremeño se encontró con la misma situación, sin poder plantearle faena.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Cuarta de abono. Feria de Abril. Media entrada.

Toros de El Paralelo bien presentados y faltos de fuerza en líneas generales. El quinto, fue premiado con la vuelta al ruedo.

Miguel Ángel Perera (de blanco y oro), silencio y silencio.

Daniel Luque (de rioja y oro), ovación con saludos y dos orejas.

Francisco de Manuel, (de marino y oreo), ovación con saludos y palmas.

Incidencias: Curro Javier saludó tras banderillear al segundo.



Álvaro Lorenzo, única oreja en una tarde de entrega

Comenzaba el ciclo continuado de la Feria de Abril con un encierro de Santiago Domecq. Una ganadería querida y esperada por los aficionados. Y es que los toros provenientes de “Garcisobaco” han dado destacados frutos en La Maestranza. Sin ir más lejos, “Chismoso” el pasado año, que cayó en las manos de Alfonso Cadaval. Esta vez, el sino ha sido algo diferente. A la corrida le faltó fondo en líneas generales, destacando dos ejemplares, tercero y quinto, que fueron aplaudidos en el arrastre. Sólo Álvaro Lorenzo tocó pelo en este último.

Altote y algo más feote, “Camorrista”, que hizo quinto. Lorenzo se estiró con el capote con él, pero sin llegar a calar en los tendidos. Por el caballo, también pasó sin brío para llegar al último tercio sin terminar de definirse. Algo le vio el toledano que decidió brindar al respetable. Fuera de las rayas, comenzó por doblones con mucha torería. Desde lejos lo citó con la diestra. El toro embistió con emoción mientras Álvaro lo condujo con largura e intentando bajar la mano, ya que venía con la cara a media altura. Los naturales tuvieron mayor profundidad. Volvió al pitón derecho para someterlo con el toreo en redondo en una serie con la que alcanzó el punto álgido. Una faena medida e inteligente con un toro importante. Concluyó con una estocada algo caída. Los pañuelos poblaron los tendidos y paseó un apéndice.

El segundo, mas escurrido de hechuras, tomó el percal de Álvaro Lorenzo echando las manos por delante. “Merecido” hizo una pelea de bravo en el caballo, aunque no fue muy castigado. Curro Javier estuvo preciso en la brega, mientras que Raúl Ruiz clavó dos buenos pares de banderillas. El toledano lo sacó hacia los medios para extraer naturales de uno en uno. Estuvo muy asentado siempre bien colocado, echándole los vuelos en el hocico y llevándolo largo. El hándicap con el que se encontró fue la trasmisión. Certero también estuvo con la espada.

Abrió plaza un precioso ejemplar salinero al que José Garrido le instrumentó un ramillete de verónicas con mucho gusto. Personalísimo fue también el quite por delantales. “Durillo”, que demostró tener mucha fijeza en los primeros tercios, apretó en los dos encuentros con el caballo. El extremeño apostó por él, brindando al público. Aunque en un inicio prometía más, el de Santiago Domecq, pese a la movilidad, le faltó más entrega en la embestida. Garrido siempre quiso echarle la muleta por bajo y torearlo templado, pero su oponente se defendía. La espada cayó traserita y tuvo que descabellar.

“Zahareño”, que hizo cuarto, un colorado armónico al que recibió por verónicas Garrido. A diferencia de sus hermanos, no quiso ver el caballo. Comenzó la labor el extremeño por bajo, con la pierna genuflexa. Le apretó en la tercera serie con la mano diestra en la que el Domecq respondió. Con temple y barroquismo, dibujó algunos naturales importantes. Pronto se sintió podido dejando en evidencia la falta de fondo. José se metió entonces entre los pitones. En el epílogo por circulares, estuvo a punto de ser cogido. Dejó una media que precisó de un golpe de verduguillo.

“Condenado” humilló en cada una de las verónicas que le recetó Alfonso Cadaval. Fue otro ejemplar que metió los riñones en el peto y fue bien picado por Aurelio Cruz. El sevillano le brindó a Miguel Báez “El Litri”. Con suavidad, se lo llevó fuera de las rayas de picar. Más desentendido, se le coló en la primera tanda. Cadaval optó por citarlo en corto por el pitón izquierdo, llevándolo muy tapado y sometiéndolo por bajo. Lo miró y lo juzgó sin darle tregua en una tercera serie en la que se la jugó. Un toro encastado y muy exigente que requirió técnica con el que estuvo muy firme. Acertó con la espada en el segundo envite.

“Argelino”, burraco y bien hecho, echó el cierre a la tarde. Embistió con ritmo en los de recibo de Cadaval. Por doblones se fajó con él en el esbozo de la faena. El sevillano tomó las telas con la zurda, llevándolo con suavidad, pero la falta de fuerza y fondo la acusó desde la primera tanda. La voltereta que había sufrido con anterioridad tampoco le vino bien. Mató de pinchazo y media.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Tercera de abono. Feria de Abril. Media entrada

Toros de Santiago Domecq bien presentados, faltos de fondo en general. Primero con fijeza, pero de poca entrega; segundo, sosito y noble; tercero, encastado y exigente; cuarto, sin entrega; quinto, con emoción y bravura; sexto, deslucido.

José Garrido (de crema y oro), ovación con saludos y tras aviso.

Álvaro Lorenzo (de pizarra y oro), ovación con saludos y oreja.

Alfonso Cadaval (de verde esperanza y oro), silencio y silencio.

Incidencias: Saludó Raúl Ruiz tras banderillear al segundo. 



Aroma a "Romero" de José Ruiz Muñoz con un toro enclasado de Fermín Bohórquez

La corrida denominada en los mentideros taurinos como la de “la oportunidad” dejó de manifiesto que Sevilla tiene un gran elenco de toreros. Un abanico de conceptos se desplegó por el albero maestrante. Algunos de ellos han alcanzado una madurez en su toreo. Otros, aún tienen que pulirlo en este largo camino. La otra mirada estaba puesta en el encierro de Fermín Bohórquez, que debutaba en Sevilla con una corrida a pie. Llevó dos toros de gran calidad. Finalmente, sólo Ruiz Muñoz dio una vuelta al ruedo. Algo que tal vez se antoja escaso y que nos dejó con ganas de ver más tardes a los seis matadores.

Con ramillete de verónicas con mucho sabor ganándole terreno, recibió José Ruiz Muñoz a “Camarero”. Igual de vistoso fue el galleo para colocar el toro al caballo, arrancándose a él con alegría. En el segundo encuentro, ejecutó una media de bellísimo trazo. Calerito quitó por chicuelinas en el centro del platillo. José brindó a su tío abuelo, el maestro Curro Romero. Emoción a raudales de la que se contagió el público que se puso en pie. Con los pies asentados en el albero y en redondo, comenzó la faena. El de Bohórquez tenía fijeza y prontitud y por el pitón izquierdo embestía con entrega. Ruiz Muñoz fue dejando goteos de buen toreo, pero sin llegar a terminar de acoplarse hasta que le dejó la muleta puesta. Dos series de mano baja cargadas de temple que hicieron que de fondo sonara Martín Agüero. Bonito fue también el epílogo con ayudados por alto, todo con aroma a "Romero". La espada cayó algo traserilla y caída. Le pidieron la oreja con fuerza, pero la presidencia no lo estimó oportuno.

Con mucha suavidad le echó el capote Rafael Serna a “Ondito”. Empujó el astado en el caballo antes de la intervención en el turno de quites de Ángel Jiménez. El sevillano brindó a sus hermanas que se encontraban en la barrera del cinco. Con la pierna genuflexa y con mucha torería, lo sacó a los medios. Le planteó la zocata al natural en las primeras tandas, pitón por el que el animal había metido mejor la cara en el primer tercio. Con la mano diestra, dibujó dos tandas toreando con verticalidad, que hicieron que la Banda de Tejera sonara por primera vez en la tarde. En ese punto álgido, volvió con la zurda. El de Bohórquez embestía por ahí con humillación y clase. Instrumentó una serie que tuvo mucha emoción. Aún así, Serna porfió por el derecho dejando algunos muletazos importantes. Con la espada no estuvo acertado.

A portagoyola se fue Calerito para recibir a “Pastelero”, que salió algo cruzado teniéndose que tirar al suelo. Continuó por verónicas en los medios que tuvo mucho calando en los tendidos. El sexto fue el único que peleó en varas. Dos  que recetó con gran acierto Manuel Jesús Ruiz Román. Por delantales quitó el cabeza de cartel, Borja Jiménez. Juan Pedro también brindó la muerte del toro a Espartaco. En los medios citó con la diestra al de Bohórquez, que se arrancó con emoción. La música fue veloz en sus primeras notas tras esta primera tanda. El toro se fue apagando, mientras Calerito cincelaba naturales de uno en uno en corto. Un espejismo, ya que el astado echó la persiana prontoEso sí, el estoconazo fue de libro.

Abrió la tarde “Sumiso”, un toro serio y con trapío que echó las manos por delante y embistió sin humillar en el capote de Borja Jiménez. Tras pasar por el peto sin emplearse, quitó Lama de Góngora con mucho gusto por chicuelinas. El torero de Espartinas replicó por el mismo palo. Brindó a Espartaco y a su nuevo mentor, Julián Guerra. Comenzó por bajo para sacarlo fuera de las rayas de picar. El astado, muy deslucido, siempre embistió defendiéndose. Borja nunca volvió la cara a las complejidades que planteó. Por si fuera poco, el viendo le molestó y, un momento que se quedó descubierto, el toro hizo por él. Muy hábil con la espada, dejó media estocada muy efectiva.

“Cacereño”, que hizo segundo, salió escarbando y marcando la querencia a toriles. Lama de Góngora lo lanceó para los medios con templanza, pero siempre queriéndose ir. El tercio de varas no resultó fácil. Tuvieron que colocar el caballo frente a la puerta de la enfermería para que acudiera al peto. La actuación de la cuadrilla fue impecable. Magníficos estuvieron Fernando Sánchez Fernando del Toro con los palos y José Chacón con la brega. El de Bohórquez metió bien la cara en las primeras tandas. Lama estuvo inteligente, llevándolo tapado y ligando. Entre las dos rayas cimentó la labor con entrega en la que se percibió la madurez del torero sevillano. Con la espada rubricó esa firmeza con una buena estocada.

Con una impresionante lámina que rondaba los 600 kilos, “Reportero”. Un enganchón deslució el saludo Ángel Jiménez. Tampoco dejó pasar Ruiz Muñoz su oportunidad de lucirse en el quite. El de Fermín Bohórquez  llegó al último tercio sin definirse. El sevillano, asentado, le buscó las vueltas para intentar que el animal rompiera hacia adelante. Se encontró con un oponente sosito, pero no fue óbice para que pusiera él el pellizco por momentos. Jiménez firmó muletazos sueltos de calidad, pero al toro que le faltó fondo, se volvió cada vez más costoso. Metió el brazo con mucha facilidad.

 

Ficha del festejos

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Segunda de abono. Media entrada en una tarde en la que molestó el viento.

Toros de Fermín Bohórquez bien presentados y de juego desigual. El primero incierto; segundo manso; tercero con clase y humillación; cuarto noble, pero soso; quinto con fijeza y prontitud; sexto con humillación y clase.

Borja Jiménez (de blanco y plata), ovación con saludos.

Lama de Góngora (de grana y oro), ovación con saludos.

Rafael Serna (de grana y oro), silencio tras aviso.

Ángel Jiménez (de tabaco y oro), ovación con saludos.

José Ruiz Muñoz (de blanco y plata), vuelta al ruedo tras petición.

Juan Pedro García “Calerito” (de obispo y oro).

Incidencias: Saludaron Fernando Sánchez y Fernando del Toro tras parear al segundo.


Domingo de Resurrección


              El poder de El Juli frente a un "Gavilán" aviva una tarde gris

Hermosa como una flor que florece en primavera se puso La Maestranza como cada Domingo de Resurrección. Los tendidos colmados como dicta la tradición. La expectación era máxima. El cartel rematado con la terna que todos quieren ver. Morante, El Juli y Roca Rey. Los que tienen el cetro del toreo en estos momentos. La tarde se iba deshojando entre un querer y no poder hasta la salida del quinto. “Gavilán” cambió el sino del festejo al encontrarse con un Juli que, como cada abril, reina en Sevilla.

Con ramillete de verónicas de mano baja, ganándole terreno, saludó El Juli a “Gavilán”. Tras el breve primer encuentro con el caballo, colocó al toro con verónicas templadas que remató con una media de lentitud pasmosa. Quitó animosamente Roca Rey por chicuelinas y tafalleras. Julián brindó al público como preludió de lo que iba a venir. Por doblones para ligar por bajo comenzó el toreo madrileño. En la segunda tanda la música sonó por primera vez en la tarde. Continuó con la diestra para intentar exprimir las arrancadas que le regaló. Tomó la zurda y, en el segundo natural, le arrancó la muleta apretándole mucho en unos segundos de angustia. Después, los naturales fueron brotando con profundidad y reunión mientras acariciaba el albero con la muleta. No era un oponente fácil, pero el poder de El Juli se impuso a la exigencia de su oponente. La última tanda con la diestra fue soberbia. La estocada, marca de la casa, desató la pañolada y las dos orejas cayeron en su esportón.

“Aviador” metió bien la cara en el capote de El Juli, pero no estaba sobrado de fuerzas. Esa misma falta de poder la mostró en el peto y banderillas, ocasionando el enfado del respetable. Lo cuidó mucho el madrileño en un inicio en la segunda raya de picar. Con mucha suavidad la primera tanda con la diestra en la que el animal mostró su buena condición. Apostó por él, pero perdía las manos constantemente por lo optó por abreviar.

“Tristón”, un precioso ejemplar jabonero, que saludó Roca Rey por verónicas llevándoselo hasta los medios. Lo midió mucho en varas para intentar desgastarlo lo menos posible ya que no rebosaba raza. Brillante fue el tercio de banderillas de Viruta y la lidia de Chacón. Se fue hasta el centro del platillo para citarlo en la distancia y probarlo por ambos pitones, ya que no terminaba de definirse. El peruano estuvo voluntarioso, pero la falta de raza le impidió tomar vuelo.

El sexto tampoco le dio muchas opciones a Roca Rey. Antonio Chacón estuvo magistral con los palos. El matador de Lima se mostró muy firme y con paciencia intentó meterlo en la muleta. “Aguafría” nunca se entregó, para terminar apagándose. La estocada, lo mejor.

Abrió la tarde “Farfonillo”, un toro de enorme presencia y exceso de peso. Echó las manos por delante en las telas de Morante de la Puebla, que lo lanceaba con suavidad hasta que enterró los pitones. Pasó por el caballo sin brío y mostrando la escasez de fuerzas. Junto a tablas y enroscándoselo, se llevó fuera del tercio. A media altura, sin obligarle, lo llevó en los primeros compases. Lo intentó por ambas manos pero el “Cuvillo” pasaba echando la cara arriba y el de La Puebla abrevió.

El cuarto, se partió la mano en el primer lance de Morante. El puntilllero debutante de Sevilla tuvo una gran actuación en su primera comparecencia. En su lugar saltó al ruedo un sobrero del mismo hierro, que demostró una gran falta de raza. Cuando fue al caballo, el astado echó el freno. A pesar del buen hacer de las cuadrillas, el de Núñez de Cuvillo los puso en un apuro. Morante macheteó por bajo sin dilatar algo que no tenía recorrido

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Domingo de Resurrección 9 de abril. Primera de abono. Cartel de “no hay billetes”.

Toros de Núñez del Cuvillo, el cuarto como sobrero, bien presentados, pero faltos de raza y fuerza en líneas generales. Destacó el quinto

Morante de la Puebla (de grana y oro), silencio y silencio.

Julián López “El Juli” (de gris plomo y oro), silencio y dos orejas.

Roca Rey (de blanco y plata), silencio y  silencio.

Incidencias: Tras la finalización del paseíllo se guardó un minuto se silencio por el fallecimiento de Rafael Jiménez “Chicuelo”.

Saludó Viruta tras parear al tercero.



Feria de Olivenza


Suspendida por lluvia que no da tregua la última de la Feria de Olivenza 

Final de feria agridulce en Olivenza. Cuando parecía que la lluvia había abandonado la ciudad extremeña, apareció diez minutos antes del inicio del ‘cartelazo’ de figuras de la tarde del domingo. Como es habitual, el ambiente era increíble. El público iba ocupando sus asientos. Estaba casi agotado el papel, cuando de repente comenzaron a caer las primeras gotas.

Manzanares, Roca Rey y Aguado ya aguardaban en el patio de cuadrillas. Las ganas de torear de la terna eran manifiestas. El primer compromiso de los tres esta temporada y el primer cartel que encabezaría el alicantino en su carrera.

La decisión inicial era retrasar el festejo hasta las seis para esperar a que escampara, como pasó en la matinal. La lluvia, en vez de parar, arreció. El nerviosismo estaba instalado en los tendidos porque, aunque nadie quería perderse la corrida, se estaban empapando. Para calmar el ambiente, la Banda Filarmónica de Olivenza improvisó un pasodoble, algo que tampoco gustó.

A las seis en punto, todas las autoridades junto a José Cutiño, gerente de la FIT, y los diestros, debatían qué hacer ante ese desolador panorama. La suspensión era lo más lógico. Los espadas decidieron no seguir adelante y firmaron el acta, tal y como se puede apreciar en el instante que recoge la fotografía de esta información.

Esta imagen dio paso a dos largas colas de personas que se agolpan en las taquillas para la devolución del dinero de las entradas, ya que, tras hacerse pública la suspensión, la empresa Fusión Internacional por la Tauromaquia (FIT) ha comunicado que se procede a la devolución de entradas por el mismo medio por el que han sido adquiridas. Pese a que no ha sido el final deseado, aficionados de todas partes del mundo han podido disfrutar de una extraordinaria feria de Olivenza en estos tres días como antesala de la temporada.


Publicado en Toreteate el 5 de marzo de 2023


 Puerta Grande al amor propio de Ventura, que puso el calor en la desapacible matinal de Olivenza

Con las últimas gotas de lluvia de la mañana, se quitaba la lona del ruedo de Olivenza. Una mañana gris, de paraguas y chubasqueros, pero en la que finalmente solo el viento fue protagonista. Un frío que contrarrestó el calor y la emoción que puso Diego Ventura, que toreó lesionado, con una fractura de peroné. Fue el único que atravesó la Puerta Grande, debido a la falta de fuerzas generalizada de los astados. Leo Valadez, que mataba su primera corrida de Victorino Martín, dio una gran dimensión y paseó un trofeo como Antonio Ferrera.

Al inicio del festejo el alcalde de Olivenza le entregó una placa en homenaje por el 25º aniversario de su alternativa a Ventura. “Rumbito”, que abrió la inestable mañana, salió algo distraído. Ventura, tras las probaturas, decidió colocar solo un rejón de castigo. Con una sola banderilla colocó al público en pie el rejoneador hispano-luso. Primero, cabalgado a dos pistas, dejándoselo llegar mucho dio dos vueltas al ruedo para luego citarlo en la lejanía y clavar. El tercer par al quiebro con el de María Guiomar ya aculado en tablas fue espectacular. Remató con dos cortas por los adentros y una rosa. Con el animal muy parado, Ventura clavó el rejón de muerte. Desde el caballo, por su fractura de peroné, tuvo que descabellar. Paseó la primera oreja de la matinal.

Al ‘gordote’ cuarto, que saltó al ruedo con la querencia ya, Ventura le colocó dos rejones de castigo. Lo toreó a dos pistas arriesgando mucho para colocar dos banderillas. Espectacular fue el tercero al quiebro. El rejoneador puso toda la emoción que le faltó al de María Guiomar Cortés. Con el animal muy venido a menos, clavó tres banderillas cortas y dos rosas, demostrando una gran doma. Fue premiado con otro trofeo.

“Mojarro”, que cerró la matinal, apretó en el capote de Leo Valadez. El mexicano se mostró voluntarioso, queriendo que rompiera hacia adelante el “Victorino”. Le planteó siempre bien las telas, firmando algunas tandas meritorias por bajo. Avanzada la faena, se tornó más peligroso, quedándose encima del diestro, que se la jugó en numerosas ocasiones. Concluyó con una buena estocada y fue premiado con una oreja.

Valadez recetó antes una bonita media a “Patarato”, que hizo tercero. El mexicano estuvo animoso en banderillas. Lo sacó para los medios para iniciar con una buena tanda por la diestra. Estuvo inteligente y muy firme, dándole tiempo y distancia. Poco a poco lo fue metiendo en la muleta hasta plasmar naturales largos, toreando con la cintura a un toro enrazado que no le quitaba ojo en ningún momento. Con mucha torería lo cerró entablas, para dejar tres pinchazos previos a la estocada.

“Porteño”, un “Victorino” de preciosa estampa, salió con muchos pies por lo que Ferrera lo domeñó por bajo. En la suerte de varas, lo colocó en la lejanía en dos ocasiones, arrancándose con alegría al peto. La escasez de fuerzas afloró desde el inicio del último tercio. El extremeño lo condujo con mucho mimo, acompañándolo con la voz y en tandas cortas. Terminó metido en los terrenos del astado, que tomaba la muleta andando, pero sin quitarle ojo al torero y acortando cada vez más la embestida. Se tiró encima de él dejando un gran espadazo. Un trofeo cayó en sus manos.

Largo y escurrido el “Victorino” que hizo quinto, que dejó que se luciera en el recibo Antonio Ferrera. Fue muy protestado al blandear en repetidas ocasiones, por lo que no tardó en asomar el pañuelo verde. Frenándose en la capa del extremeño, salió el bis del hierro de Fermín Bohórquez. También al límite, la falta de fuerzas del sobrero fue más evidente tras el paso por el caballo. El extremeño lo intentó, pero el animal volvió a echarse y tuvo que abreviar. Acabó con él de una estocada caída y efectiva.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Olivenza (Badajoz). Tercer festejo de la Feria del Toro. Dos tercios de entrada. Toros de María Guiomar Cortés de Moura, para rejones (1º y 4º), y Victorino Martín, el quinto, sobrero de Fermín Bohórquez, bien presentados y desiguales de juego. Primero y cuarto, sin motor y rajados; segundo, faltó de fuerzas y casta; tercero, enrazado y con peligro; el quinto, sin fuerza; sexto, con movilidad y peligro.

Diego Ventura, oreja en ambos.

Antonio Ferrera (de grana y oro), oreja y ovación.

Leo Valadez (de nazareno y oro), silencio y oreja.


Publicado en Toreteate el 5 de marzo de 2023


Un inspirado Talavante, como en sus mejores momentos, en hombros con El Juli en Olivenza

Tarde de contrastes la vivida en el segundo festejo de la feria. Talavante, que volvía a Olivenza tras su reaparición el pasado año, lo ha hecho de la mejor forma posible. Su inspiración y genialidad, recordando al Talavante de sus mejores tiempos, enloqueció a los tendidos en una mágica faena frente al quinto. En cambio, El Juli, que iniciaba la temporada de su 25 aniversario de alternativa, lo hizo con mando y naturalidad. No pudo acompañarlos en hombros Emilio de Justo, al que le sobró la raza frente a dos oponentes nada fáciles y con los que se la jugó.

La genialidad de Alejandro Talavante brotó en un sensacional saludo de capa por verónicas al quinto. “Emperador”, otro que ya buscaba la querencia, recibió poco castigo en varas. El extremeño también pidió el cambio de tercio con tan solo dos pares de garapuyos clavados. Vibrante fue el inicio de faena con las rodillas en tierra. Combinó pases cambiados con una tanda en redondo de derechazos que enloqueció a los tendidos. Del mismo corte pero de pie, la siguiente. El extremeño desbordó estética en unos naturales muy profundos y personalísimos. Con unas ajustadas bernadinas, abrochó la labor. La espada entró al segundo intento, precisando del verduguillo. Talavante paseó el doble premio.

“Fantasioso”, que hizo segundo, deslució el recibo de Talavante al engancharle en una de las verónicas de frente que estaba instrumentando. En el quite por saltilleras pudo resarcirse un poco frente a un astado de Domingo Hernández que seguía sin fijeza tras el paso por el caballo. En el último tercio, tomó la muleta con más emoción en un prólogo con pases por alto con talones asentados en el albero. El extremeño cinceló una faena en la que hubo detalles de su naturalidad, si bien faltó mayor acople entre ambos en algunos pasajes. Con los aceros, se atascó.

El Juli recibió con unos bonitos lances a pies juntos en el centro del platillo a “Soberbio”, que abrió la tarde. El de Garcigrande ya atisbó que no estaba sobrado de casta. Quitó el madrileño por chicuelinas, tafalleras, verónicas y una templada media. En el tercio, inició la labor inmóvil con pases por altos muy toreros. Fuera de él, el toro tomó las telas con fijeza y largura por el pitón derecho. El Juli aprovechó esas calidades para conducirlo con mando en las dos primeras tandas. Después, se paró y en un palmo de terreno improvisó la faena, jugándosela por momentos. Firmó la labor con pases cambiados y una estocada que le valió para pasear el primer trofeo del festejo.

Junto a la Puerta Grande, como un preludio, paró El Juli a “Salvaje” para recetar un par de verónicas de bello trazo. El de Garcigrande no quiso pelea en varas, para después cebarse con el caballo que hacía puerta, estando a punto de derribar al picador. Brindó Julián al respetable intentando animar una tarde que pintaba gris. Inició la faena por abajo con mucho sabor para acabar con un par de trincherazos mayúsculos. Prosiguió conduciéndolo acariciando la muleta por el albero mientras que el astado iba embebido en ella. Al tomar la zurda se rajó, al igual que sus hermanos. El madrileño tiró de técnica y recursos poniendo la plaza en pie después de una serie por circulares invertidos que ligó con derechazos. Para matar se puso complicado, dejando una estocada casi entera pero efectiva. Otro trofeo cayó en su esportón.

Con lances doblándose atemperó Emilio de Justo la embestida de “Abad”, que salía distraído. Sin emplearse pasó por el peto, para protagonizar un tercio de banderillas en el que puso en más de aún aprieto a los subalternos. El cacereño brindó a El Juli por sus 25 años de alternativa. Con la pierna genuflexa y llevándolo muy tapado, quiso sacarlo hacia los medios porque el de Garcigrande ya había marcado la querencia desde la salida del caballo. De uno en uno fue dibujando los muletazos hasta meterlo en la muleta en una serie que llegó a torearlo en redondo. Al sentir que había perdido la pelea, el toro se fue a tablas. De Justo se metió entre los pitones para extraer otra más jugándosela. Concluyó con una estocada baja y saludó una ovación.

Con un ramillete de verónicas y chicuelinas saludó Emilio de Justo a “Beato II”, que cerró la tarde. Una fuerte costalada se pegó el animal tras emular el cacereño la suerte del cartucho de pescado. Pese a su buen hacer, no tuvo un buen acompañante para el triunfo. El de Domingo Hernández, aunque humillaba por el pitón derecho y tenía fijeza, no poseía emoción alguna. Fue el torero el que puso todo de su parte. Al natural, quedándose más corto, imprimió torería. Volvió a la diestra con un toro, que había cambiado de condición. Los derechazos, de uno en uno, fueron de bella estampa, siempre con el pecho por delante y jugándosela hasta que llegó una fuerte voltereta. La espada cayó demasiado bajo, quedando todo en una ovación.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Olivenza (Badajoz). Segundo festejo de la Feria del Toro. Casi lleno. Toros de Garcigrande y Domingo Hernández (2º y 6º), bien presentados y de juego desigual. Primero, falto de casta y fuerza; segundo, encastado y con emoción; tercero y cuarto, rajados; quinto, noble y enclasado; sexto, soso y con peligro.

Julián López “El Juli” (de verde hoja y plata), oreja y oreja tras aviso.

Alejandro Talavante (de azul y oro), ovación y dos orejas tras aviso.

Emilio de Justo (de grana y oro), ovación en ambos.

Incidencias: Los toreros fueron recibidos con una cariñosa ovación tras realizar el paseíllo. Se desmonteraron tras banderillear al tercero Pérez Valcárce y Balta.


Publicado en Toreteate el 4 de marzo de 2023


La personalidad de Sergio Sánchez y el toreo caro de Tristán Barroso, en hombros con Carlos Domínguez, en un inicio triunfal en Olivenza 

Como cada año, Olivenza se ha vestido de gala para abrir la temporada extremeña. La feria señera a inicios de marzo celebraba una tarde especial e ilusionante en la que la cantera de la Escuela Taurina de la Diputación de Badajoz era la protagonista. Los aficionados no se fueron defraudados, todo lo contrario. Los debutantes se han ganado un puesto en las próximas ferias. Tristán Barroso, el triunfador numérico, puso el toreo caro de la tarde, mientras que la personalidad arrolladora de Sergio Sánchez volvió a relucir. Ambos salieron por la Puerta Grande junto a Carlos Domínguez, que abrió cartel, con una novillada desigual de comportamiento de Talavante.

Tristán Barroso dejó una bonita carta de presentación con verónicas templadas, siempre con barbilla enterrada en el pecho, para ligar con chicuelinas. Quitó por el palo tradicional a “Rescoldillo”, que se quedaba muy encima. Al igual que su compañero, brindó a sus maestros. Barroso se lo llevó al centro del platillo para firmar muletazos por bajo con la diestra. Al natural, intentó prolongar la embestida de un animal al que le faltó algo más de clase. El debutante se mostró muy firme, dejando patente su clasicismo. La falta de casta del de Talavante provocó que su labor no tuviera tanto eco en los tendidos. Dejó una estocada que hizo guardia y cortó dos orejas.

“Niñote”, el más alto del encierro y escurrido, cerró la tarde. Saltó con muchos pies, aunque Barroso no tardó en meterlo en el capote. Por verónicas, se lo sacó fuera del tercio. El novillero francés afincado en Extremadura volvió a estar superior frente a un utrero que desde el principio quiso rajarse. Tristán dibujó muletazos profundos, cargados de armonía. El bello trazo de los marcados con la diestra elevaron el nivel de la tarde. Con el animal ya en tablas, se llevó un susto del que se repuso rápido para plasmar una última tanda con cadencia. Tras la estacada, sumó otro trofeo.

“Bombardeo”, más altotote y feote que su hermano anterior, salió sueltecillo. Con la seguridad que le caracteriza, Sergio Sánchez echó rodillas en tierra para el recibo. Estuvo a punto de ser cogido en el remate al intentar instrumentar una larga. El quite por gaoneras y saltilleras lo abrochó con el capote a modo de muleta para torear con temple. Tuvo el bonito gesto de brindar el utrero de su debut a sus maestros, Luis Reina y El Cartujano. Volvió a ponerse de rodillas para comenzar el último tercio. Sánchez se mostró en todo momento muy firme frente a un novillo con recorrido, humillación y nobleza. Lo condujo con cadencia por ambos pitones. Los naturales, con más plasticidad. Culminó por manoletinas con mucha pureza. Dejó una buena estocada, desorejando al primer novillo de esta etapa que inicia.

Las ganas de ser torero de Sergio Sánchez se perciben desde que pisa el albero. Al quinto, “Vendimiado” lo recibió con un peculiar y personal saludo. A las chicuelinas en los medios, le precedió un capotazo de espalda afarolado. El utrero peleó en varas, el único que lo hizo, mientas que en banderillas, apretó. Quietud absoluta la del extremeño en el prólogo por estuarios. Con las zapatillas agarradas en el albero, le presentó batalla a un novillo venido a menos tras el paso por el caballo. No quiso dejarse nada en el día de su debut. Porfió en las cercanías, pero el de Talavante no tenía ni un pase. Abrevió, cerrando con un espadazo. El público pidió el trofeo, que no fue concedido, y dio una vuelta al ruedo.

“Cristalino”, de Talavante, izó el telón de la Feria de Olivenza. Carlos Domínguez lo saludó por verónicas ganándole terreno hacia los medios. Tras cumplir en el peto, el extremeño quitó con más garbo por gaoneras. Calentó los tendidos con un inicio de faena de rodillas con un ajustado pase cambiado para seguir en redondo. El extremeño continuó con la diestra, ligando y e intentando poner la emoción que le faltó a un oponente noble y obediente. Por el izquierdo, le costaba más y tras un desarme bajo el diapasón. Volvió al pitón derecho, el más potable, para torear en las distancias cortas. Una faena de altibajos, que coronó con bernadinas y una estocada en todo lo alto. Las dos primeras orejas del ciclo cayeron en su esportón.

Con más trapío y fino de agujas, “Juerguista”, que hizo cuarto. Domínguez no terminó de encontrar el acople con la capa con un novillo que fue castigado en varas. En banderillas, Fini protagonizó un buen tercio, que mereció un mayor reconocimiento. Con la pierna genuflexa y mirando los tendidos, inició Carlos Domínguez su labor. Parecía que el acto pasaría a mayor, pero todo quedó a medio gas. Prosiguió citando con la diestra a un utrero que se desplazaba con humillación y recorrido, aunque le faltó templarlo. Por el pitón izquierdo, era otra cosa. Salía desentendido con la cara alta. El extremeño volvió a coger la mano derecha, pero ya el de Talavante cantó la gallina. Estuvo voluntarioso en el último tramo de la faena ya en tablas, pegándose un arrimón hasta que fue prendido sin consecuencias. La espada cayó baja y trasera, saludando una ovación.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Olivenza (Badajoz). Primera de la Feria del Toro. Tres cuartos de entrada. Novillos de Talavante, bien presentados, pero desiguales de juego. Noble y obediente el primero; el segundo, el mejor del encierro, con recorrido y humillación; el tercero, noble pero faltó de casta; cuarto, quinto y sexto, mansos.

Carlos Domínguez (de catafalco y oro), dos orejas y ovación.

Sergio Sánchez (de salmón y oro), que debutó con picadores, dos orejas y vuelta al ruedo.

Tristán Barroso (de rosa y oro), que debutó con picadores, dos orejas y oreja.

Incidencias: Saludó en el quinto, Luis Miguel Amado, en banderillas.


Publicado en Toreteate el 3 marzo de 2023


Temporada 2022


Festival del 12 de octubre


Marco Pérez hace historia con 15 años al cortar un rabo y salir en hombros por la Puerta del Príncipe 

Marco Pérez ha entrado en los anales de la historia de La Maestranza con tan solo 15 años, que cumplió hace cinco días. El novillero de la Escuela Taurina de Salamanca ha pasado con huracán firmando una de las faenas más rotundas que se recuerdan en mucho tiempo. Cortó un rabo, hecho que no se producía desde 1971, cuando Ruiz Miguel hizo lo propio con un Miura, alzándose en hombros por la Puerta del Príncipe. Un festival a beneficio de la bolsa de la caridad de la Hermandad del Gran Poder, que logró colgar el cartel de «no hay billetes» y, en el que Pablo Aguado paseó dos trofeos, mostrando su mejor versión.

Marco Pérez sorprendió a todos cuando se fue a portagayola a recibir al añojo de Jandilla. Le siguieron otra larga, verónicas, chicuelinas. Un derroche de poder que puso a la plaza en pie. Repitió la hazaña en un quite por gaoneras. Una locura. Tuvo el bonito gesto de brindar a su madre. A pies juntos, por estatutarios, un pase cambiado, molinetes, siempre tragándole mucho. Así, sin aspavientos, inició la faena. Toreó en redondo con total naturalidad. La seguridad con la que anduvo es casi impropia para su edad. Siempre encajado, las series fueron con ligazón y bello trazo. Se tiró a matar a por todas y Sevilla al unísono al grito de «torero, torero». Marco Pérez cortó las dos orejas y rabo.

Pablo Aguado paró el tiempo en dos verónicas. Solo fueron dos porque al novillo de Talavante le faltó fijeza, por lo que no terminó de reventar el saludo. Con el mismo garbo, lo colocó en el peto. Del quite, por el mismo palo, lo mejor fue la media. Brindó a Espartaco padre. Con suavidad y muy torero, se lo llevó hacia el centro. Los naturales brotaron con cadencia y ligazón. Estuvo inteligente, en cuanto a las distancias y los tiempos. En el momento del solo del pasodoble «Dávila Miura» cinceló la tanda más asentada, muy de frente, acompañando con la figura. Remató con dos por alto con la rodilla en tierra y un cambio de mano espectacular, que puso al público en pie. Tras un pinchazo y una estocada paseó las dos orejas.

Al segundo, de Daniel Ruiz, le instrumentó José María Manzanares un ramillete de verónicas con cadencia, que remató con una buena media. «Lacerado» rehusó de la suerte de varas y tuvo que ser colocado en las cercanías. El alicantino le tomó pronto el pulso a un novillo con emoción y clase, metiendo la cara en las las telas con humillación. Al natural llegaron las series con más despaciosidad. La última brilló aún más, rematado con un trincherazo muy lento. Pinchó antes de enterrar la espada y paseó un trofeo.

Con decisión lanceó Diego Bastos al que hizo sexto, del hierro de Núñez de Tarifa. Tras el clarinazo largo que tradicionalmente clausura la temporada en La Maestranza, el novillero sevillano condujo por alto y con armonía a su oponente. Un novillo parado y sin casta. Bastos dejó patente una buena actitud. Se metió en los terrenos de «Almacenero», empujándolo para que fuera hacia adelante. La estocada, hasta la bola y en lo alto, que le valieron la oreja.

Con el tercero, de Victoriano del Río, dejó detalles con torería Daniel Luque con la capa. El quite, por gaoneras, dejándoselo llegar mucho. Por bajo con la pierna genuflexa y con un gran temple lo sacó fuera del tercio. Inmóvil le dejó una primera tanda con la diestra en redondo de gran estética. En las distancias cortas sacó lo poco que tuvo el «Victoriano», que llegó desfondado y sin raza a la muleta, para acabar rajado con prontitud. Media estocada fue suficiente para acabar con él.

El cuarto, un auténtico toro de Garcigrande por trapío, se frenó en el capote de Juan Ortega. El paso por el caballo fue imperceptible. Brindó a Emilio Muñoz, organizador del festival. Con violencia y sin entrega pasaba por la muleta del sevillano. Acabó macheteándolo por bajo y se fue a por la espada. La estacada, algo caída, fue efectiva.

Abrió la tarde un novillo bien hecho de Espartaco al que Diego Urdiales saludó por verónicas ganándole terreno. El riojano estuvo impecable aunque el animal denotó falta de raza. Inició junto a tablas con pases por alto, pero al segundo perdió las manos y se echó. Lo cuidó, llevándolo a media altura pero la carencia de transmisión y fuerzas eran notables. Por el pitón izquierdo recetó algunos naturales con temple y gusto. Mató de una estocada y saludó una ovación.


Ficha del festejo

Plaza de toros de La Real Maestranza de Sevilla. Festival a beneficio de la Bolsa de la Caridad de la Hermandad del Gran Poder. No hay billetes. Novillos de Juan Antonio Ruiz Román «Espartaco», Daniel Ruiz, Victoriano del Río, Garcigrande, Talavante y Núñez de Tarifa y un añojo de Jandilla, bien presentados y de juego desigual. Destacó el bravo añojo de Jandilla. 

Diego Urdiales, ovación con saludos.

José María Manzanares, oreja.

Daniel Luque, ovación con saludos.

Juan Ortega, ovación con saludos.

Pablo Aguado, dos orejas.

Diego Bastos, oreja.

Marco Pérez, dos orejas y rabo.

 

Publicado en Toreteate.com el 12 de octubre de 2022

 

Feria de San Miguel


Seria y comprometida alternativa de Calerito

Llegó el día de la alternativa soñada y tan esperada para Juan Pedro García “Calerito”. Un cartel de relumbrón que había agotado el papel, con aliciente de la presencia de Roca Rey y un torero muy del gusto de Sevilla, José María Manzanares. La tarde pintaba grande, pero fue el toricantano el que se la llevó de calle.

Calerito saludó a “Orador”, que abrió el festejo, con un bonito ramillete de verónicas para llevárselo hacia los medios. Quitó por el mismo palo, rematando con una media después de recibir un buen puyado el de Victoriano del Río. Tras la ceremonia de la alternativa, el brindis se lo dedicó a su padre. El inicio fue muy jaleado, toreando por bajo con un astado embistiendo con clase y ritmo. Con mucha serenidad, sin notar el peso del día, prosiguió el sevillano plasmando muletazos con hondura. Al natural lo llevó largo, pese a que le molestó el viento. Bajó la intensidad el astado y con buen criterio el toricantano se fue a por la espada. Recitó un buen espadazo y Calerito paseó su primera oreja como matador.

Al sexto, lo recibió con bonitos lances. Esta vez, su madre fue la destinataria del brindis. En el centro del platillo, comenzó con el cartucho de pescado para ligar la primera serie por la diestra. Comenzó sin exigirle, a media altura a un “Victoriano” que tenía motor. Poco a poco el toricantano se fue creciendo. Tomó la distancia y el ritmo correcto para ejecutar series más entregadas. Por el izquierdo, tuvo menos transmisión. Los aceros le privaron tal vez de cortar algún premio.

“Dulce”, que hizo segundo, salió abanto. Cuando se fijó en la capa de Manzanares, lo hizo con las manos por delante, casi rebañando, estando a punto de llevarse por delante al torero Por alto junto a tablas, inició el trasteo para llevárselo fuera del tercio. En esos terrenos, el viento le acompañó. Algo bruscote, tomó la zocata del alicantino, que fue atemperándolo. Por el pitón izquierdo, tuvo una embestida más bobalicona, por lo que tras probarlo volvió a la diestra. Entonces dibujó la serie más rotunda, que hizo estallar la música. El toro le exigió a Manzanares que respondió con mando. Acarició la oreja pero erró en la suerte suprema.

Plasmó varios lances de bello trazo, al cuarto Manzanares. Embebido en los vuelos de la muleta fue una primera tanda cargada de temple. Lo mejor y lo único de una labor que fue interrumpida al echar el freno de astado en la tercera tanda. Volvió a atacarse con los aceros.

Sueltecillo saltó “Frenoso”, impidiéndole el lucimiento a Roca Rey. Un animal que contrastó mucho su comportamiento en los primeros tercios frente a sus hermanos. Costoso, carente de emoción y con poco recorrido, el peruano se puso en las distancias cortas para intentar que fuera hacia adelante. Finalmente, con buen criterio, optó por abreviar.

El quinto, salió ya acusando la querencia. Quitó Calerito por ajustadas y reunidas chicuelinas. Roca Rey no quería irse de vacío, así que brindó al público. Con suavidad lo llevó hacia fuera. El “Victoriano” tuvo fijeza y temple en su embestida en los primeros compases. El peruano ejecutó una tercera tanda importante, haciendo rugir los tendidos. En la siguiente, el toro ya se sintió podido, rajándose. Se metió en los terrenos del animal para robarle algunos muletazos más.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Segunda de la Feria de San Miguel. Cartel de “no hay billetes”.

Toros de Victoriano del Río, bien presentados y de juego desigual. Destacando primero, segundo y sexto.

José María Manzanares (azul marino y oro): ovación con saludos tras dos avisos y silencio.

Roca Rey (caldera y oro): silencio y ovación con saludos.

José Pedro García “Calerito” (blanco y oro): oreja y ovación.

Incidencias: Saludaron tras parear el primero Antonio Manuel Punta y David Pacheco y Daniel Duarte en el segundo. 



Morante, otra faena histórica en San Miguel

La Feria de San Miguel se abrió con una pletórica tarde de Morante. La labor a su primero fue interrumpida ante la falta de fuelle de su oponente. Frente al cuarto, realizó una de las faenas que ocuparán el cuadro de honor de las mejores que ha firmado en el coso del Baratillo. Ortega y Rufo solo pudieron ser testigos del acontecimiento porque ninguno de sus lotes les brindaron opciones de triunfo.

A penas media docena de verónicas a cámara lenta sirvieron para que Morante hiciera rugir a la Maestranza.  El quite, por el mismo palo, tuvo igual estética. Ortega quiso entrar en la pelea. Quitó con la gracia que le caracteriza con lances de bonita estampa, hasta que se sobrevino el enganche. Por bajo y con suavidad, comenzó el de La Puebla para sacarlo al tercio. "Empedernido" estaba cogido con pinzas y le faltaba celo. Dos tandas en las que imprimió sabor, fueron las que le duró. El de García Jiménez se vino abajo. Mató de pinchazo y media y saludó. 

Descoordinado saltó al ruedo "Desordenado", que hizo cuarto, ante el enfado del público. Las protestas continuaron durante el tercio de varas, en el que fue fuertemente castigado. Pararon durante el quite de Morante. Chicuelinas al paso y una media de cartel, tras la que casi fue arrollado. Los olés volvieron a aflorar en un inicio a dos manos pegado a tablas, en el que hubo sentimiento a la vez que peligro. Fuera de las rayas de picar, instrumentó una serie en redondo con rotundidad. El de toro acortó la embestida a la vez que Morante hacía lo propio en las distancias. Se metió entre los pitones toreando con un temple único. Una conjunción perfecta. Los naturales, con reunión, con la figura encajada. El final a pies juntos con la diestra, rebosando torería. La plaza estaba en éxtasis. Más allá de la belleza de la obra, la importancia radicó en la verdad con la que la ejecutó y cómo se la jugó por momentos. La espada, ya fue otra cosa. Al final, el palco lo premió con una cariñosa oreja, una faena que debió ser de dos de ley.

Ortega recibió al segundo por verónicas, aunque no terminaron de ser todo lo lucidas que se esperaba. "Despertador" rehusó de la suerte de vara. Rufo, que volvía después de su Puerta del Príncipe, dejó un quite por chicuelinas reunidas y una larga con despaciosidad. Al igual que su hermano anterior, las fuerzas y la raza no le acompañaban. El sevillano estuvo voluntarioso pero tuvo que abreviar.

El quinto, otro toro serio, qué armó el descontrol en banderillas. Definitivamente Ortega no tiene suerte con sus lotes en Sevilla. "Espléndido" no hizo gala a su nombre y aunque el diestro intentó justificarse, después del lío de Morante la tarde se puso cara y el público no quería medias tintas con un animal sin vida.

Tomás Rufo saludó con verónicas de mano baja, ganándole terreno hasta los medios al tercero, con un excelso remate. Tampoco quiso pelear en varas "Durazno". Pronto se puso a torear el toledano, con mando, haciendo sonar la banda en la primera tanda. La siguiente bajándole la mano y siempre con suavidad. En la tercera, el animal ya comenzó a sentirse podido y a rebajar la intensidad de su embestida. Por el izquierdo le costaba más y tenía menos clase. Terminó por rajarse y tuvo que irse a por la espada.
Blandeó en el capote de Rufo el sexto. El paseíllo de hoy era el último de un grandioso torero de plata, José Antonio Carretero. Tras el tercio de banderillas, la Maestranza le tributó una atronadora ovación, mientras que su torero, Tomás Rufo le brindó su actuación. El astado, con más movilidad que sus hermanos, le faltó chispa. Puso todo de su parte, toreando con firmeza, pero la faena no pudo alcanzar altos vuelos.


Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Primera de la Feria de San Miguel. Lleno. Toros de Hnos. García Jiménez y Olga Jiménez (6°) bien presentados, serios, faltos de raza en líneas generales.

Morante de la Puebla (verde manzana y oro): ovación con saludos y oreja tras aviso.
Juan Ortega (sangre de toro y oro): silencio y silencio.
Tomás Rufo (tabaco y oro): ovación con saludos y ovación. 

Incidencias: Saludaron Sergio Blasco y Fernando Sánchez tras parear al tercero.


Feria de Abril

 

Escribano supera el reto

Anunciarse con Miura no es cualquier cosas y menos si lo haces matando seis y en Sevilla. La apuesta de Manuel Escribano era como lanzar una moneda al aire. Pero los valientes arriesgan y más cuando no tienen nada que perder. En esta ocasión, salió victorioso. Puede que si nos quedamos con el resultado numérico no haya sido lo esperado. Lo verdaderamente importante fue la lección de pundonor y valor que dio.

El público mostró su admiración y respeto ante tal gesta nada más trenzar el paseíllo obligándolo a saludar bajo una sonora ovación.

La encerrona comenzó con un primer Miura que no resultó nada fácil pero con el que Escribano demostró mucha firmeza. Banderilleó con poder a “Velador”, que fue un toro con movilidad que poseía embestida irregular. La lidia de Manuel  fue impecable y solvente. La mató de una estocada.

Al segundo lo recibió a portagayola para continuar lanceándolo a la verónica frente chiqueros levantando al público de sus asientos. No dejó de ser menos vibrante el tercio de banderillas y el tercer par al quiebro y al violín. La intensidad no bajó en la primera serie. Después el Miura cambió de comportamiento y todo se vino abajo. Metió una estocada trasera.

“Aparcero” fue complicado de salida. El lío vino en banderillas cuando invitó a participar a José Chacón y a Fernando Sánchez. Tras dos excelentes pares de los hombres de plata, Manuel puso el tercero al quiebro junto a tablas salvándose de milagro de la tragedia. Después de este exigente tercio, el toro llegó sin fuelle a la muleta. A eso debemos sumarle que siempre llevaba la cara alta y que muletazo tras muletazo se quedaba cada vez más corto. Volvió a meter la espada a la primera.

Volvió a irse a portagayola en el cuarto. Es irreprochable la actitud de Escribano. A pesar de que en la primera parte no hubo triunfo por culpa de sus oponentes, él nunca se desmoralizó. Brindó a Morante de la Puebla, que se encontraba en el callejón. Estuvo voluntarioso y con oficio. “Palmero” pasaba por las telas derrotando y sin recorrido. Esta vez se atascó con los aceros.

Haciendo honor al dicho, no hubo quinto malo. Por fin Manuel pudo disfrutar. Compartió otra vez tercio de banderillas con Fernando Sánchez. “Remontista” le ofreció embestidas profundas. Lo toreó con despaciosidad y ligazón por ambos pitones. Estuvo inteligente en el planteamiento de la faena y en la elección de los terrenos y las medidas. La espada cayó caída. El público pidió insistentemente la segunda oreja. El palco hoy decidió que no. Que la espada es requisito fundamental para la concesión de trofeos. Quizás un poco tarde. Si se hubiera dado cuenta el viernes con Roca Rey no hubieran sucedido los acontecimientos que terminaron por defenestrar a la Maestranza.

El último Miura lo recibió también a portagayola además de darle una larga cambiada en el tercio. Lo llevó galleando al caballo y protagonizó otro buen tercio de banderillas. El brindis final de la tarde fue para el futbolista del Betis Joaquín. Aunque Escribano lo pulseó y mimó porque no estaba sobrado de fuerzas, terminó parándose pronto.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril. Más de tres cuartos de entrada. Toros de Miura bien presentados y de juego desigual, destacando el quinto.

Manuel Escribano (blanco y oro): ovación con saludos, ovación con saludos, silencio, silencio tras aviso, oreja con petición de la segunda y ovación.

Incidencias: Saludaron en banderillas José Chacón y Fernando Sánchez.


Morante dinamita la Feria

No pudo ser hasta el último toro de su feria cuando Morante explosionó con una de las faenas del ciclo y con, el que tal vez, ha sido el astado más bravo y con más emoción de los que han pisado estos días el albero maestrante. La única pena es que triunfó con un sobrero de Garcigrande y no de la anunciada Torrestreslla que tanta expectación había creado.

Morante dio una cal y otra de arena. En su primero revivió aquellas tardes amargas en las que las broncas le acompañaban. Ya no recordábamos que cuando no le gustaba un toro salía con espada en mano para finiquitar todo en un acto.

Cuando el telón se abrió nuevamente, la obra cambió nada más ver salir al sobrero de Garcigrande. José Antonio le formó un lío cuajándolo desde el primer momento. Diseñó una faena en un palmo de terreno. A diferencia de los anteriores, la música prendió tras la primera serie. Lo sometió por abajo, templando, con muletazos largos. Más profundos fueron por el pitón izquierdo. Toreando vertical con mucha naturalidad y torería. Firmó con una estocada. Tardó en caer “Ballestero” pero los tendidos eran un hervidero imposible de apagar. Los dos pañuelos asomaron y Morante dio la vuelta al ruedo con las dos orejas y una sonrisa compartida por todos.

Antes de eso, El Juli hizo una demostración de mando y técnica inventándose una faena con el tercero. Plasmó un bonito saludo por verónicas de mano baja, igual que el quite por chicuelinas. El de Torrestrella perdía las manos si le apretabas pero tiró de él hacia adelante conduciéndolo con temple. La faena fue a más. Logró incluso extraer dos buena tandas al natural por donde a priori no tenía ni una. Metió la espada pero precisó del uso del descabello y la petición no fue suficiente.

Cerró Juli la Feria con un animal sin fondo que brindó al ganadero Álvaro Domecq. Llegó al último tercio muy parado sin que el diestro madrileño pudiera hacer nada.

Manuel Perera recibió al toro de su alternativa de rodillas con el capote para seguir por verónicas. Del mismo modo inició la labor de muleta. No fue el toro soñado para un día tan especial. Tenía genio y siempre iba con la cara alta impidiendo el lucimiento. Era uno de esos que te piden el carné con experiencia y el extremeño acababa de sacárselo.

Perera  se fue a recibir a portagayola al sexto. Su padrino y su testigo se fueron hacia allí colocándose para socorrerlo en caso de peligro. Inició la faena en los medios de rodillas. “Carrasquero” no le ofreció ninguna facilidad. El toricantano le plantó cara a base de firmeza. Se tiró a matar a por todas y dejó estocada delanterita que provocó que el toro no cayera pronto y la petición fuera minoritaria.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril. Cartel de “No hay Billetes.

Toros de Torrestrella, el cuarto como sobrero de Garcigrande, bien presentados y de juego desigual. Destacó el sobrero.

Morante de la Puebla (verde fosforito y azabache): pitos y dos orejas.

Julián López “El Juli” (caldera y oro): ovación con saludos tras petición y ovación.

Manuel Perera (purísima y oro): ovación y vuelta al ruedo tras petición y aviso.


Sevilla toca fondo

En las últimas ferias, los viernes se habían convertido en todo un espectáculo. Un día de triunfo asegurado y, tal y como va la el ciclo, la Puerta del Príncipe tenía todos los alicientes para abrirse. Aún recordamos el último viernes abrileño en la que Pablo Aguado se alzó como revelación. Fue unánime y rotundo. Lo de hoy en cambio ha sido de pena. Sevilla ha tocado fondo. Ya no existe el silencio y ni el respeto del público maestrante. Y mucho menos el conocimiento del que gozaban. Ahora los tendidos se han llenado de una generación que ocupa su asiento con un gin-tonic, que recarga en varias ocasiones durante el festejo, y que busca la mejor pose para su foto de Instagram. No les interesa la rigurosidad ni el rito. La suerte suprema para ellos no significa nada. Y encima parece que ni se enteran realmente de lo que pasa en el ruedo. Que les ponen delante caviar y se quedan con el chóped. En medio de todo este entablado hay otro problema. El palco presidencial, que debe ser el encargado de poner orden y en valor lo que acontece en el ruedo, utiliza varias varas de medir incluso en un mismo festejo y con un criterio de plaza de pueblo.

Emocionante fue el inicio de faena de Roca Rey al tercero por estatuarios inmóvil pasándoselo por la espalda. “Comilón” tuvo calidad y clase. El peruano lo citó desde largo y lo templó en las telas con la diestra. Por el pitón izquierdo le costaba mal, pero consiguió muletazos profundos bajándole la mano. Firmó con bernardinas ajustadísimas. Se tiró matar y dejo casi media estocada. El público pidió con fuerza la primera, que por ley se la debe de dar el presidente. La pañolada continuó insistiendo en un segundo trofeo. Aquí fue cuando erró y desató los sucesos posteriores. Su generosidad fue su penitencia.

La Puerta del Príncipe se le resiste a Andrés. La acaricia pero no remata. Se fue a los medios, echó rodillas en tierra y espero al Cuvillo con un cambio por la espalda. Duró un suspiro y se pegó un arrimón con un toro sin alma, pero lo que lo terminó volteando. Mató de una estocada y le pidieron la oreja. Después de lo anterior, el palco decidió que no había sido una faena merecedora del premio, que más allá del apéndice, era el que le permitía salir en volandas. La pregunta es, ¿por qué no tuvo ese criterio toda la tarde? Fue muy triste ver cómo ese público descrito con anterioridad lanzaba almohadillas al ruedo. Curro Romero vivía esas situaciones hace 30 años. Pero aquello eran broncas toreras y no un insulto a Sevilla.

La tarde comenzó con Morante parando el reloj del coso del Baratillo con el capote. Las campanas de la Catedral sonaban de fondo como si anunciaran que pasaría algo. ¿Y si fuese esta tarde? Muchos se lo pregunta cada día que torea José Antonio  en Sevilla. Cuatro Puertas del Príncipe en lo que iba de Feria y que aún se le resiste al de la Puebla del Río. El inicio fue bueno. Se llevó para fuera al toro con mucha torería. Los primeros compases fueron buenos, pero todo decayó demasiado pronto porque al Cuvillo le faltó empuje.

En el cuarto, quitó con bellos lances. Morante  homenajeó a Pepe Luis con el cartucho de pescao para ligar con dos naturales a cámara lenta. De esos que se perpetúan en el tiempo. Hubo pasajes de toreo excelso. Pronto se rajó y se fue a tablas, donde continúo enroscándose al toro. Metió una estocada trasera y cortó una oreja. No, no hubo petición para la segunda.

Juan Ortega saludó al segundo bis con lances encajados que no pudo rematar porque el toro le piso el capote. Apretó en varas y José Palomares aguantó y picó bien. Para el segundo encuentro, lo llevó galleando con chicuelinas de bella estampa. Replicó Roca Rey por chicuelinas y tafalleras muy jaleadas. Inició la faena muy templada por bajo con la pierna genuflexa y pase de pecho largo. La primera serie fue aún con más despaciosidad y con sabor. Tuvo calidad el sobrero pero se vino abajo de momento. Mató de una buena estocada.

Ortega se fue de la Feria sin puntuar. Eso sí, dejó detalles de toreo caro. Su último toro no tuvo transmisión y tampoco quiso romper hacia adelante. Volvió a matar de una estocada.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Feria de Abril. Cartel de “No hay billetes”. Toros de Núñez del Cuvillo bien presentados y de juego desigual.

Morante de la Puebla (nazareno y oro): silencio tras aviso y oreja.

Juan Ortega (verde y plata): palmas y silencio.

Roca Rey (azul y oro): dos orejas y dos vueltas al ruedo tras petición.


Una breve historia

Después de tantas tardes continuadas de triunfos y triunfalismos, la de hoy se hizo muy cuesta arriba. Fue uno de esos días de comer pipas para no aburrirte. Salvo un goteo de toreo puro de Urdiales y una faena que rozó la oreja de Ureña, poca historia destacable sucedió para narrar.

Abrió plaza un toro falto de raza con el que Urdiales dejó detalles muy artísticos. Hubo par de naturales con verticalidad y torería. Rápido se rajó y se fue a por la espada.

Bellísimas y con despaciosidad fueron las verónicas que le dibujó Diego de recibo al cuarto. El riojano estuvo muy de verdad con el de García Jiménez, aunque no le permitió ser rotundo. “Filosofo” fue incierto en muchas ocasiones. Construyó la faena a base de tesón hasta alcanzar unos naturales de bello trazo. Sentenció con una estocada.

El segundo fue un toro con bravura y fijeza al que había que hacerle las cosas bien para que no protestara en la muleta. Cayetano tuvo pasajes de destacables, especialmente al natural. Se mostró seguro pero no terminó de cuajarlo para que la plaza estallara. Enterró los aceros hasta los gavilanes y hubo petición pero no fue atendida.

El quinto fue un mansito con el que Cayetano estuvo de más de menos porque siempre marcó su tendencia rajarse. El inicio fue bueno con la diestra por donde no le obligó. Pero tan solo quedó todo en esas dos tandas, ya que en la tercera le obligó y se fue a tablas.

Paco Ureña saludó al encastado primero por verónicas ganándole terreno. Aunque le hizo las cosas bien, no terminó de encontrar el lucimiento al perder continuamente las manos. Expuso mucho ante una embestida irregular hasta que fue volteado feamente. Como epílogo, plasmó una buena serie que tuvo mucha emoción. Cuando se disponía a matar, escuchó el primer aviso. El animal tardó en caer y sonó un segundo.

Con el que cerraba plaza estuvo muy firme. El de Matilla tenía comportamiento noblote e irregular. Por el pitón derecho hubo más acople y  dibujo varias series con temple. El natural se mostró asentado con un animal ya más parado. Mató de una estocada y le pidieron la oreja pero el presidente no se la concedió.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril. Más de media de entrada. Toros de Hermanos García Jiménez de escaso juego.

Diego Urdiales (verde y oro): silencio y ovación.

Cayetano (rosa y oro): ovación con saludos tras petición y silencio.

Paco Ureña  (catafalco y oro): ovación tras dos avisos y ovación tras petición. 


 Y ya van 7

El binomio Garcigrande y El Juli es sinónimo de éxito. Quién no recuerda aquel 16 de abril de 2018 cuando junto a “Orgullito” hicieron historia. Los aficionados de Sevilla no han olvidado aquella tarde y por eso ya había un runrún en los tendidos presagiando un triunfo grande.

Esos que dicen que abrir cartel en la Maestranza es un hándicap es porque no saben de lo que es capaz Julián. Reventó la plaza en el primer toro con total facilidad. Dejó detalles muy toreros en el recibo de capa a este animal para después quitar por chicuelinas templadas. Hasta la misma boca de riego se fue a iniciar la faena de muleta. Juli lo condujo con mucha suavidad y con su técnica prodigiosa logró que “Ofiverde” rompiera hacia adelante. Por el pitón izquierdo lo toreó con mucha naturalidad. Le siguieron tandas por la diestra con muletazos larguísimos por abajo aprovechando la humillación del animal para terminar enroscándoselo en la figura. Mató de una estocada algo trasera y paseó las dos orejas.

La Puerta de los sueños la tenía entreabierta. ¿Quién iba a poder detener al Juli? "Etrusco" salió distraído y le costó fijarse en el capote. El de Velilla de San Antonio volvió a irse al centro del platillo a por él para instrumentarle un ramillete de verónicas. Allí comenzó también la faena de muleta en redondo con la rodilla en tierra y un cambio de manos con el que paró el tiempo e hizo sonar la música. Fue el propio Julián  el que le imprimió ritmo y hondura a los muletazos. Al natural lo llevo cosido a las telas. El público estaba con el corazón en vilo esperando la estocada. El primer intento fue fallido, pero al segundo la dejó, poblándose los tendidos de pañuelos.

El Juli conseguía su séptima Puerta del Príncipe convirtiéndose en el torero qué más veces ha salido en volandas de la Maestranza.

Manzanares se estiró a la verónica para saludar al segundo. "Napolitano" fue un toro con genio que tenía un buen pitón derecho por el que humillaba y  tenía clase, mientras que por el izquierdo era más sosito. José Mari intentó domeñar la embestida en las primeras series con la diestra. Avanzada la faena, fue cogiéndole el ritmo. La última serie fue la más rotunda, rematada con un largo pase de pecho. Algo poco habitual en él, pero en está ocasión falló varias veces con los aceros.

Con el quinto Manzanares no se sintió a gusto al principio de la faena. Basó su labor por el pitón derecha dejando detalles. La última serie, antes de irse a por la espada fue la de mayor intensidad. La música sonó en ese momento, obligándole a instrumentar otra más. Metió la espada y cortó la oreja.

Pablo Aguado recibió al tercero con templados lances a "Ingrato", que hizo honor a su nombre. El tercio de varias fue complicado y la lidia desastrosa. El de Garcigrande tuvo una embestida informal e hizo cositas de mansito. El sevillano se mostró voluntarioso. Al final terminó por rajarse y con la espada se atascó.

Con el que cerraba plaza lo bordó con el capote. Hubo un lance con una gran despaciosidad. Los primeros compases de la faena estuvieron cargados de torería. Aguado  lo intentó pero se topó con un mansito que le impidió que su labor levantara vuelo.


Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería. Feria de Abril. Cartel de "No hay Billetes". Toros de Domingo Hernández (1°, 2° y 6°) y Garcigrande (3°, 4° y 5°) bien presentados, destacando primero y segundo. 

Julián López "El Juli" (frambuesa y oro): dos orejas y oreja.

José María Manzanares (burdeos y azabache): silencio tras aviso y oreja.

Pablo Aguado (sangre de toro y azabache): silencio tras aviso y ovación.

 Incidencias:  Saludaron en banderillas Mambrú e Iván García.


Y queda una para San Miguel "Patatero"

A las seis y media de la tarde, puntual como el rito taurino, volvió a aparecer la lluvia sobre el coso del Baratillo. Dicen que bajo la lluvia surgen grandes faenas y triunfos. Ayer lo vivimos. La gran diferencia fue que Victoriano del Río  llevó un encierro interesante, con matices y con tres toros destacados. De la corrida de Juan Pedro no podemos decir lo mismo. No se ha salvado ni uno del desastre. Y en cuanto los de Parladé, algunos pensarán que mejoró la cosa al ver el resultado de los espadas. Álvaro Lorenzo y Ginés Marín cortaron un trofeo cada uno, incluso al primero le pidieron el segundo. El problema está en el valor que le otorguemos a estos apéndices (con mayor incidencia en el de Lorenzo) si contextualizamos que se trata de la Maestranza.

Algo que echamos de menos la tarde de la Puerta del Príncipe de Daniel Luque es su buen toreo de capote. Hoy sí pudimos disfrutar de él cuando recibió al primer Juan Pedro. El torero de Gerena estuvo por encima de su oponente. Se mostró muy firme e incluso templó a un animal que embestía con la cara alta y que estaba falto de bravura. En el epílogo se acabó metiendo entre los pitones de “Sabalero”, al que mató de un buen espadazo.

No pudo refrendar tampoco el éxito de su anterior compromiso con el cuarto toro. Lo que sí volvió es a dar una lección de raza y entrega. El astado no le regaló ni una embestida. Luque se la jugó a carta cabal pegándose un auténtico arrimón como si fuera un torero que empieza necesitado de triunfo. Metió la espada y hubo petición de oreja.

Álvaro Lorenzo tuvo el bonito gesto de brindar a sus dos compañeros de cartel el segundo de la tarde. El problema fue que “Tinajero” era un toro bruco y desclasado. Tomaba la muleta soltando la cara y echando las manos por delante. El toledano sorprendió a base de temple, especialmente al natural, por donde tenía más clase. Plasmó una faena meritoria que no terminó de calar por la falta de transmisión del animal.

El de Parladé dio esperanzas para que remontara la tarde. Álvaro Lorenzo es un joven torero con proyección necesitado de un triunfo en una plaza importante para engancharse a las ferias. De momento, en Sevilla dejó detalles, aunque sin llegar a rematar, y está anunciado en Madrid. Se encontró con “Puntero”, un toro con fijeza y humillación por el pitón derecho. El inicio de faena por bajo y con hondura tuvo mucha vibración, haciendo incluso sonar la música. Esos pasodobles de los que nos están privando demasiado esta Feria por el criterio del director de la Banda de Tejera. La emoción decayó pronto cuando toreó al natural, ya que por ahí el toro no era igual. Y aún así la música continuó. Las bernardinas finales y la estocada hicieron que el público volviera a caldearse y pidiera la oreja.

Ginés Marín se topó con un Juan Pedro imposible para el triunfo. Sin fondo y deslucido. Estuvo voluntarioso pero no pudo lucirse.

Ginés estuvo por encima del Parladé que cerró la tarde. Estuvo inteligente en la elección de los terrenos y en la construcción de la faena. A diferencia de su hermano anterior, este no fue nada fácil y tampoco estaba sobrado de casta. Tragó mucho el extremeño porque el animal salía desentendido del muletazo. Marín estuvo dominador y en cuanto su oponente se sintió podido se quiso ir a tablas. Fue precisamente ahí donde lo pulseó conduciéndolo al natural. Firmó la labor por bernardinas junto a una estocada que le valieron para cortar la oreja.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril. Más de media entrada. Toros de Juan Pedro Domecq y Parladé (5º y 6º) bien presentados, deslucidos en general.

Daniel Luque (blanco y oro): ovación con saludos tras petición y ovación con saludos tras petición.

Álvaro Lorenzo (gris plomo y oro): silencio y oreja.

Ginés Marín (nazareno y oro): silencio y oreja.

 

Se llama Tomás Rufo y ya es torero de Sevilla

En la mañana sevillana había reinado el sol. Cuando trenzó el paseíllo la terna, la Maestranza se tornó gris y una lluvia torrencial se hizo protagonista. Entre el tumulto y la algarabía que se adueñó, se escuchaba una misma pregunta: “¿Quién es ese Tomás Rufo? Nunca lo he visto”. Pues miren, les cuento quien es.

Tomás Rufo es un torero que tiene cualidades para ser uno de los elegidos a ser llamados figura del toreo. Dejó detalles de su buen toreo con el capote en el saludo al tercero. Su carta de presentación había sido un quite por chicuelinas al toro anterior de Roca Rey. Tomás dejó patente desde el primer minuto que tenía motivos suficientes para estar anunciado Sevilla. Desde la primera tanda caló en los tendidos. Dibujó muletazos con temple y hondura por la diestra. Al natural, bajó el vuelo de la faena porque el de Victoriano del Río no respondía igual. Se tiró a matar de verdad. Enterró la espada hasta la empuñadura y dejó rodado al astado. Los pañuelos florecieron y cortó una oreja.

Pero no acabó todo aquí. Lo mejor del chico desconocido de Talavera de la Reina estaba por llegar.

Bajo ya el sol brillando, Tomás Rufo cinceló verónicas a cámara lenta rematadas con una media extraordinaria. Colocó con mucha elegancia y temple al toro en el caballo. Se fue a brindar con un público que estaba muy con él. Rufo es un torero con un gran sentido del temple y buen conocedor de los terrenos. Se encontró con “Jaceno”, un torero con clase y humillación. Tomó la muleta con la zurda y selló naturales largos y templados. Lo llevó metido, tapándole la salida porque siempre miraba para irse a tablas. Con la diestra también firmó muletazos de calidad. Supo aprovechar hasta la última embestida. El runrún estaba ya en el ambiente y él era conocedor que una estocada le daría la llave para abrir la puerta de los sueños. Se tiró a cara o cruz. Entonces se vivieron momentos angustiosos al ser cogido. Sus compañeros se lo llevaron para dentro, pero volvió a salir al ruedo y volvió a tirarse con todo a matar. Tras una estocada, de nuevo certera, la Maestranza se llenó de pañuelos y gritos de “¡torero!”. Por la presidencia asomaron los dos pañuelos. La Puerta del Príncipe era un premio de ley. 

Tomás Rufo entró en la plaza siendo un desconocido para muchos y salió siendo torero de Sevilla.

Pero hay mucho más que contar, porque ese torero que sí conocía todo el mundo, El Juli, proyectó una gran dimensión e, incluso, dio una lección magistral.

Cuando Julián saludó por verónicas al que abrió plaza, los asistentes estaban intentando refugiarse. Después del tercio de banderillas, el toro se quedó junto al tendido 11. Hasta allí se fue y doblándose con él se lo llevó hacia fuera. El viento molestaba en esos terrenos, descubriéndolo en más de una ocasión.  El de Victoriano del Río estaba falto de casta y era sosito, pero Juli lo terminó metiendo en la muleta. Lo empujó hacia adelante y hubo varias series meritorias. Entró a matar cuando por el horizonte se dibujaban los relámpagos, pero falló con los aceros. 

El cuarto salió sueltecito. El Juli se fue a por "Forajido" al centro del platillo para instrumentarle un ramillete de verónicas. Quitó por chicuelinas a pies juntos. El lío ya se olía desde el tercio de banderillas. Julián  aguardaba ansioso a que terminaran con la montera en la mano. Pinceló una faena de mando y temple. Toreando para él. Desmayado. Cimentó la obra en unos pocos terrenos, en los que la inició toreando en redondo con la pierna genuflexa. Después de eso, brotaron muletazos profundos con despaciosidad. Le bajó tanto la mano que acarició el albero con la muleta. Era una faena de dos orejas, lástima que la espada cayera trasera y solo paseara una.

El otro torero de la terna y querido en Sevilla, Roca Rey, estuvo también a punto de cortar oreja.

“Ebanista”, que saltó al ruedo en segundo lugar, fue veloz al caballo de José Manuel Quinta, donde empujó en las dos ocasiones. A dos pies e inmóvil esperó al toro. Puso al público en pie con un pase cambiado. Se mostró muy firme sacando muletazos de uno en uno, pero sin terminar de romper. Lo hizo con una serie en redondo con la diestra que fue la más rotunda. El toro se rajó y optó por el arrimón. Concluyó por bernardinas. Tenía cortada la oreja pero el toro tardo en caer.

A la salida del quinto, después de ver las orejas de sus compañeros, Roca Rey no quería dejarse ganar la pelea. “Duende”, otro animal de famosa reata en esta ganadería, embestía humillando pero tenía muchas teclas. Fue una faena con altibajos. Las cotas más altas fueron al final cuando le apretó con la izquierda. El remate por luquesinas con una quietud inquebrantable tuvo mucha emoción. Dejó una estocada desprendida que precisó de verduguillo y perdió otra posible oreja.

Qué diferente hubiera sido ver a los de Victoriano del Río con esta terna sin la lluvia.  

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Feria de Abril. Cartel de "No hay Billetes". Toros de Victoriano del Río bien presentada y de buen juego en general. 

Julián López "El Juli' (azul azafata y oro): silencio y oreja.

Roca Rey (tabaco y oro): ovación con saludos y  ovación tras  dos avisos.

Tomás Rufo (rioja y oro): oreja y dos orejas.

Incidencias: Fue ovacionado el picador José Manuel Quinta en el segundo.


Ferrera emociona con "Pobrecito"

El sábado del pescaíto la Maestranza acogía una corrida de toros puramente extremeña. Por el percance sufrido de Emilio de Justo en Madrid, se quedó el mano a mano de los Victorino entre Antono Ferrera y  Miguel Ángel Perera.

“Pobrecillo” saltó al ruedo en primer lugar entre bajo una ovación. Ferrera lo esperó con un capote azul de seda para torearlo a la verónica. Espectacularidad y torería se vivió en el tercio de banderillas de José Chacón y Fernando Sánchez. Con la pierna genuflexa y con temple se lo llevó hacia los medios. El extremeño se echó la muleta a la zurda y pegó una buena primera tanda con muletazos largos. Quiso llevarlo siempre metido en la muleta pero le faltó empuje. Por el lado derecho se quedaba corto y cabeceaba. Sabía que la faena no podía alcanzar altos vuelos y acabó metido entre los pitones.

El tercio de varas del tercero duró demasiado. Desde lejos colocó Ferrera a “Director” para que fuera al caballo, pero no quiso ni verlo. Se fue al mismo centro del ruedo para intentar hacerle faena. Lo cuidó mucho, dándole sus tiempos. Cuando cogió la muleta por el pitón izquierdo, embistió más reunido. Antonio les imprimió temple y hondura a los naturales. Le puso todo hasta la chispa que le faltó al toro. Entró a matar con su peculiar estilo de llegar andando. Enterró los aceros hasta dentro sin que le ayudara el animal.

Al quinto lo recibió con una docena de verónicas en las que “Pobrecito”, hijo de “Cobradiezmos”, metió la cara con humillación, ritmo y clase. El tercio de varas tuvo mucha emoción. Se fue de largo al caballo empleándose. Ferrera invitó a Joaquín, jugador del Betis, a salir al ruedo para brindarle la faena. El Victorino era de lío indudablemente y el extremeño fue a por todas. Estuvo entregado toda la tarde, pero con este toreó con una expresión dormida. Sonó pronto el pasodoble de Dávila Miura que acompañó una faena de bella factura. Lo cuajó por ambas manos. Con la diestra, hubo series de con muletazos estéticos. Siguieron naturales con mucha profundidad. Hubo uno con el que remató y paró el tiempo. Quiso entrar a matar con su ya comentada peculiar suerte pinchando y siendo prendido. Al segundo intento, mientras sonaba el primer aviso, entró la espada. “Pobrecito”, otro buen toro de Victorino, caía rodado mientras la emoción se reflejaba en la cara de Antonio. El presidente solo concedió una oreja mientras el público le pedía la segunda. Entre tanta confusión, se olvidó en sacar el pañuelo azul y Ferrera dio dos vueltas al ruedo.

Miguel Ángel Perera no tuvo la suerte de su lado. “Mosquetón” fue un Victorino que acusó la falta de raza desde que salió. Miguel Ángel Perera no pudo hacer nada frente a un animal que llegó parado al último tercio y optó por abreviar.

Al igual que sus hermanos anteriores, a “Portezolano” le faltó casta y transmisión. Perera pretendió tirar de él hacia adelante pero tenía una embestida bobalicona que causaba de todo menos miedo.

Miguel Ángel Perera al final pudo redimirse con el sexto. “Buenacara” era otro ejemplar con buenas cualidades. Lo pulseó y lo templó desde la primera serie. Cuando estaba en el apogeo de su faena fue cogido de fea manera por la espalda. Se repuso y continuó en la cara del animal. Por el pitón, izquierdo le costaba más pero terminó montándose encima de él. Mató de una estocada y el público le pidió la oreja pero todo quedó en una ovación.

  

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla. Feria de Abril. Tres cuartos de entrada. Toros de Victorino Martín, bien presentados, de juego desigual, destacando el 5º toro.

Antonio Ferrera (blanco y oro): silencio tras aviso, vuelta tras petición y oreja tras petición y dos vueltas al ruedo.

Miguel Ángel Perera (grana y oro): silencio, silencio y ovación tras petición.

Incidencias: Saludaron José Chacón y Fernando Sánchez tras banderillear al primero.


Entre delirios y obnubilaciones

La expectación era máxima. Se había colgado cartel de “No hay Billetes”. Era una terna muy del gusto de Sevilla y la Maestranza estaba en todo su esplendor un viernes de preferia. Pero había algo extraño en el ambiente, que ya se palpó en la entrada desordenada y vociferante al coso. Pero lo más llamativo fueron las varas de medir tan diferentes e inexplicables que tuvieron con los tres diestros.

Morante recibió al que abrió plaza con un ramillete de verónicas en los medios que incendió a la plaza. Con mucha torería lo colocó galleando en el caballo. El quite fue toda una estampa antigua. Un recuerdo y homenaje a Reverte, que el día anterior habría celebrado el 104 aniversario de su nacimiento. Con sus medias blancas como las del diestro de Alcalá del Río, recogió el capote para volverlo a poner en el caballo por revertinas. Detalles de Morante que para el aficionado de verdad no pasaron inadvertido. El de Vegahermosa no estaba sobrado de fuerzas pero tenía clase. Comenzó la faena junto a tablas con ayudados por bajos con mucho gusto. La primera serie con la diestra estuvo cargada de estética. Se lo llevó entre las dos rayas de picar y con una banderilla en la mano izquierda, dio una serie en redondo llevándolo largo. Lo intentó al natural por donde llevaba la cara a media altura. José Antonio no se dio por vencido y le instrumentó una segunda tanda al natural bajando le la mano. En esos momentos, con la faena ya en los últimos compases, Tejera alzó la batuta, algo que nadie entendió. El público se enfadó y le recriminó la falta de sensibilidad. Concluyó con media estocada. La oreja no la paseó Morante, en esta ocasión, no porque el presidente no tuviera criterio. Estuvo acertado porque la petición no fue unánime. ¿El motivo? Lo desconocemos y más con los sucesos que transcurrieron más tarde.

A José Antonio no le gustó el cuarto. Se quejó desde la salida, haciendo gestos como si tuviera su oponente algún problema de visión. Más allá de esta posible dificultad, fue un toro sosito y mansito. El de la Puebla lo probó y tras ver que no había nada que sacar se fue a por la espada.

Diego Urdiales saludó a su primero por verónicas ganándole terreno hacia los medios. El Jandilla andaba floijto, perdiendo las manos incluso en el peto. Con pocas expectativas y con los tendidos contrariados llegó al último tercio. De hecho, no supieron esperarlo y tuvo que irse a por la espada ante los improperios de algunos aficionados.

El quinto salió distraído y huidizo hasta que lo paró Urdiales con el capote. Estaban siendo recibo con verónicas templadas hasta que el toro lo deslució al clavar los pitones en el albero. Brindó el riojano a Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía y a Joaquín, jugador del Betis, que compartían burladero. Con mucha suavidad lo condujo en los primeros pasajes. Fue todo espejismo porque el Jandilla duró un suspiro. Aún así, Diego dejó muletazos cargados de naturalidad y estética.

De la frialdad incomprensible que tuvo el público con Morante y Urdiales, pasó a la obnubilación por Manzanares.

El alicantino imprimió temple en el saludo de capa, al igual que en quite por chicuelinas. “Tántalo” se arrancó con prontitud a las telas. Fue un toro exigente y con emoción. José Mari tomó la diestra ligando en una primera serie. Al natural, la faena se apagó. Mención aparte merece el estoconazo que le recetó.

Cerró la tarde el mejor toro del encierro de Jandilla, al que Manzanares recibió con el capote en corto con suavidad. Paco María fue ovacionado por dos buenos puyazos que ejecutó. Con humillación y transmisión tomaba la muleta llevándolo cosidito en la primera seria, estallando en clamor la plaza. Fue el mejor pitón de “Zafia” y en el que basó la faena, pero le faltó terminar de exprimirlo. Hubo muletazos con despaciosidad y elegancia. Al final, se fue hacia la puerta de chiqueros, donde entró a matar recibiendo. Enterró casi media espada que fue efectiva y el público le pidió la oreja.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Cartel de “No hay billetes”. Toros de Jandilla y Vegahermosa (1°) bien presentados y de juego desigual. Destacaron primero y el sexto.

Morante de la Puebla (catafalco e hilo blanco): ovación con saludos tras petición y aviso y silencio tras aviso.

Diego Urdiales (verde y oro): silencio y ovación con saludos.

José María Manzanares (nazareno y oro): ovación y oreja.

Incidencias: Saludaron en banderillas Daniel Duarte en el tercero y Mambrú en el sexto. El picador Paco María fue ovacionado tras la suerte de varas del sexto.


En el nombre de José Moya

José Moya creó su ganadería con ilusión, trabajo y constancia. Valores que ha transmitido a su hijo Javier y que compartía con Rafael Molina. Don José, Pepe para todos los amigos, soñaba con el debut de sus toros en Sevilla. Hoy lo ha visto desde el ruedo celestial. Seguro que con expectación y nervios; con miedo y sufrimiento por algunos toros; con orgullo por otros; y con emoción al ver la Puerta del Príncipe de Daniel Luque.

El absoluto protagonista de la tarde ha sido el torero de Gerena. Podríamos destacar sus tres orejas o su ya nombrada y lograda Puerta del Príncipe. Pero eso son solo adornos. Lo verdaderamente importante fue la dimensión de torero grande y cómo ha cuajado a sus dos toros.

Su primero fue muy complicado en los primeros tercios. Llegó a la muleta con incertidumbre y malos presagios, pero se topó con un Luque entregado. Lo vio muy claro desde el principio. Cogió la muleta con la diestra con seguridad y se la echó a media altura para plasmar una primera serie con rotundidad. Fue sometiéndolo con mando en las siguientes tandas. En la cuarta, el toro por el izquierdo lo levantó por el pecho de manera angustiosa. Se recompuso y volvió al derecho para seguir y extraer muletazos meritorios. Tenía una espinita clavada y con valentía Daniel optó por torear al natural para rematar la faena. Dejó un estoconazo y cortó una oreja de mucho peso.

Salió a matar Luque el sexto tras ser atendido en la enfermería de un varetazo en el costado derecho. Con firmeza el de Gerena se puso delante del animal para dibujar una serie en redondo que arrancó olés rotundos y la música comenzó a sonar. Estuvo poderosísimo, plasmando series largas con muletazos de gran profundidad. Lo cierto es que “Jurista” no fue un toro fácil pero sí con emoción. Eso junto al estado de gracia en el que se encuentra Daniel formaron un tándem de triunfo. Culminó con su popular luquesina y un espadazo. Asomaron los pañuelos. Dos orejas de ley que recogió emocionado.

Antes de todo ello, Perera cortó una oreja del segundo de la tarde, que fue ovacionado en el arrastre. Quitó por chicuelinas con las zapatillas enterradas en el albero. Replicó Daniel Luque con un ceñido quite por gaoneras. Muy templado y con mando inició la faena el extremeño. “Dulzón” se arrancaba a la muleta galopando con mucha humillación por el pitón derecho. El extremeño ejecutó la faena en un palmo de terreno llevándolo cosido. Por el pitón izquierdo, salía más desentendido. La faena llegó a su punto culmen en la última tanda en redondo con la muleta muy baja. Miguel Ángel metió la espada. El de El Parralejo demostró su bravura aguantando en pie. El público aguardó su muerte con respecto.

El quinto fue devuelto al lastimarse en la salida.  Perera estuvo firme frente a un astado de embestida informal pero sin llegar a levantar vuelo. Mención aparte merece su cuadrilla, especialmente Curro Javier y Javier Ambel.

Completaba la terna El Fandi, que no tuvo mucha suerte. Galleando se llevó al caballo al que abrió plaza. En banderillas, volvió a deleitar al público maestrante. En estos primeros tercios, el toro parecía que tenía cualidades para posibilitar el triunfo, pero poco a poco se fue complicando. De rodillas inició frente al tendido 6 la faena para llevárselo fuera de las rayas de picar. Pronto se fue a las telas, pero no fue muy franco con su embestida. David se empleó a fondo para intentar domeñar al animal. En un pequeño descuido dio un feo pitonazo en la boca.

Con el cuarto, El Fandi puso hasta cuatro pares de banderillas.  Fue un animal irregular. El granadino tiró de técnica pero la faltó coger ritmo a la faena.


Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Segunda corrida de la Feria de Abril. Media entrada.

Toros de El Parralejo, el quinto como sobrero, desiguales de presentación y juego.

El Fandi (azul y oro): silencio y ovación.

Miguel Ángel Perera (nazareno y oro): oreja tras aviso y ovación tras aviso.

Daniel Luque (verde hoja y azabache): oreja y dos orejas tras aviso.

Incidencias: Saludaron en banderillas a Curro Javier tras banderillear al segundo y Javier Ambel en el quinto.

Parte médico de Daniel Luque: "varetazo en el hemitórax derecho a nivel de 5º - 6º costilla. Dolor a la palpitación en región costal derecha. Auscultación torácica sin hallazgos patológicos. Exploración de la rodilla izquierda sin hallazgos patológicos, con buena movilidad. Se recomienda estudio radiológico y tratamiento con analgésico y antiinflamatorios".



 Garrido y Cadaval ilusionan con un encierro notable de Santiago Domecq

La Feria comenzaba con un cartel que apostaba por tres jóvenes toreros con proyección, pero que por diferentes avatares no han logrado aún colocarse en el circuito. Tenían hoy la oportunidad de demostrarlo ante un encierro de Santiago Domecq interesante, en el que han destacado varios toros de nota.

La tarde comenzó con mal pie. El primero se rompió el pitón al rematar en el burladero. El sobrero salió con motor, pero conforme pasaba la lidia se volvió reservón y con una embestida deslucida. Lo único bueno que tuvo fue la humillación. Garrido estuvo muy firme y valiente. Pese a tenerlo todo en contra, hizo un verdadero esfuerzo. Porfió con una faena larga, lo que fue en su contra a la hora de entrar a matar. Cuando se perfilaba, sonó el primer aviso y luego erró con los aceros.

Caótico y complicado fue el tercio de banderillas al cuarto de la tarde. Garrido fue a por todas la carta que le quedaba. Inició la labor de rodillas entre las dos rayas de picar toreando en redondo. Le dejó puesta la muleta en el hocico del animal, llevándolo largo. “Gracioso” embestía por abajo con mucha transmisión y yendo a más, sobre todo por el pitón derecho. José puso alma y entrega. Lo cuajó de principio a fin. Le cortó una oreja de peso tras media estocada certera. Hacía tiempo que no veíamos este Garrido. Su mejor versión. La que ilusionó de novillero.

A la salida del tercero comenzó a llover bajo un sol reluciente. Tal vez fue una premonición, ya que dicen que bajo la lluvia se fraguan buenas faenas. “Chismoso” fue precisamente la chispa que prendió la tormenta. Fue un toro bravo, con ritmo y clase. Se arrancó al caballo con alegría empleándose. Garrido realizó un quite sobresaliente por chicuelinas imprimiendo barroquismo. Cadaval, conocedor de todas las posibilidades que le ofrecía su oponente, lo sacó al centro del platillo con despaciosidad. Fue un toro exigente que se venía de largo a las telas de Alfonso. Comenzó a ligar muletazos por bajo de mucho calado en los tendidos. Fueron series justas en medida, de cuatro muletazos y el remate. Por el izquierdo, bajó un poco el diapasón y volvió a la diestra para terminar de exprimirlo. Se tiró a por todas a matar y dejó una estocada arriba y cortó una oreja.

Garrido no dejó pasar ni una e instrumentó un quite con mucha personalidad en el sexto. Tuvo el bonito gesto Alfonso de brindarle el toro a su tío Jorge Cadaval. El de Santiago Domecq estaba justito de fuerzas pero era noble y con buen fondo. Lo esperó y le dio sus tiempos. Hizo un esfuerzo pero no terminó de acoplarse a tu oponente. Pese a todo, Cadaval dio la cara en la que es su quinta corrida como matador de toros desde que tomara la alternativa en el San Miguel de 2018.

La suerte no estuvo en las manos de Galdós. Recibió al segundo por verónicas llevándoselo a los medios mientras el viento cimbreaba el capote. Remató con una media muy estética. “Altacumbres” llegó al último tercio muy apagado. Aguantó una colada muy fea al inicio de faena por el pitón derecho, así que decidió basar su faena en el otro pitón. Poco pudo hacer con un toro que se quedaba corto y optó por abreviar.

Tras ver cómo su marcador estaba a cero y sus compañeros ya habían sumado, Galdós se fue a recibir al quinto a portagayola. “Fenómeno” se arrancó y empujó en el caballo. En la muleta, fue un astado con muchas teclas. El peruano se esforzó pero no encontró el lucimiento.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería. Primera corrida de la Feria de Abril. Tercera de abono. Un tercio de entrada. Toros de Santiago Domecq, el primero como sobrero, bien presentados y desigual juego. Destacaron 3º y 4º.

José Garrido (azul marino y oro): palmas tras aviso y oreja

Joaquín Galdós (tabaco y oro): palmas y ovación.

Alfonso Cadaval (azul azafata y oro): oreja y ovación.

Incidencias: Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del arzobispo emérito de Sevilla,  Don Carlos Amigo Vallejo.



Feria de Olivenza


Manzanares pone el broche de oro con un notable toro de Cuvillo

La Feria de Olivenza concluía colgando de nuevo el cartel de “No hay Billetes”. A pesar del tirón de taquilla que tiene Roca Rey junto una figura que nunca defrauda como José María Manzanares, es indudable que Morante y sus dos tardes era uno de los atractivos de la Feria.

Abrió plaza un toro colorado al que Morante saludó a la verónica. Parecía que iba a resarcirse de la tarde anterior, pero a su oponente le faltó fuerza y transmisión. Basó la faena por el pitón derecho por donde dejó muletazos de bello trazo. Por el izquierdo, le costaba más. Mató de una estocada.

Tuvimos que esperar a su último cartucho para ver la mejor versión de su toreo. No fue la faena con la que todos soñaban, pero estuvo torero y valiente. Sí hubo una serie de mucha enjundia con un animal al que le faltó casta. Con el toro venido a menos, dejó algunos detalles junto a tablas. Lo sentenció con un pinchazo y una estocada y cortó una oreja.

A la salida del segundo el público empezó a estar molesto. Vio como otra vez salía de chiqueros un toro falto de fuerza y casta. José María Manzanares lo cuidó mucho y a base de técnica logró algunos muletazos notorios plasmando elegancia. Tras la estocada se le pidió tímidamente la oreja.

El quinto fue el mejor toro del encierro. Manzanares lo supo ver desde el primer instante. Cogió la muleta con la zurda y dibujó naturales de mano baja. Le dio distancias y el de Cuvillo se arrancaba de lejos tomando la muleta por el pitón derecho con humillación y profundidad. Hubo pasaje con mucho temple en especial un cambio de mano. Concluyó dejando media estocada al entrar a matar recibiendo y un descabello y se llevó las dos orejas.

A diferencia de sus anteriores hermanos hasta entonces, el tercero se empleó en el caballo. Con mucha quietud por estatuarios comenzó a construir la faena Roca Rey. Domeñó su embestida llevándolo a media altura. Poco a poco el toro se sentía podido y comenzó a defenderse. Tras un pequeño susto en el que se mascó la tragedia, el peruano muy valiente se metió entre los pitones del astado. Se llevo la oreja tras matar de una estocada que necesitó de dos descabellos.

El sexto no le permitió acompañar a Manzanares a hombros. Estuvo muy predispuesto y entregado, brindando incluso el toro al respetable. Se topó con un mansito con peligro que no le regaló nada. Pinchó dos veces antes de meter la estocada.


Ficha del festejo:

Feria de Olivenza. Quinta de abono. No hay billetes. Toros de Núñez del Cuvillo bien presentados, destacando el 5º.

Morante de la Puebla (marrón y oro con remates azabaches): ovación con saludos y oreja.

José María Manzanares (azul marino y oro): ovación con saludos y dos orejas.

Roca Rey (Nazareno y azabache): oreja y silencio.

 

Publicado en PortalTaurino el 6 de marzo de 2022


Ferrera conquista Olivenza

Antonio Ferrera quiso celebrar el inicio de la temporada en la que cumple su 24 aniversario de alternativa encerrándose con seis toros de Victorino Martín, casualmente el día en el que hubiera cumplido su criador 93 años.

La mañana comenzaba con un momento muy emotivo. El público agradeció al diestro su gesta recibiéndolo entre aplausos. Ferrera invitó a su cuadrilla a saludar junto a él.

"Galapagueño" abrió la mañana yéndose al caballo en dos ocasiones desde el otro extremo de la plaza. Algo que ojalá fuera más habitual. Brindó a su padre colocado al lado de toriles. Antonio se fue fuera de las líneas de picar y tomó la muleta con la zurda. Extrajo dos series con despaciosidad y aprovechando la humillación del astado. Lo intentó por el derecho pero por ahí no iba igual. El toro se vino a menos pero volvió a plasmar otras dos series al natural antes de matar de una estocada.

Ferrera colocó a "Mucamo" también para que se arrancara al caballo de lejos. Estuvo correcto con un toro que flojeó en varias ocasiones y que aunque empujaba en la multa le faltó ritmo y clase. Por el pitón derecho fue por donde le dejó plasmar algunas series más notorias.

"Bárbaro" fue un toro muy esperado al ser hijo del mítico "Cobradiezmos" indultado por Escribano en Sevilla. La suerte de varas fue muy jaleada. Se arrancó de lejos al caballo dos veces empleándose. Por desgracia no hizo honor a su reata. El extremeño fue superior pero no pudo ser una faena lúcida con un toro con muchas teclas al que intentó atemperar una embestida irregular. Tras un pinchazo

El cuarto se rompió el pitón entero y el presidente lo devolvió. El problema llegó a la hora entrar en los chiqueros. No atendió a capote ni a cabestros, por lo que Ferrera le permitió a Álvaro de la Calle, que ejercía de sobresaliente, salir a estoquearlo. Mientras tanto, se detuvo en dejar algunos detalles muy toreros. Como sobrero salió "Verdadero". Un toro alto y de voluminosas hechuras. Ferrera tiró de técnica y acabó montándose encima de él.

En quinto lugar salió el toro de más peso con 578 kilos y que apretó en el caballo. El público pidió a Ferrera que pusiera banderillas y los complació con un par junto a sus banderilleros que puso en pie al público. La verdadera locura llegó después. Ferrera indultó un extraordinario y bravo ejemplar de Victorino Martín de nombre Madero que no se cansó de embestir. Ferrera se emborrachó de torear al natural con despaciosidad y humillando el astado. Terminó de reventar la plaza con una serie con la diestra mirando a los tendidos.

Parecía que no le quedaba nada por hacer al extremeño, pero cogió y se subió al caballo para picar al último. Repitió en banderillas junto a su cuadrilla. Llegó rajadito al último tercio y fue su querencia donde construyó una faena voluntariosa.

 

Ficha del festejo:

Feria de Olivenza. Cuarta de Abono. Matinal. Tres cuartos de entrada. Toros de Victorino Martín bien presentados y de desigual juego, el 4º como sobrero. El quinto de nombre Madero, nº 52, negro entrepelado, bragado y meano de 540 kilos fue indultado.

Antonio Ferrera (blanco y oro): oreja, ovación con saludos tras aviso, oreja, oreja, dos orejas y rabo simbólicos y ovación.

Publicado en PortalTaurino el 6 de marzo de 2022


El poder del Juli y el tempo de Emilio de Justo salvan el desastre de Zalduendo

El ambiente de Olivenza hoy era espectacular tanto dentro como fuera de la plaza. Los asistentes recibieron con un acalorado aplauso a los diestros que respondieron saludando. La primera corrida de la Feria anunciaba a una terna que causaba mucha expectación: Morante que está en estado de gracia; El Juli con su insaciable ansia de triunfo; y Emilio de Justo en la plenitud de su carrera. El problema es que el que manda es el toro y, en esta ocasión, los Zalduendo no fueron los mejeros compañeros para esta función.

El Juli paseó la única oreja de la tarde. Mantuvo en sus telas a su primero para saludarlo por verónicas. Con el quite por chicuelinas, calentó a un público algo frío y que no terminaba de encontrar su asiento, aún a estas horas. Lo sacó a los medios conduciéndolo por bajo. Fue un animal justito de raza y fuerza al que toreó con suavidad sin forzarlo. Por el pitón izquierdo era más brusco, pero consiguió plasmar una tanda. Finalizó por circulares y tras la estocada el trofeo cayó en sus manos.

Recibió Julián al quinto a pies juntos. El de Zalduendo se pegó una voltereta en el remate enterrar los pitones en el albero. En el centro del platillo planteó una faena de poder y entrega. Desde el principio le cogió la distancia y el ritmo. Dibujó muletazos de mucha profundidad por ambos pitones. El astado acabó rajándose y El Juli se montó encima de él. La espada fue la que le privó de salir a hombros.

El tercero, que también salió manseando, fue castigado en varas. El tercio de banderillas fue largo y complicado, llegado al último tercio con incertidumbre. Con prontitud se arrancó el toro a la muleta de Emilio de Justo. Aprovechó las primeras tandas para torearlo encajado y con despaciosidad. No tardó en rajarse, así que terminó de exprimirlo en tablas. No enterró los aceros el tercer intento por lo que se fue de vacío.

El sexto se pegó dos costaladas antes de entrar en el caballo. En el encuentro con el picador perdió las manos y asomó el pañuelo verde. El sobrero no le dio ninguna opción a Emilio. Quiso agradar pero tenía enfrente a una astado desclasado y parado.

Morante no tuvo suerte en su primera comparecencia en esta Feria. Sorprendió sacando un capote bastante peculiar con la vuelta de color verde manzana. Abrió plaza un manso de libro que no quiso ver el capote y menos, si cabe, el caballo de picar. Lo probó con doblones pero no había nada que hacer y se fue a por la espada. Acabó con él de una estocada.

El cuarto fue muy protestado por el público por lo que el presidente decidió devolverlo sin motivo aparente. El sobrero no mejoró los resultados. Desde el recibo de capote de José Antonio hacía gestos que no le gustaba el astado. Lo intentó, pero duró poco. Dejó algunos detalles toreros con la diestra.


Ficha del festejo:

Feria de Olivenza. Tercera de abono. Cartel de "No hay Billetes". Toros de Zalduendo desiguales de presentación, mansos en general, el 4º y 6º como sobreros.

Morante de la Puebla (tabaco y oro): silencio y ovación con saludos.

Julián López "El Juli" (catafalco y oro): oreja y ovación con saludos.

Emilio de Justo (azul y oro): ovación con saludos y silencio.

 

Publicado en Portal Taurino el 5 de marzo de 2022


Raquel Martín sorprende y sale a hombros junto a Alejandro Adame

El segundo festejo de la Feria anunciaba a tres novilleros sobre los que hay puestas muchas miradas. Alejandro Adame, hermano menor de Joselito y Luis David; Raquel Martín, a quien apodera Cristina Sánchez; y Lalo de María, hijo de María Sara y apoderado por José Antonio Campuzano.

La tarde transcurría sin grandes notas cuando saltó al ruedo el Rebujino de El Freixo. Fue el novillo que le correspondió en suerte a Raquel Martín para su debut con los del castoreño. En el saludo de capa a la verónica, fue prendida quedándose a merced de su oponente. La ilusión se tornó en incertidumbre al llegar el utrero al último tercio muy parado y con una falta de raza patente. Fue entonces cuando la salamantina impactó en Olivenza por su gran actitud y valentía. Puso empeño para que la faena levantara vuelo entendiendo perfectamente al animal. Se tiró a matar dejando una gran estocada que le valió las dos orejas.

La fortuna no le acompañó en su lote. Cerró la novillada un utrero que parecía un toro. Tardó en fijarse en el capote de Raquel. En el remate el toro se pegó una costalada que no le vino nada bien. Demostró una gran firmeza y seguridad frente al peor utrero del encierro. Fue deslucido y quiso rajarse desde el principio. La espada fue su cruz.

Otras dos orejas paseó Alejandro Adame del cuarto que salió espoleado tras el triunfo de su compañera. Se fue a recibirlo a la puerta de chiqueros y el de El Freixo lo arrolló de fea manera. Se levantó y enrabietado le instrumentó una serie de verónicas para después quitar por lopecinas. Corremantas  era hijo del novillo que hace 9 años indultó Posada de Maravillas en esta misma plaza. Fue un animal enrazado y enclasado, que se venía de lejos a las telas del mexicano. Había que estar muy firme con él, y en los inicios lo consiguió. Después se le vio acelerado y toreando en las distancias cortas. Culminó con una estocada recibiendo y el público pidió las dos orejas.

Antes, abrió plaza otro bonito utrero al que saludó en el tercio. Pasó apuros Adame llevando el novillo al caballo y casi fue cogido. Se desquitó con un quite por ganoneras. Poco a poco fue forjando la faena ayudado de la clase y humillación en su embestida. A pesar de la pulcritud del novillero le faltó conectar con los tendidos.

Completaba la terna Lalo de María, que también debutaba con caballos. Lo hizo con Comprendido, bonito de hechuras aunque le faltó casta.  El francés dejó entrever que le falta oficio, aunque se le vieron detalles de calidad. Al natural dibujó una serie de naturales con mucha despaciosidad. Falló en varias ocasiones en suerte suprema.

Con el noble quinto, volvió a mostrar sus buenas maneras toreando al natural. El francés siempre quiso agradar y hacer las cosas bien, pero le aún le falta recorrido y la faena fue de más a menos. Remató con tres pinchazos y media estocada.


Ficha del festejo:

Feria del Toro de Olivenza. Segunda de abono. Tres cuartos de entrada. Novillos de El Freixo bien presentados y de juego desigual. Destacó el cuarto.

Alejandro Adame (marino y plata): ovación con saludos y dos orejas.

Lalo de María, que debutaba con caballos (tabaco y oro): silencio tras aviso y ovación con saludos.

Raquel Martín, que debutaba con caballos (purísima y oro): dos orejas y  palmas tras dos avisos.

Incidencias: Saludó Curro Javier tras banderillear al quinto.

 

Publicada en Portal Taurino el 4 de marzo de 2022


Carlos Domínguez y Eric Olivera prenden la llama de la Feria

La Feria de Olivenza se abría con ilusión. La ilusión de volver a los toros casi con normalidad, de ver a tres novilleros que son el futuro del toreo en Extremadura y la apuesta por seis hierros distintos de la tierra. Pero conforme pasaba la tarde, esa ilusión se helaba con la tempestad que azotaba la ciudad pacense y con el poco juego del ganado que condicionó el triunfo de la terna.

En primer lugar saltó al ruedo el novillo de Juan AlbarránCarlos Domínguez intentó saludar por verónicas a su oponente, pero entre el viento y que se frenaba en el capote no fue posible. Sí quitó con gracia por chicuelinas entre las dos rayas de picar. La faena de muleta no terminó de despegar. El animal tenía nobleza pero le faltó fondo. Apostó en los primeros compases con varias series notorias. Firmó su labor con circulares y bernardinas con el novillo ya en tablas. Saludó tras dos pinchazos y una estocada.

El cuarto de José Luis Marca fue el mejor de la tarde. Lo saludó por verónicas ganándole terreno y quitó por gaoneras y saltilleras. Comenzó la faena de rodillas toreando despacio con la diestra. Domínguez le cogió el pulso rápido y con la figura encajada fue dibujando series con gran despaciosidad y profundidad. El novillo tomaba la muleta con ritmo y clase. El público muy festivo pidió incluso su indulto. En esos momentos de confusión, fue volteado de fea manera. Dolorido, acabó con él de dos pinchazos y media estocada que le valieron para cortar la oreja.

Eric Olivera se ha convertido en el nuevo novillero con caballos salido de la Escuela Taurina de Badajoz. Le correspondió en suerte para su debut el exigente “Ratón” de Vistalegre al que saludó con verónicas llevándoselo a los medios. En banderillas saludó Miguelín Murillo. Tuvo el bonito gesto de brindarle su novillo a sus profesores Luis Reina y El Cartujano. Se le vio seguro, sin los nervios de un día importante. Los mejores pasajes llegaron por el pitón derecho, ya que por el izquierdo le costaba más. Remató la faena por manoletinas y metiendo la espada arriba. Paseó una oreja.

Cerró la tarde el del hierro de Luis Albarrán, que fue el de más presencia de festejo. Eric no pudo rematar con un novillo parado y rajado mostrando su disposición. Mientras la gente huía del frío, entró a matar dejando media estocada.

Manuel Perera tuvo menos suerte que sus compañeros. Aún así, se le vio cuajado y mirando ya a esa Feria de Abril en la que tomará la alternativa. Fue muy emocionante la salida del de Carriquiri. Se fue a esperarlo a puerta de chiqueros donde estuvo a punto de ser cogido. Con la raza que le caracteriza, cogió el capote y de rodillas le firmó un ramillete de verónicas. Tras un tercio de banderillas complicado, llegó con al último tercio con incertidumbre. Perera, con las rodillas en el suelo de nuevo, cogió la muleta mostrando sus ansias de triunfo. Caló en los tendidos esas primeras dos tandas. Luego el animal se desentendiendo de la lidia Porfió el novillero y se le puso complicada la suerte suprema.

Quiso repetir la hazaña de la portagayola Perera con el de Bernardino Píriz. En esta ocasión sí pudo ejecutarla. Pocas opciones le presentó el novillo, ya que desde el inicio quiso rajarse. En tablas intentó resolver la papeleta que tenía enfrente. Mató de dos pinchazos antes de la estocada.


Ficha del festejo:

Feria del Toro de Olivenza. Primera de abono. Un tercio de entrada. Novillos de Juan Albarrán, Carriquiri, Vistalegre, José Luis Marca, Herederos de Bernardino Píriz y Luis Albarrán.

Carlos Domínguez (tabaco y oro): ovación con saludos y oreja tras dos avisos.

Manuel Perera (fucsia y oro): ovación con saludos y ovación con saludos.

Erik Olivera que debutó con caballos (verde botella y oro): oreja y palmas.

 

Publicado en PortalTaurino el 3 de marzo de 2022


Temporada 2021



Feria de San Miguel


La inspiración divina de Morante

La tarde histórica que se ha vivido en la Maestranza será difícil de olvidar. Morante bordó el toreo en mayúsculas. Firmó una faena que quedará grabada en los anales de la historia del toreo de Sevilla. La pregunta que queda es: ¿qué hay que hacer para cortar un rabo en esta plaza?

Morante de la Puebla recibió por verónicas encajadas al que abrió plaza. No estaba sobrado de fuerzas y ante las protestas del público fue devuelto. En su lugar salió Noctámbulo, también de Juan Pedro. No pisó el ruedo con buen pie. Se pegó una fuerte voltereta antes de entrar al caballo. Muy desclasado, saltando y dando cabezazos al final del muletazo pasaba por la muleta de José Antonio. Las ganas del torero podían con las malas formas del toro. Se esforzó y, pese a que fue imposible armar faena, dejó un par de muletazos con mucha personalidad. Todo muy efímero.

El lío gordo llegó cuando Morante recibió a Jarcio. Fueron tres cambios de rodillas a los que le siguieron verónicas a cámara lenta y una media de libro. El público se puso en pie. Y la música sonó. Al caballo lo llevó con un galleo hacia atrás con tijerillas. Luego meció al toro en dos verónicas y una media de ensueño. Pero la inspiración no acabó ahí. No tuvo un toro de triunfo. En realidad, era un medio toro al que exprimió. Genuflexo y a dos manos lo sacó al centro del redondel. Las primeras dos series fueron inciertas. José Antonio no se achantó. Los naturales emanaron con barroquismo. Fueron profundos y templados. Toreando roto. Acabó exponiendo demasiado. Valentísimo, metido entre los pitones hasta que lo volteó. La locura se apoderó de los tendidos. Dio una última serie dolorido por la cogida antes de volcarse detrás de la espada. Cayó el toro y los dos pañuelos asomaron por la presidencia. Una obra antológica para el recuerdo que debería de haber sido culminada con la salida por la Puerta del Príncipe. Pero en esta ocasión, la lógica numérica se impone al arte y los sentimientos.

Juan Ortega tiene la suerte de haber nacido con el don del temple y lo demuestra cada tarde. Guiñol no le permitió deslumbrar como en días anteriores. En cambio, Roca Rey sí arrancó las palmas con su quite por chicuelinas. Con mucha torería se llevó a los medios al astado para estructurar la faena. Plasmó una primera serie con suavidad que remató con un pase de pecho eterno. Continuó al natural con mucha sevillanía. Pero lo mejor llegó con la diestra. Muletazos con gran despaciosidad que arrancaron los olés. Se vino abajo pronto el animal, pero le permitió hacer a Juan una faena medida. Pinchó antes de dejar una estacada en todo lo alto.

Después del lío de Morante no era fácil salir a torear el quinto. Ortega tomó el capote y volvió a dejar unas verónicas templadísimas. Vistoso llegó desfondado al último tercio. Ente pase y pase tenía que perderle unos pasitos para volver a colocarse para batallar contra la embestida cansina y sin ritmo y lo andarín que se volvió. Se mostró correcto, pero con un oponente así no puedes llegar a los tendidos.

Con pases cambiados de rodillas comenzó la faena de muleta del tercero Roca Rey para calentar a los tendidos. Continuó en las distancias cortas, como es normal en él. Lo condujo intentando alargar la embestida poco lucida del Juan Pedro. La gente se impactó y se fue a por la espada.

Y después de Morante y OrtegaAndrés puso de manifiesto sus intenciones. No tiene la torería de ellos, pero dejó su personalidad y su impronta con el capote. Tutelado, al igual que sus hermanos, tampoco sirvió. Y menos, si cabe, para las exigencias del toreo del diestro peruano.

La Maestranza se vaciaba poco a poco mientras que por el Arenal los aficionados iban toreando al compás de la sinfonía de toreo de Morante.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Duodécima de abono. Feria de San Miguel. Lleno de “No hay Billetes” con el aforo permitido. Toros de Juan Pedro Domecq, el 1° como sobrero, y de Parladé (5°) bien presentados y de juego desigual.

Morante de la Puebla (fucsia y azabache): silencio y dos orejas.

Juan Ortega (grosella y azabache): ovación con saludos y ovación con saludos.

Roca Rey (catafalco y oro): ovación con saludos y silencio.

Incidencias: Saludó Juan José Domínguez tras banderillear al tercero.


Tres orejas, tres toreros diferentes 

La corrida de Hermanos García Jiménez sorprendió gratamente. Resultó ser la más completo hasta el momento. Cierto es que hubo toros de todo tipo. Armónicos, algunos bravos, un par manso y el último peligroso. Se enfrentaron a ella una de las ternas más rematadas. El JuliManzanares Paco Ureña cortaron cada uno una oreja con tres faenas totalmente distintas y con tres toros con cualidades diferentes.

El Juli recibió al primero con un ramillete de verónicas llevándoselo al centro del platillo. Quitó por chicuelinas a pies juntos. Ateo III metió la cara con clase y humillación en las telas. Con doblones muy toreros se lo llevó fuera de las rayas de picar. Desde los medios lo citó y se vino pronto a la muleta. Muy largos fueron los muletazos que emanaron por el pitón derecho. Por el izquierdo tendía a meterse por dentro, pero Julián lo condujo intentando alargar su embestida. Culminó con una serie con la diestra con muletazos de mucha profundidad. Fue una faena seria y asentada con un toro de calidad, pero exigente. Se tiró a por todas a matar y dejó una estocada traserita que le valió la oreja.

Colocó Julián a Estéreo en el caballo con unas verónicas y una media con mucha suavidad. La falta de fuerza fue su hándicap y el tercio de banderillas no le sentó nada bien. El Juli se fue a los medios con el astado. Era muy noble, aunque estaba escaso de fondo. Lo llevó templado en la muleta, pero al bajarle la mano clavaba los pitones en el suelo constantemente y perdía las manos. Algo que deslució la labor seria del diestro madrileño.

Desentendido saltó al ruedo Esaborio. Manseó en el caballo e incluso huyó del segundo puyazo. Manzanares lo vio claro e inició la faena al natural con muletazos de mano baja. Por el pitón derecho, lo llevó metido en la muleta, tapándole la salida para que no se fuese y lo toreó con series en redondo. Exprimió cada arrancada del de Olga Jiménez. Aunque fue mansito tuvo emoción. Jose Mari erró en varias ocasiones con la espada (raro en él) y perdió la oreja.

Industrial, aunque tenía buena condición, iba muy justo de fuerzas. El público lo protestó fuertemente en varas y banderillas, pero el presidente aguantó la presión y no lo devolvió. Galopó en la muleta de Manzanares. El torero alicantino estuvo inteligente dándole tiempo y distancia con series muy medidas. Fue construyendo poco a poco una faena en la que lo mejor llegó por el pitón derecho. Hubo varias tandas largas y con despaciosidad. Sentenció con una estocada recibiendo fulminante y obtuvo un apéndice.

Hasta a los medios por verónicas se llevó Paco Ureña a Derribado. Con delantales muy suaves quitó. El murciano comenzó inmóvil con estatuarios muy reunidos. Estuvo correcto y firme dejando ver detalles de su pureza, pero el de García Jiménez se vino abajo en la tercera serie. Algo que repercutió en la transmisión de su labor pese a su buen hacer.

Cerró la tarde Almendrito. Un colorado, chorreado, de bonitas hechuras pero que hizo cositas de manso en varas. Ureña se fue a los medios para plantarle cara. Sabía que tenía una papeleta difícil que resolver. Embestía sin ninguna clase y buscado constantemente al murciano. Pasó momentos de mucho apuro. Se impuso a él con una serie rotunda que hizo sonar la música con la faena avanzada. Demostró un valor inquebrantable. Continuó en la cara del animal hasta meterlo en el canasto. Entró a matar recibiendo dejando la espada un poco baja. Afloraron los pañuelos y paseó el último apéndice de la tarde.


Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Undécima de abono. Feria de San Miguel. Casi lleno del aforo permitido. Toros de García Jiménez y Olga Jiménez (2°) bien presentados, destacó el primero, tercero y sexto más complicados.

Julián López "El Juli" (azul azafata y oro): oreja y silencio.

José María Manzanares (sangre toro y oro): ovación con saludos y oreja.

Paco Ureña (rosa palo y oro): silencio y oreja.



El capote y la autoridad de Daniel Luque

Fuente Ymbro fue la ganadería triunfadora en la última Feria de Abril. Había mucha expectación por ver qué toros traía Ricardo Gallardo en esta ocasión a la Maestranza. La terna también era muy esperada. Tanto Antonio Ferrera, como Miguel Ángel Perera y Daniel Luque cumplían su última tarde en el ciclo. Estos dos últimos, lo hacían con el sabor especial que dejaron en sus anteriores comparecencias. Al final, es el toro el que decide el sino de una de corrida y, en esta ocasión, Fuente Ymbro provocó desazón y malestar en los tendidos.

La función comenzó con Ojinegro. Un toro de 630 kg y de hechuras imponentes. Metió la cara con clase y humillación en el capote de Antonio Ferrera. Brindó al respetable y se lo llevó con una serie con la diestra hacía los medios. En esos terrenos el de Fuente Ymbro no embistió igual y decidió cerrarlo. Lo intentó el extremeño por todos los medios, pero el toro no le volvió a regalar nada más. Cada vez más corto y más protestón finalizó el diestro sin lucimiento.

Con el cuarto, Ferrera no tuvo ninguna opción por ningún pitón. Lo intentó, pero el astado era reservón, no tenía recorrido, pero sí cierto peligro. El público se impacientó y Antonio se fue a por la espada.

Por verónicas ganándole terrenos hacia los medios saludó Perera al primero de su lote. Hortelano se arrancó desde lejos y con alegría en sus dos encuentros con el caballo. Distinto fue en la muleta en la que acusó la falta de fondo. En el inicio cayó desplomado y cuando Miguel Ángel intentaba que humillara, perdía las manos. Tomó la muleta andando y sin ninguna emoción. El diestro no pasó de voluntarioso.

Vinazo puso en apuros a la cuadrilla de Perera en el tercio de banderillas en la que destacó un sobresaliente Curro Javier. No tuvo una papeleta fácil Miguel Ángel. Lo toreó siempre fuera de la raya de picar para intentar que no se rajara. Fue otro Fuente Ymbro falto de casta y fondo con una embestida irregular. El extremeño estuvo muy firme, pero fue imposible el lucimiento.

Con un ramillete de verónicas gustándose y con las zapatillas enterradas en el albero recibió Daniel Luque a Levítico. El lío con el capote continuó con el galleo para colocarlo en el caballo y el quite, otra vez, por verónicas. Por abajo y exigiéndole comenzó el de Gerena su labor. El animal tenía clase y humillación y pronto caló en los tendidos. Al natural iba al hilo de la muleta y salía desentendido, pero Luque se impuso a él con torería y mando. Pinchó y tras la estocada tardó en caer y se enfrió un poco el ambiente y

Guardés cerró la tarde entre el desasosiego de los aficionados. Tampoco fue un buen toro, pero Daniel volvió a estar muy por encima de él. Se encontró con un oponente desclasado y que no rompió hacia adelante.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Décima de abono. Feria de San Miguel. Más de media entrada del aforo permitido. Toros de Fuente Ymbro con exceso de kilos y deslucidos.

Antonio Ferrera (verde y oro): silencio y silencio.

Miguel Ángel Perera (grosella y oro): palmas y silencio.

Daniel Luque (azul y oro): ovación con saludos tras aviso y silencio.


Luchar contra lo imposible

Calerito, Manuel Diosleguarde y Jorge Martínez fue la terna designada como triunfadora de la temporada para actuar hoy en la Maestranza. Tres jóvenes novilleros que tienen tres conceptos diferentes del toreo pero en común guardan la ilusión y las ganas por llegar lejos. El hándicap con el que se toparon es una novillada imposible de Rocío de la Cámara.

Abrió plaza Alba, un novillo sardo de grandes hechuras. Ya en el capote se observó que Calerito no lo iba a tener nada fácil. Tomó la muleta de forma irregular, saltando, donde cabezazos y echando la cara arriba al final del muletazo. Por el izquierdo, en cambio no tenía recorrido. El novillero estuvo firme e intentando justificarse ante un animal carente de casta y sin transmisión.

A portagayola se fue Calerito en el cuarto calentando a los tendidos con un recibo emocionante. Se dolió en varas Atónito y huyó corriendo hasta la puerta de chiqueros. En los preámbulos de la faena de muleta, Juan Pedro fue cogido feamente. Se repuso pronto del susto y consiguió que la música sonara por primera (y última) vez en la tarde. Extrajo los muletazos más lucidos con la embestida más rítmica que hubo a media altura. Al natural plasmó naturales con despaciosidad rematados con una trincherilla gustándose. La espada, pese a la petición, fue quien le robó la oreja.

Con un ramillete de verónicas saludó Diosleguarde al segundo de la tarde. Hasta en dos ocasiones volteó en el quite a Jorge MartínezManuel se templó en las dos primeras series en las que su oponente embistió bien. Luego fue otra historia. Brasileño empezó a querer huir a tablas pero, en su buen hacer, el salmantino le tapó siempre la salida. Con la izquierda embestía andando y echando la cara arriba. Lo mejor fue su entrega y el oficio que mostró al saber estructurar una faena intentando solventar las dificultades que le planteó el de Rocío de la Cámara.

Diosleguarde lo puso todo con el quinto. Es un novillero inteligente y con grandes cualidades. A media altura lo condujo con la diestra las pocas medias embestidas que le regaló en dos series. Al natural se quedaba corto y pasaba caminando. El astado se vino a menos y poco pudo hacer pese a su superioridad.

Al igual que sus hermanos anteriores, Patatero dejó entrever su falta de bravura desde que salió. Jorge Martínez, además tuvo que hacer frente a más complicaciones. Estuvo muy valiente aguantando miradas y parones. Tenía una embestida irregular y se le coló en varias ocasiones por dentro hasta que levantó al novillero por el pecho. Se vivieron momentos de mucha angustia. Al final acabó rajándose

El sexto fue a la postre el peor de todos. En banderillas, hirió al banderillero Juan RojasJorge le plantó cara a una auténtica alimaña que lo único que quería era cogerlo. Tuvo que irse a por la espada sin poder hacer nada.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena de abono. Feria de San Miguel. Novillos de Rocío de la Cámara y Cortijo de la Sierra (3° y 4°) bien presentados pero faltos de casta.

Calerito (berenjena y oro): palmas y vuelta tras petición.

Manuel Diosleguarde (verde hoja y oro): ovación con saludos y silencio.

Jorge Martínez (azul marino y oro): ovación y silencio.

Incidencias: Juan Rojas fue cogido al banderillear al sexto. El parte médico señala un “varetazo corrido en la región inguinal derecha”.

Jorge Martínez fue atendido en la enfermería de “una contusión en la cara interna del muslo derecho y varetazo corrido en la cara anterior del muslo izquierdo”.


La verdad y el temple de Emilio de Justo

Con una sonora ovación recibió la Maestranza a dos toreros que fueron a jugársela todo con un encierro de Victorino Martin. Una ganadería extremeña para un duelo entre dos toreros de la misma tierra.

Pero la tarde tuvo nombre propio: Emilio de Justo. La dimensión que demostró y el buen toreo que realizó lo encumbró rozando la Puerta del Príncipe.

Su compromiso empezaba con claroscuros. Bochorno saltó al ruedo con muchos pies, estrellándose contra el burladero y rompiéndose el pitón por lo que tuvo que ser devuelto. En su lugar salió Verdadero, al que recibió con un ramillete de verónicas templadas. Por abajo y con mucha despaciosidad inició el extremeño su faena bajo el diluvio. Por este motivo, Emilio resbaló y, pese a hacerse él solo el quite, lo cogió de manera muy fea pero sin consecuencias. El Victorino pasaba sin humillar y quedándose corto. El extremeño cimentó una faena a base de firmeza y temple. Con la diestra lo llevó con suavidad y con mucha personalidad. Por el otro pitón, lo intentó con el toro se había venido ya a manos. El público estuvo muy entregado con él y con su meritoria y seria labor.

El toreo caro de Emilio de Justo relució con Portezolano. Fue un toro encastado, con clase y humillación y lo cuajó de principio a fin por ambos lados. El cacereño lo empujó hacia adelante dejándole las telas en la cara e imprimiéndole temple. Los muletazos brotaron con emoción y hondura. Al natural interpretó el toreo puro que le caracteriza en su máxima expresión. La Maestranza se puso en pie cautivada por Emilio. Una estocada como epílogo de su obra y cortó las dos orejas.

Con la Puerta del Príncipe entreabierta, fue a por todas en el que cerraba plaza. Lo saludó por verónicas llevándoselo a los medios. Remató con una media antológica. Por chicuelinas replicó al quite de Ferrera. De forma irregular tomó la muleta por el pitón derecho. Por el izquierdo, lo consintió e hizo que rompiera hacia adelante hasta conseguir una excelsa tanda templadísima. El toro fue recortando el recorrido en las siguientes y acusó la falta de fondo. La espada resbaló y no entró a la primera. Le pidieron la oreja pero no fue no suficiente para pasear la oreja que lo alzara por la puerta de los sueños.

Antonio Ferrera llegó a Sevilla en una semana épica. El domingo se encerró con seis toros en Nîmes y el lunes actuó en otro mano a mano en Logroño.

Cuidaron mucho en los primeros compases de la lidia a Mosquero, que atisbaba la falta de fuerzas. Lo condujo a media altura con suavidad llevándolo muy tapado para sujetarlo en la muleta. Por el pitón izquierdo aguantó miradas y paradas exponiendo mucho. El toro pasaba quedándose corto y echando la cara arriba al final del muletazo. Culminó con un estoconazo. 

Pobrecito tampoco le dio muchas opciones a Ferrera. Estuvo voluntarioso y tiró de oficio para batallar con un mansito y sin entrega.

Garañuelo fue el que le permitió realizar lo más destacado de su paseíllo en Sevilla. Tenía movilidad y humillación pero había que hacerle las cosas bien. Se fue a los medios para citarlo en las distancias justas. Aprovechó las inercias del astado y lo toreó a media altura por el pitón derecho. Por el izquierdo, se sintió más y estuvo más templado. Dejó media estocada pero el palco no le otorgó la oreja.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Quinta de abono. Feria de San Miguel. Más de media entrada del aforo permitido. Toros de Victorino Martín, el segundo como sobrero, bien presentado pero de desigual de juego. Destacaron cuarto y quinto.

Antonio Ferrera (grana y oro): ovación con saludos, silencio y vuelta tras petición.

Emilio de Justo (nazareno y oro): ovación con saludos, dos orejas y ovación saludos tras petición.

Incidencias: Saludaron tras banderillear el primero Joao Ferreira y Fernando Sánchez; en el cuarto Morenito de Arlés; y en el sexto, Pérez Valcácer y Abraham Neiro.


Luque impone su mando

Era muy esperada la corrida de Santiago Domecq. La última Feria de Abril se proclamó como la ganadería más destacada. De Aperador, aquel gran toro que lo tocó en suerte aquella tarde a Miguel Ángel Perera y que cosechó muchos galardones, poco tuvieron que ver sus hermanos lidiados hoy.

Abrió plaza un bonito y serio ejemplar. Diego Urdiales lo trató con mucha suavidad en los primeros compases, mimándolo para tratar que rompiera. Poco calado tuvo en los tendidos su labor por la falta de emoción del toro. Aún así, logró dibujar algunos muletazos de bello trazo con la diestra. 

Con un ramillete de verónicas con sabor y temple y una media eterna saludó Urdiales al cuarto. Pocas opciones tuvo el riojano con un toro de grandes hechuras que flojeaba y embestía sin ninguna clase.

Daniel Luque recibió al segundo por verónicas llevándoselo hasta el centro del platillo. Con inteligencia lo cuidó y le imprimió temple con el capote enseñándole a embestir. Quitó por verónicas gustándose y remató con una larga cordobesa muy estética. Luque demostró dominio y poso pero Sementero tuvo poco motor. Sentenció con una estocada en todo lo alto.

Al diestro de Gerena le tocó en suerte Malhumor, el único negro del encierro, al que le instrumentó un quite por verónicas templadísimas. Se observó el buen momento que atraviesa Luque. Toreó con mucha entrega logrando someter al astado por el pitón derecho. Aunque tenía genio, el poco fondo del animal salió a relucir cuando se sintió podido. Con inteligencia, le dio las distancias precisas, pulseándolo y a media altura lo condujo con suavidad. Al natural sacó el valor y tragó mucho. El toro perdió las manos al entrar a matar y solo dejó media estocada. La plaza se volcó con él pidiéndole la oreja pero el palco denegó la petición y dio una vuelta al ruedo.

Con humillación y ritmo metió la cara Gracioso en el capote de Rafa Serna. Fue un toro con opciones que requería mando y el sevillano no fue capaz de dárselo. El encastado animal embistió con entrega por el pitón derecho y Serna, no obstante, imprimió pasajes en los que toreó con hondura y sevillanía gustando a los presentes Por el izquierdo, era más irregular y bajó más el diapasón. El fallo con los aceros le privó, tal vez, de pasear un trofeo.

Imaginario, con sus 620kg, cerró la tarde. Se pegó una fuerte voltereta en el saludo. Rafael salió a por todas y brindó al respetable un toro descastado. Se esforzó pero carecía fondo y acabó muy parada, e incluso, llegó a echarse. Finalizó con un estocadón.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Cuarta de abono. Feria de San Miguel. Casi media entrada del aforo permitido. Toros de Santiago Domecq con muchos kilos y descastados en general, destacó el tercero.

Diego Urdiales (azul pavo y oro): ovación con saludos y silencio.

Daniel Luque (blanco e hilo blanco): ovación y vuelta tras petición y aviso.

Rafael Serna (rioja y oro): ovación y ovación.

Incidencias: Saludaron tras banderillear al segundo Juan Contreras y Alberto Zayas; en el tercero, Juan Manuel Raya y Antonio Ronquillo; y en el quinto José Chacón y Alberto Zayas.


Manuel Perera conquista Sevilla

Manuel Perera pasó por la Maestranza arrollando en su trepidante temporada. Se presentó en Sevilla, al igual que lo hicieron sus compañeros de cartel Manolo Vázquez y Jaime González-Écija. Era un día especial no solo para los novilleros. La ganadería de El Parralejo lucía divisa negra en recuerdo de su propietario José Moya. Una novillada de la que seguro estaría orgulloso.

Abrió plaza un novillo con el que no pudo lucirse con el capote Manolo Vázquez, aunque dejó detalles de su buen concepto. Brindó el novillo de su debut al cielo en homenaje a su abuelo. Se lo llevó fuera del terció para instrumentar una serie de mando y serenidad. El sevillano peleó contra el viento para torear con temple por el pitón derecho. Por el izquierdo lo ligó con naturales con mucho gusto. Su personalidad la plasmó en cada muletazo pero aún tiene mucho que aprender y que mejorar.

La efervescencia de su corte sevillana relució en el capote de Manolo Vázquez en el cuarto. Nada que envidarle tampoco a González-Écija y el quite por verónicas gustándose que ejecutó. Fue otro novillo que se dejó y lo aprovechó. Con la muleta se mostró con mucha disposición, también espoleado de ver que su compañero de cartel acababa de pasear una oreja. La faena rebosó sabor y torería. Dibujó un ramillete de naturales templados, llevándolo cosido en la muleta, que cautivó a los tendidos. Con los aceros se atascó y perdió la oreja. La dinastía Vázquez ha comenzado a escribir un nuevo capítulo de su historia que seguro tendrá muchas páginas.

A los medios se llevó González-Écija al segundo, al que le faltó clase pero tuvo recorrido. Poco a poco fue construyendo una faena a base de firmeza con la mano derecha. Pelirrojo tomó la muleta con genio lo que hizo que su faena llegara a los tendidos. Exprimió ese pitón llegando a torear ligado y con profundidad. Al natural lo intentó pero la embestida era más irregular.

Con transmisión y humillación llegó al último tercio el quinto de la tarde. González-Écija entendió muy bien al novillo. Estuvo con mucha cabeza, haciéndole bien las cosas y dándole tiempo y distancias. Jaime dejó tandas de gran calado por el buen pitón derecho del animal. Pinchó y perdió la oreja.

Por verónicas saludó Manuel Perera al tercero. El oficio del extremeño frente  a sus compañeros estuvo patente frente a un novillo paradito. Aguantó miradas y se expuso mucho hasta que llegó la voltereta. Demostró tener un valor seco pero al mismo tiempo plasmó varios naturales con mucha despaciosidad. El público se entregó con él pero la música incomprensiblemente no sonó hasta que el novillero se fue a por la espada. Se entretuvo Perera en entrar a matar por ese nuevo error de la Banda de Tejera. Sentenció a su oponente con media estocada efectiva y paseó la primera oreja.

A portagayola se fue Perera para recibir al sexto. Saltó al ruedo distraído, sin avistar al extremeño, que aguantó de rodillas hasta que el novillo se percató de él. Después de la larga cambiada prosiguió de pie por verónicas. De rodillas también inició la faena de muleta. El de El Parralejo fue a por él prendiéndolo por la pierna. Se repuso y volvió a echarse al suelo para instrumentar una serie emocionante. Con esa misma seguridad, cogió la muleta con la diestra para cuajar varias series redondas a otro buen novillo. La faena bajó de intensidad cuando el animal enterró los pitones en el albero. El novillo ya no fue el mismo. Manuel enterró los aceros y cortó otra oreja.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Sevilla. Tercera de Abono. Feria de San Miguel. Más de media entrada del aforo permitido. Novillos de El Parralejo bien presentados y de buen juego.

Manolo Vázquez (celeste y oro): ovación saludos tras aviso y ovación con saludos.

Jaime González-Écija (malva y oro): ovación con saludos tras aviso y ovación.

Manuel Perera (celeste y oro): oreja y oreja.

Incidencias: Saludaron tras banderillear al primero Felipe Proenza y Felipe Peña y al tercero Álvaro Núñez y Antonio Vázquez


La inspiración de Morante, el valor de Roca Rey y la entrega de Aguado

La Maestranza abría sus puertas casi dos años después de su último festejo. Su belleza, su resplandor y su magia han permanecido intactos. La vuelta de los toros a Sevilla tenía que ser con un cartel de relumbrón. Se repetía la terna de aquella tarde que encumbró a Aguado y surgió la rivalidad con Roca Rey. Todo ello en la temporada estelar de Morante.

Enojado de Victoriano del Rio fue el encargado de prender la llama esta Feria de San Miguel tan especial. Pero el astado no quiso ser cómplice del júbilo que se vivía. Tenía las fuerzas justas y le faltó raza, por lo que ante la imposibilidad de hacer algo, Morante salió directamente con la espada para pasaportarlo.

Con incertidumbre llegó Enamorado al último tercio. José Antonio se lo llevó a los medios y sin previo aviso esculpió una obra de inspiración barroca. El sevillano intentó ligar los muletazos, aunque el animal salía desentendido de cada uno de ellos aunque llegó a someterlo por abajo por momentos. El de Victoriano de Río acusó la mansedumbre y huyó a tablas. No lo tuvo nada fácil Morante, pero con valentía prosiguió su faena en la querencia. Al natural, pese a la poca clase del animal, logró plasmas muletazos con mucha torería. Erró con los aceros y perdió la oreja.

Distante quiso cambiar el sino de la tarde. Fue un toro con grandes cualidades (el único) que se adivinaron desde el recibo de capa. De esos con los que se pone la plaza del revés y te dejan la Puerta del Príncipe entreabierta. Roca Rey lo condujo con suavidad por el pitón derecho. Una serie final con muletazos muy largos puso al público en pie. Por el izquierdo, no terminó de aprovechar todo lo que le ofrecía el animal. Mató de un pinchazo y una estocada y paseó la primera oreja de la Feria.

La rivalidad entre Roca Rey y Aguado llegó a su culmen en los quites del quinto. El sevillano por chicuelinas y una media que duró una eternidad; el peruano por gaoneras. Muy decidido, echó rodillas en tierra mostrando las ganas por cumplir su sueño de salir a hombros en Sevilla. Se topó con un mansito con el que demostró un valor seco ante un público predispuesto al triunfo. Andrés instrumentó su faena en las cercanías, exponiendo mucho. Pinchó y dio una vuelta al ruedo.

Aguado salió a torear aquejado de una lesión en la rodilla, que se le agravó en el tercio de banderillas del primero. Tuvo que pasar por la enfermería para ser infiltrado. La transmisión no acompañó a “Cojito”. Fue el hándicap con el que se encontró ante un animal descastado. El sevillano estuvo firme, haciendo las cosas bien. Hubo muletazos templados pero no fueron suficientes para que la faena tomara altos vuelos.

Con el sexto tampoco pudo lucirse Pablo. No fue nada fácil el de Toros de Cortés. Hizo un esfuerzo y con serenidad y firmeza intentó construir una faena con un astado que tomaba la muleta de forma irregular sin éxito. Cuando intentaba descabellar, se dolió de la lesión y Morante estuvo a punto de hacerlo por él porque no podía caminar.

 

Ficha del festejo:

Plaza de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Primera de abono. Feria de San Miguel. Cartel de “No hay Billetes” (60% del aforo). Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés (6º) bien presentados, descastados, mejor el 2º.

Morante de la Puebla (chocolate y oro): silencio y ovación con saludos tras aviso.

Roca Rey (blanco y oro): oreja y vuelta tras petición.

Pablo Aguado (catafalco y oro): silencio y silencio tras aviso.

Incidencias: Saludaron Juan José Domínguez, Viruta y Juan Carlos Tirado saludaron en el segundo y en el quinto e Iván García Pascual Mellinas en el tercero.



Feria de Badajoz


¡Viva Extremadura!

Extremadura es tierra de toros, pero también de toreros. Ejemplo de ello es la terna que hizo el paseíllo hoy en Badajoz: Antonio Ferrera, Emilio de Justo y Ginés Marín. Tres toreros con tres tauromaquias distintas pero capaces de emocionar de igual modo con una interesante corrida de Victoriano del Río.

Abrió plaza un astado que salió huidizo del capote de Ferrera. Quitó después por verónicas ganándole terreno y remató con una media muy torera. Junto a tablas y con las rodillas genuflexas inició la labor Antonio. Instrumentó algunos muletazos de mano baja y con profundidad por el pitón derecho. Por el izquierdo, iba con la cara alta y rebrincado. Al volver con la diestra, el toro cada vez se quedaba más corto y con una embestida más descompuesta, pero el extremeño se mostró firme. Remató con una estocada y un descabello.

A la salida del cuarto, sus compañeros ya habían paseado trofeos y Ferrera salió a por todas. Recibió a su oponente con una larga cambiada de rodilla. Solo era un aperitivo de lo que se avecinaba ante las buenas cualidades del Victoriano del Río. Tras derribar al caballo y no poder realizar el quite, el diestro de Villafranco del Guadiana sorprendió volviendo a banderillear como hacía en antaño. Fue un tercio emocionante y arriesgado. En el segundo par, el toro lo persiguió y al saltar a tablas fue a por él y Antonio cayó al callejón de mala manera. Tras momentos de angustia, volvió al ruedo cojeando para colocar el tercer par al violín. Se llevó a los medios a “Jalapeño” cosido en la muleta. El animal la tomaba con clase y humillación. Por el pitón izquierdo, reponía pronto pero Ferrera consiguió ligar naturales templados. Se empeñó en matar con peculiar forma de ir caminando desde lejos y precisó de dos intentos. El público emocionado le pidió las dos orejas.

Emilio de Justo  dejó una gran carta de presentación en su debut en Badajoz. Saludó a su primero con un ramillete de verónicas con las rodillas genuflexas llevándoselo a los medios. Le prosiguieron dos chicuelinas y una revolera que pusieron en pie a los tendidos. Con mucho garbo, se llevó galleando el toro al caballo. “Azor” tenía muchas teclas y no se lo puso nada fácil al cacereño. Fue una faena intermitente en la que no terminó de acoplarse el diestro y en la que hubo más de un enganchón. Estuvo voluntarioso y tras la estocada cayó la primera oreja.

Con el quinto, al que recibió por verónicas, Emilio de Justo dio una lección de toreo caro. Dibujó naturales con despaciosidad, con los pies anclados en el albero y acompañándolos con la cintura. Acabó con su oponente con un estocadón y paseó las dos orejas.

Sueltecillo de los capotes y sin emplearse en el caballo salió “Cantapájaro”. Ginés Marín quitó variado por chiculinas y gaoneras. Terminó de conquistar a los aficionados con el inicio de faena de muleta. Una trepidante tanda de rodillas toreando en redondo que finalizó con la plaza en pie. Se sintió podido el toro y se rajó. El oliventino intentó sacarlo a los medios sin éxito y optó po realizar su labor en querencia. Plasmó muletazos de gran calidad y acabó montándose encima de su oponente. Firmó su faena de rodillas en tablas y con una estocada con la que obtuvo las dos orejas.

Cerró la tarde otro bravo ejemplar de Victoriano del Río al que le realizó una buena suerte de varas Guillermo Marín. Ginés lo cuajó desde el primer muletazo. Estuvo muy firme e inteligente. Le dio sus tiempos y lo citó siempre desde largo. Por el pitón derecho, no se cansaba de embestir humillando. Cortó una oreja porque precisó del descabello.

 

Ficha del festejo:

Plaza de toros de Badajoz. Segunda de abono. Más tres cuartos del aforo permitido. Toros de Victoriano del Río bien presentados y de buen juego en general.

Antonio Ferrera (berenjena y oro): ovación con saludos tras petición y dos orejas.

Emilio de Justo (catafalco y oro): oreja y dos orejas.

Ginés Marín (fucsia y oro): dos orejas y oreja con petición tras aviso.

Saludó en banderillas Manuel Ángel Gómez tras parear al segundo y Guillermo Marín tras picar al sexto

Publicado en Portal Taurino el 26 de junio de 2021


La Ferrera y "Derrota" junto a Juanito prenden la mecha de la Feria

La vuelta de los toros al coso de Parladeras ha sido entre júbilo y triunfos. El poder de Ferrera y la garra de Juanito conquistan los tendidos.

El idilio entre Badajoz y Antonio Ferrera se perpetúa en el tiempo. Parecía que iba a repetir el éxito de la última Feria en la que indultó un toro en cada una de sus tardes. Saltó al ruedo en cuarto lugar “Derrota“ de Zalduendo, al que recibió tibiamente por verónicas. Fue en un quite variado al sacar al toro del caballo cuando el público se puso en pie. Con los rehiletes, Montoliú y Fernando Sánchez brillaron. Brindó Antonio al respetable a sabiendas de las cualidades de su oponente. Echó rodillas en tierra para iniciar el trasteo. Lo sacó a los medios e invitó a la música a tocar para acompañar el lío que se avecinaba. Apareció el Ferrera más bullidor. Midió los tiempos y las distancias a la perfección. El toro tomó con alegría por abajo y rebosando la muleta en cada muletazo. No se cansaba de embestir. El runrún del indulto estaba ya en el graderío. Al coger la izquierda el toro era otro, así que decidió volver al buen pitón derecho. Una tanda le bastó para que una algarabía se montara en los tendidos solicitando al respetable el indulto. El extremeño continuó al compás de la banda, que retomó el pasodoble. El escándalo era palpable y presidente aguantó el chaparrón, llegando a sonar hasta dos avisos. Con buen criterio no sacó el pañuelo naranja y Antonio decidió entrar a matar con su peculiar forma de irse lejos e ir caminando hacia el toro. Metió la espada con agilidad y le concedieron las dos orejas y rabo. “Derrota” que tuvo calidad y bravura fue premiado con la vuelta al ruedo.

Su anterior oponente salió huidizo y echando la cara arriba al final de cada lance. Tuvo el bonito gesto de brindarle al torilero de la plaza que ha fallecido recientemente y colocó la montera frente a la puerta de toriles. Estuvo voluntarioso pero el de Zalduendo era desclasado y tampoco tenía transmisión.

Juanito fue la sorpresa de la tarde. Salió a por todas para aprovechar la oportunidad que le habían dado. Recibió a portagayola al tercero, cayendo en el albero y, aunque el toro se giró hacia él, milagrosamente no le hizo nada. Se levantó y lo lanceó a pies juntos rematando con una media de rodillas. El animal fue muy castigado en varas. Quitó el portugués por saltilleras ajustadas. Después de mansear en banderillas, lo sacó al tercio para iniciar la faena. Le puso la casta que le faltó al Zalduendo y extrajo muletazos meritorios. Poco le duró, pero Juanito logró exprimirlo. Cerró por bernardinas y una estocada efectiva que le valieron las dos orejas.

Por verónicas recibió Juanito al último de la ya entrada noche. Vibrante fue el quite por chicuelinas y tafalleras. Aunque el luso puso toda la entrega de su parte, se topó con un Zalduendo que no era fácil. Porfió en las distancias cortas y acabó ahogando al astado. Tras la estocada volvió a pasear otra oreja.

Completaba la terna Morante, que no tuvo su tarde. Sin fijeza salió el segundo con el que no se pudo lucir con el capote pese a las ganas latentes que tenían los asistentes por ver la plenitud capotera de José Antonio. El de Zalduendo, que iba falto de casta, recibió un puyazo traserito. El sevillano lo intentó, aunque la falta de fuerzas y clase deslucía el trasteo. Necesitó de un mete y saca, seis pinchazos y una estocada para pasaportarlo. Tampoco tuvo suerte con el mansito quinto y decidió abreviar.


Ficha del Festejo:

Plaza de toros de Badajoz. Feria de San Juan. Primera de abono. Tres cuartos del aforo permitido. Toros de Zalduendo de desigual presentación y juego. El cuarto de nombre “Derrota”, nº 53 de 507 kilos fue premiado con la vuelta al ruedo.

Antonio Ferrera (purísima y oro): ovación con  saludos y dos orejas y rabo tras dos avisos  y vuelta al ruedo para el toro.

Morante de la Puebla (amarillo y azabache): silencio y silencio.

Juanito (blanco y oro): dos orejas y oreja.

Incidencias: Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio por las víctimas del Covid-19 y por el fallecimiento del torilero de la plaza. 

Publicado en Portal Taurino el 24 de junio de 2021


Temporada 2020



Feria de Olivenza


Un final de fiesta descafeinado

Un cartel con mucha sevillanía cerraba la Feria de Olivenza. El día anterior se había repetido en Illescas donde cautivaron, pero hoy el decepcionante encierro de Zalduendo rompió la expectación que había causado la terna.

La tarde comenzó con la devolución del inválido primero. El sobrero tampoco anduvo sobrado de fuerzas. Morante dejó alguna verónica suelta con mucho gusto. Con la muleta, tras las probaturas pertinentes optó por matar causando el malestar en los tendidos que se acentuó por el fallo con la espada.

El cuarto salió sin fijeza y queriéndose ir a chiqueros. Esa fue la zona en la que Morante tuvo que construir una faena al manso de Zalduendo que tuvo sabor añejo. A media altura brotaron naturales inspirados de mucho calado en los tendidos. La estocada cayó tendida y el toro tardó en caer por lo que el ambiente se enfrió y la petición no fue mayoritaria.

Justito de fuerzas estuvo también el segundo de la tarde. Manzanares lo mimó y lo condujo a media altura, aunque perdía las manos en repetidas ocasiones desluciendo las series. A pesar del esfuerzo, acabó rajándose. Entró a matar recibiendo en dos ocasiones antes de enterrar los aceros.

En el quinto José Mari paseó la única oreja del festejo, pese a que la petición fue más sonora que mayoritaria. Se encontró con un animal con raza y movilidad frente al que estuvo firme. Aunque basó la labor con la diestra, fue por con la zurda con la que llegaron los momentos de mayor expresividad.

Mención aparte merece la cuadrilla de Manzanares por las buenas actuaciones de Daniel Duarte, Suso y Luis Blázquez.

Pablo Aguado debutó en Olivenza dejando gratas sensaciones. Pudo cortar una oreja del tercero, pero la espada se lo impidió. Fue un animal escaso de fuerzas como sus hermanos pero con movilidad y fijeza. El sevillano acarició con despaciosidad y gusto la embestida del animal. Hubo un cambio de mano de los que paran el tiempo y arrebatan a los tendidos. Al natural lo pulseó y lo llevó con cadencia. Una pequeña muestra de la esencia aguadista.

Con el sexto fue imposible rematar. El Zalduendo fue desclasado y descastado y se rajó antes de que Pablo pudiera hacer nada. 


Publicado en PortalTaurino el 8 de marzo de 2020

Derbi en la cumbre


Se enfrentaban mano a mano dos toreros extremeños con conceptos diferentes. Un derbi que ganó el diestro de la casa 5 a 3, pero en mañanas como las de hoy en las que los aficionados salen toreando de la plaza, poco importa el marcador final.

Saltó en primer lugar al ruedo un bonito ejemplar de Victoriano del Río protestón. Emilio de Justo le dibujó un bonito ramillete de verónicas como quite. Con las piernas genuflexas se lo llevó a los medios con torería. El cacereño lo condujo con la diestra dándole tiempo y distancia. El toro repetía y cogía con celo las telas. Emilio le fue bajando más la muleta mientras lo citaba dándole el pecho. Por el izquierdo le costó más y optó por volver al derecho para finalizar.  Por doblones sentenció antes entrar a matar. Cayó la primera oreja en su esportón.

El tercero de Victoriano perdió en repetidas ocasiones las manos y asomó por la presidencia el pañuelo verde. En su lugar salió uno del mismo hierro que apretó en varas. Recibió un buen puyazo de Juan Bernal muy aplaudido. De Justo fue construyendo una faena en la que los muletazos brotaban de uno en uno ante un animal deslucido y escaso de fuerzas. Al natural fueron los instantes más destacados de una actuación muy firme del extremeño.

Viendo que su compañero tenía asegurada la puerta grande, se fue a portagayola a esperar a su último cartucho. El astado de Victoriano del Río arrolló de mala manera a Emilio. Una vez repuesto, agarró el capote y se lo llevó a los medios por verónicas y chicuelinas. Un saludo cargado de emotividad. Pero el lío con el capote no acabó ahí. El gallo colocándolo para picar estuvo cargado de estética. El cacereño cuajó con la diestra a su oponente. Plasmó muletazos de bello trazo, templados y largos. Remató con unos ayudados por bajo con mucho gusto antes de tirarse a por todas y ser empitonado. Dos orejas de ley para la mejor faena de la mañana.

Pudo verse hoy una imagen de Ginés Marín más asentada. A portagayola se fue a recibir Ginés a su primero. Quitó en los medios por chicuelinas. A pies juntos inmóvil en el tercio inició la faena. Con la muleta planchadita y dejándose la en la cara al de Toros de Cortés, el oliventino aguantó parones y miradas sin inmutarse. Tomó la zurda por donde tenía menos recorrido y era más deslucido. Con el toro ya a menos, se pegó un arrimón. El epílogo por circulares invertidos terminaron de calentar a los tendidos que le pidieron incluso una segunda oreja.

El feo cuarto resultó ser uno de los mejores ejemplares del encierro. Tuvo clase y ritmo y Marín dibujó muletazos de mano baja y con profundidad. Pero el mejor pitón era el izquierdo. Hubo un natural a cámara lenta que enloqueció a los allí presentes. Trepidante fue el broche con pases cambiados por la espalda. Una faena importante premiada con las dos orejas.

Otros dos apéndices cosechó del brutote último. Ginés hizo las cosas bien desde el principio y supo esperar al animal. Instrumentó buenas series que remató con larguísimos pases de pecho. Concluyó con unas bernardinas ajustadisimas.

Ficha del festejo
Plaza de toros de Olivenza. Tercera de abono. Tres cuartos de entrada.
Toros de Victoriano del Río (1º, 3º bis y 5º) y Toros de Cortés (2º, 4º y 6º) desiguales de presentación y encastados.
Emilio de Justo (tabaco y oro): oreja, ovación con saludos y dos orejas.
Ginés Marín (fucsia y oro): oreja, dos orejas y dos orejas.
Incidencias: Saludó El Fini tras banderillear al cuarto. 

Publicado en PortalTaurino el 8 de marzo de 2020

Ferrera revienta Olivenza

Antonio Ferrera ha firmado en oro una tarde para el recuerdo. Atajante de Garcigrande fue su compañero indispensable en esta historia. El extremeño lo recibió alanceándolo por delantales desde el tercio hasta los medios. Un inicio vibrante que puso en pie al público. Pero el lío con el capote no quedó ahí. Lo llevó galleando hasta el caballo y después se echó el capote a la espalda para realizar el quite. Atajante tenía clase, entrega y raza. Tomaba los vuelos de la muleta con alegría y repetición. Ferrera se emborrachó de toreo y comenzó a hilvanar una serie tras otra en redondo, con profundad y sin parar por ambos pitones. Los primeros gritos y pañuelos afloraron en sol. Continúo el torero mostrando las buenas cualidades de Atajante y la algarabía se contagió por toda la plaza. El pañuelo naranja asomó y el indulto llegó.

El quinto fue otro capítulo. Antonio volvió a dejar su esencia en el capote. Pero este oponente no era como su hermano. Fue noble aunque falto de casta. El diestro lo sujetó en la muleta mientras amagaba con rajarse. Con mucha disposición, plasmó muletazos de uno en  uno intentando prolongar una desigual embestida. El instante más llamativo fue cuando repitió la hazaña que puso en práctica en México de entrar a matar andando. Un estoconazo que le valió otra oreja.

El cuarto, aunque falto de fuerzas, tuvo movilidad. Enrique Ponce procuró cuidarlo dándole sus tiempos y llevándolo a media altura. Fue una faena larga e intermitente ya que al animal le faltaba transmisión. Concluyó con la poncina y una estocada y paseó la oreja.

Abrió plaza un ejemplar escaso de fuerzas que se pegó dos costaladas. Mermado llegó al último tercio y Ponce tiró de técnica. Consiguió extraer muletazos a media altura con tesón, pero sin llegar a los tendidos.

A El Juli le cayó la moneda de la suerte del revés. Su primero, que de salida prometía, se lesionó la mano derecha en el tercio de banderillas. En su lugar salió un animal de embestida desclasada y que echaba la cara al final del muletazo. Puso todo de su parte para intentar que fuera adelante. El toro se vino abajo cuando se vio podido y Julián acabó pegándose un arrimón.

El sexto fue el peor del encierro. Desde salida ya miraba a tablas y rehusaba la pelea. Solo dos tandas le duró al Juli antes de rajarse.


Ficha del festejo:
Plaza de toros de Olivenza. Segunda de abono. Lleno. Toros de Garcigrande (2°, 3° bis, 4° y 5°) y Domingo Hernández (1° y 6°) desiguales de presentación, flojos y desrazados en general. El 2° de nombre "Atajante", n° 134, de 482 kg. fue indultado por Ferrera.
Enrique Ponce (turquesa y oro): palmas y oreja tras aviso.
AntonioFerrera (grana y oro): dos orejas y rabo simbólicos y oreja.
Julián López "El Juli" (sangre de toro y oro): ovación con saludos y saludos desde el tercio.
IncidenciasSaludaron Javier Valdeoro y Fernando Sánchez tras banderillear al quinto.

Publicado en PortalTaurino el 7 de marzo de 2020


Perera debuta a lo grande

La Feria de Olivenza ha dado el pistoletazo de salida a su 30 aniversario con una interesante novillada que había causado mucha expectación en los aficionados. Diego San Román volvía como recompensa al triunfo que logró en pasado en año en esta plaza; Tomás Rufo lo hacía tras sus numerosos éxitos y la puerta grande lograda en Madrid en la Feria de Otoño; y Manuel Perera como la nueva promesa del toreo extremeño. El concurso de ganaderías era la guinda que remataba este apetitoso cartel.

Manuel Perera cosechó un abrumador triunfo en su debut con caballos. No se dejó lucir en el recibo de capote Alcohólico de El Freixo, que resultó ser un novillo encastado y con humillación. El quite por tafalleras en los medios sí caló en los tendidos. El novillero extremeño brindó a Juan José Padilla como sello de su nuevo apoderamiento. De rodillas y llevándolo por abajo inició el trasteo. Perera logó someterlo en la muleta, aunque a veces se echó en falta la templanza que posee. Serían los nervios de su gran día. Remató por manoletinas una faena larga, sonando el aviso antes de entrar a matar. Tras una estocada paseó su primera oreja como novilleros con picadores.

Cerraba la tarde Niñero de Vistalegre. Un enemigo que no se lo puso nada fácil al debutante y que no se empleó en el caballo y protestó en banderillas. Lo recibió de nuevo por verónicas con las rodillas en tierras. De nuevo hizo lo mismo en el último tercio. Se la jugó de rodillas con un animal falto de clase y descastado. Perera nunca volvió la cara. Terminó ganándole la pelea por el pitón izquierdo por donde extrajo los muletazos más lucidos. Con el animal ya rajado, se pegó un arrimón final en tablas. Las dos orejas cayeron después de enterrar la espada.

Tomás Rufo ha dejado una carta de presentación en Olivenza muy importante. La espada fue el elemento esencial por el que no salió a hombros. Saludó a su primero con un ramillete de verónicas encajadas. Carcelero de La Peregrina derribó al caballo en la suerte de varas. Se fue al centro del anillo para comenzar la faena de rodillas. Poco a poco lo fue sometiendo por bajo y exprimió el buen pintón derecho. Por ahí, plasmó muletazos largos y con mucha suavidad. Concluyó con unas manoletinas finales. Otra de las cualidades de este novillero es la medida justa de cada faena. Se tiró entre los pitones pero dejó una media efectiva y cortó una oreja.

En quinto lugar saltó al ruedo Dudoso de Talavante. Fue un novillo que tomó los vuelos de la muleta con bravura. Rufo dibujó faena en la que la verticalidad, la estética y templanza fueron los ejes. Los naturales los instrumentó con entrega y los derechazos con mucha profundidad. Después, un pinchazo hondo y dos descabellos hicieron que se esfumaran los trofeos.

La suerte no estuvo de parte de Diego San Román. Intentó justificarse con el manso de libro de la ganadería de Juan Albarrán. Pero el flojo y descastado de José Luis Iniesta tampoco al mexicano a lucirse.

Ficha del festejo
Plaza de toros de Olivenza. Primera de abono. Tres cuartos de entrada. Novillos de Juan Albarrán, La Peregrina, El Freixo, José Luis Iniesta, Talavante y Vistalegre, destacaron 2º, 3º y 5º.

Diego San Román (azul cielo y oro): ovación con saludos y ovación con saludos.
Tomás Rufo (verde hoja y oro): oreja y ovación con saludos.
Manuel Perera (pistacho y oro): oreja tras aviso y dos orejas.


Publicado en PortalTaurino el 6 de marzo de 2020


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