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Manuel Escribano y "Patatero". Foto: Pagés / Arjona |
La
Maestranza ha vivido este sábado con intensidad gracias al emocionante encierro
de Victorino Martín que se ha
lidiado en una tarde importante de la terna. Era un día señalado en la trayectoria
de Manuel Jesús “El Cid”. El parón
de tres años no le ha afectado en absoluto. Todo lo contrario. La imagen que
dio fue de un torero en su mejor momento y capaz de dar la cara en las grandes
ferias. Por su parte, Emilio de Justo
volvió a dar una gran dimensión tras un año de ausencia en el Coso del
Baratillo debido a la lesión que le robó media temporada pasada.
Pese
a todas estas grandes notas, los nombres propios de la tarde fueron los de Manuel Escribano y “Patatero”. El
destino hizo que el hijo de “Cobradiezmos” cayera en sus manos. Un gran toro.
Un superclase que lo llaman ahora, pero al que había que torear de verdad como
hizo el torero de Gerena.
A
portagoya se fue a recibirlo, que saltó en quinto lugar .al quinto. Empujó con
fuerza “Patatero” en el peto. Escribano arriesgó
mucho en banderillas. Decidió
llevárselo para los medios, donde indició la faena, para plasmó una primera
tanda de naturales cargados de despaciosidad con un toro que tenía una gran
humillación y calidad. Los derechazos fueron aún más despacio con el “Victorino” arrastrando el hocico por
el albero. El sevillano le echó bien las telas, esperándolo porque era tardo,
para llevarlo embebido en naturales larguísimos. Sentenció con una estocada y
los pañuelos poblaron los tendidos. Dos orejas para Escribano y vuelta al ruedo para “Patatero”. Un gran homenaje en el
nombre de su padre.
“Portero”
salió muy emplazado y embistiendo por bajo en el percal de Manuel Escribano. Habilidoso estuvo el de Gerena con los rehiletes.
Este segundo estuvo muy en “Victorino”.
Sabiendo lo que se dejaba atrás todo el tiempo, reponiendo pronto. Muy firme y
con mucha seguridad se mantuvo el torero sevillano. Le tragó mucho por el pitón
derecho extrayendo muletazos de auténtico mérito. Por el izquierdo era
imposible. No se desplazaba. Volvió con la diestra en una última tanda lograda,
provocando la embestida. Se tiró a por todas, cayendo la espada muy trasera.
La
Maestranza recibió con una fuerte ovación a uno de los que siempre ha sido su
torero: Manuel Jesús “El Cid”. “Corretón”,
un cárdeno serio, fue el elegido para la reaparición del torero de Salteras. Le
recetó cuatro verónicas templadas para continuar toreando a favor del de Victorino. Lo midieron mucho en el peto
porque no estaba sobrado de fuerzas. Tras el brindis al público, lo sacó para los
medios para ponerse a torear con su prodigiosa mano izquierda. Dejó una primera
tanda que recordó al Cid de los
mejores momentos. Naturales con cadencia. En la siguiente, ya el toro rehusaba
de la pelea. Con la mano diestra, embestía echando la cara arriba, pero Manuel Jesús le tomó el pulso
imponiéndose a él. Acabó con una
estocada que precisó de un descabello, dejando todo en una vuelta al ruedo.
El
cuarto, otro ejemplar serio, que arrastraba el hocico en el capote de El Cid. Buenos pares de banderillas
clavó Lipi, el último exponiendo
mucho en un quite providencia de Emilio
de Justo. Pronto se puso a torear Manuel
Jesús al natural con una serie inicial de poder por abajo. No fue un astado
fácil. Pedía hacerlo todo bien y sin brusquedad. El Cid prosiguió firmando naturales importantes. Con la diestra lo
intentó, pero se volvía rápido, por lo que volvió al pitón izquierdo. Fue
entonces cuando firmó las dos tandas al natural con más despaciosidad. Tras una
estocada, paseó la primera oreja de su vuelta a los ruedos.
Con
la pierna genuflexa y con mucho gusto saludó Emilio de Justo al tercero. Colocó a “Filigrano” con mucho garbo en
el caballo. Tuvo el bonito gesto de brindar a El Cid. Tomó pronto la zurda el extremeño para firmar naturales por
bajo en una segunda serie de mucho calado que hizo sonar la música. Los
siguientes fueron con más expresión frente a un cornúpeta noble, con fijeza y
humillación. La tanda por el derecho fue de poder, aunque reponía pronto. Con
mucha naturalidad fueron los naturales del epílogo. Enterró los aceros y cortó
una oreja.
El
sexto fue muy protestado por la falta de fuerza del “Victorino”. Lo empujó el extremeño en la muleta haciendo que
rompiera hacia adelante con un oponente complicado. Construyó la faena poco a
poco hasta instrumentar una serie importante por el pitón derecho en la que
hubo ligazón. Continúo por el mismo palo dejando muletazos aún más largos. Al
natural fue imposible. “Milanés” se quedaba encima de él jugándosela. Volvió
con la diestra para rematar con la serie más rotunda. La espada le privó de
premio.
Ficha
del festejo:
Plaza
de toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Sexta de abono. Feria
de Abril. Lleno.
Toros
de Victorino Martín, bien
presentados y de buen juego en general. Destacó el quinto que tuvo calidad y
humillación y fue premiado con la vuelta al ruedo. El primero, justo de fuerzas;
el segundo y sexto, complicados y con peligro; el tercero, noble y con emoción;
el cuarto, complicado pero con emoción.
Manuel Jesús “El Cid” (de tabaco
y oro), vuelta y oreja.
Manuel Escribano (de verde
y oro), ovación con saludos y dos orejas.
Emilio de Justo (de corinto
y azabache), oreja y tras aviso y ovación.
Incidencias: Saludó
Lipi tras banderillear al cuarto.
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